BILBAO 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Euskalerriko Eskautak Bizkaia, movimiento diocesano integrado por alrededor de 350 jóvenes voluntarios que trabajan en el ámbito de la educación en tiempo libre con cerca de 2.000 niños vizcaínos, hizo pública hoy una reflexión sobre el proceso de paz, en la que pide a ETA que abandone la armas y critica la labor de la clase política y los jueces por "generar confrontación en torno a un problema tan grave como el que vive Euskal Herria".
En un comunicado, el movimiento socioeducativo expresa su anhelo de vivir en paz y ayudar a que los jóvenes puedan crecer en una sociedad más pacífica. Asimismo, dice apostar por una "verdadera cultura de la paz, para lo que es necesario la desaparición de la violencia explícita, pero también el uso de la no violencia como método de resolución de conflictos".
En su opinión, ETA es "la primera responsable de la situación actual, por utilizar el asesinato, la violencia y el hostigamiento como medios para resolver el conflicto y defender su ideología", por lo que le pide que abandone las armas y utilice el diálogo como única herramienta para sacar el conflicto del punto muerto en el que se encuentra".
Por otra parte, muestra su desacuerdo con la clase política y con los jueces, "máximos representantes del Estado de Derecho, que deberían ser ejemplo de tolerancia, solidaridad y empatía, y sin embargo desde su imagen pública generan confrontación en torno a un problema tan grave como el que vive Euskal Herria, ya que lejos de buscar la solución al conflicto, le dan un uso electoralista y partidista en la mayoría de los casos". Por ello, les hace un llamamiento a que cumplan con las responsabilidades que la sociedad les ha otorgado.
Asimismo, recuerda que desde el inicio del proceso, el protagonismo en la evolución del mismo se ha dejado en manos de los partidos políticos, los órganos institucionales y la propia organización terrorista, "y probablemente, una de las grandes consecuencias de ello son los momentos de inestabilidad y confusión que vive el mismo".
"Como movimiento diocesano tenemos, junto a todos los agentes sociales, ciudadanos y ciudadanas, la responsabilidad de empujar desde el día a día la construcción de un futuro en paz", añade.
En esta línea, destaca la necesidad de que se respeten todos los derechos humanos, pudiendo disfrutar de ellos todas las personas, "tengan la ideología que tengan y sea cual sea su posicionamiento".
Por último, señala su voluntad de sumarse a otros colectivos que intentan construir la paz y construir una sociedad en paz basada en el respeto y el diálogo, por lo que adelanta que seguirá educando a los niños y jóvenes "en los valores de paz, respeto, convivencia y diálogo, que tanto demandamos a los que de primera mano trabajan por la resolución del conflicto".