ETA-Guerra cree que el final debe escenificar un éxito relativo de quienes dejan el terror porque no hay precio político

Actualizado: viernes, 31 marzo 2006 16:21

MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, considera que la "escenificación" del final del terrorismo "debe publicitarse como un relativo éxito de los que abandonan las armas" dado que "la contrapartida no puede tener ningún contenido político".

Guerra realiza estas reflexiones, que recoge Europa Press, en el libro 'Dejando atrás los vientos' (Espasa Calpe, 2006). En el capítulo '¿Se puede hablar con los terroristas?', Guerra recuerda las conversaciones de la etapa del Ejecutivo de Felipe González con ETA.

"La fórmula eficaz para reducir y terminar la acción violenta del terrorismo es una conjugación de eficiencia policial, endurecimiento legislativo, severidad judicial y perseverancia en las fuerzas políticas para no dejarse contaminar por los 'argumentos' de los terroristas", expresa.

En su opinión, la fuerza de la combinación de estos elementos es lo que puede "arrinconar operativa y socialmente al grupo armado". "Cuando esté cercano a la agonía -aunque siempre conservará un margen de maniobra letal- se debe favorecer la escenificación de un final que agote las posibilidades de brotes laterales de violencia", señala.

ARRIESGAR EL PRESTIGIO DEL GOBIERNO.

Para Guerra, esta operación "exige inteligencia, serenidad y valentía, pues la contrapartida no puede tener ningún contenido político". "Pero justamente por ello --agrega-- debe publicitarse como un relativo éxito de los que abandonan las armas, lo que provocará un ataque frontal, con acusación de rendición sobre el Gobierno que tenga el arrojo y la prudencia de terminar con el terror, desde sectores que se alimentan de la creación de desconfianzas y ofensas".

En todo caso, Guerra subraya que un "Gobierno que merezca tal nombre" tiene "la obligación política y moral de arriesgar su propio prestigio si con ello elimina del horizonte vital de un pueblo, de todas y cada una de las personas que lo componen, el desasosiego, el pánico y el horror".

"Cuando escribo estas palabras --dice Guerra en otro momento-- existe una nueva sensación de que es posible llegar a la liquidación del terrorismo de ETA. Nuevos Gobiernos, nuevos intentos".

ACTUACIÓN "INMORAL"

A su juicio, la dificultad del problema se agrava "cuando algún partido político o algún periódico utiliza la intención de lograr el final de la violencia terrorista como un signo de rendición del Estado ante el terrorismo".

Esta actitud "hace casi imposible avanzar hacia el final, pues el Gobierno que se comprometa con una tarea tan arriesgada como difícil está permanentemente ante el abismo de ser considerado por sus conciudadanos como el débil que cedió ante los terroristas, el traidor que se rindió ante el 'chantaje'".

En opinión del presidente de la Comisión Constitucional, la actitud de "desviar la autoría criminal del terrorismo al Gobierno" no está basada en ninguna convicción política o moral, sino en "la ausencia de convicciones". "Cuando se añade el uso instrumental de los familiares de las víctimas del terror para deslegitimar al Gobierno, con la carga de autoridad que tienen las víctimas, el embate contra el intento de arribar al fin de la violencia se transforma en una actuación inmoral", declara.

Guerra, además, cree "inconveniente" hablar "mucho" sobre terrorismo y llama a la "prudencia". Asimismo, asegura que en el País Vasco, "los grupos nacionalistas reinventan la cara del terrorismo bajo un supuesto 'problema vasco' que para unos justifica y para otros explica la existencia del terrorismo de ETA".