ETA.- Más de ochenta asesinatos de la banda no tienen un autor material conocido, según la Fundación de Víctimas

Actualizado: martes, 4 julio 2006 15:58

MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un 10 por ciento de los atentados cometidos por la organización terrorista ETA no tienen un autor material conocido, según un cálculo realizado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo que aparece en el próximo número de su revista, al que ha tenido acceso Europa Press. Además, muchos de estos más de ochenta asesinatos han prescrito.

Las investigaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han podido determinar quién o quienes dispararon o apretaron el botón que activaba la bomba causando la muerte a más de 80 personas desde la muerte de Begoña Arroz en los sesenta. Uno de estos casos coincide con el último atentado mortal cometido por la organización terrorista y que costó la vida en mayo de 2003 a los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín, que expedían el DNI en una plaza de la localidad navarra de Sangüesa.

Alguno de esos atentados sin autor conocido causaron un especial impacto en la opinión pública española, como los cometidos en Madrid el 17 de noviembre de 1991. Aquel día, etarras sin identificar colocaron bombas-lapa en los coches del comandante del Ejército de Tierra Francisco Caballar, en el del comandante de Infantería Rafael Villalobos y en el de María Jesús González. El primero falleció, el segundo perdió las dos piernas y González sufrió graves heridas, aunque la peor parte se la llevó su hija, la niña Irene Villa.

Cuatro años después, el 11 de diciembre de 1995 y también en la capital de España, un coche-bomba estallaba al paso de un furgón con seis trabajadores de la Armada en el barrio de Vallecas. Todos fallecieron y aún no se sabe quién apretó el botón del mando a distancia que hizo estallar el coche, cargado con 60 kilos de dinamita.

Policías nacionales, guardias civiles, ertaintas, dependientes, maestros, taxistas y profesores, entre otros, integran una larga lista de asesinados por individuos que permanecen en el anonimato, recogidos en una lista que publica la revista de la Fundación de Víctimas.