ETA.- Una víctima del atentado de Hipercor litiga contra el Estado para reclamar la incapacidad por secuelas psíquicas

Actualizado: domingo, 8 octubre 2006 15:39

BARCELONA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

Una víctima del atentado de ETA en el Hipercor de Barcelona, Rosa María P.I., ha pedido esta semana al Estado que declare que el atentado terrorista es la causa de las secuelas psicológicas que sufre desde hace años y que le impiden desempeñar cualquier trabajo retribuido, razón por la que también solicita el reconocimiento de incapacidad.

En la vista celebrada esta semana en el Juzgado Social número 3 de Barcelona, la abogada de Rosa María P.I. aportó como pruebas los informes médicos de la psicóloga que la trata y los que redactaron los psiquiatras del Hospital Gómez Hulla de Madrid, donde la víctima fue reconocida este mismo año.

Ambos escritos, así como la declaración de la psicóloga, Sara Bosch, que intervino como testigo en el juicio, concluyen en el diagnóstico que la paciente sufre un trastorno de estrés postraumático.

Rosa María P.I., su esposo, José V. y su hijo de 2 años estaban a pocos metros del coche bomba que explotó en el aparcamiento subterráneo del Hipercor. A pesar de que casi todas las personas que estaban a su alrededor fallecieron, la familia salió prácticamente ilesa. Sólo José V. sufrió heridas leves.

La Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo ya les permitió cobrar indemnizaciones por el atentado. Sin embargo, las secuelas psíquicas de la mujer aparecieron años después, por lo que el Estado las desvincula de lo sucedido en 1987; además, tampoco reconoce su estado de incapacidad.

DISFUNCIÓN POR LOS "HECHOS TRAUMÁTICOS VIVIDOS".

Por su parte, Bosch, quién acompañó a Rosa María durante su reconocimiento en el hospital madrileño, explicó que durante una de las pruebas de actividad cerebral practicadas a la paciente se observó "una disfunción básica degenerativa debido a los hechos traumáticos vividos".

Asimismo, la psicóloga añadió que esta disfunción provoca que, ante situaciones de estrés cotidiano, Rosa María reaccione "mucho peor de lo habitual y de forma impredecible". Según Bosch, que ha tratado a la víctima desde 1996, si se presenta una situación de estrés, Rosa María entra en una primera fase de "bloqueo" seguida de una fase de "descarga", que puede ser "en forma de llanto o aislamiento".

Aunque la psicóloga no niega que durante los periodos entre crisis la paciente puede pasar etapas de "funcionalidad", en las que puede trabajar, el carácter impredecible de estas crisis y su reacción ante ellas imposibilitan que Rosa María pueda desempeñar un trabajo "cumpliendo horarios y asumiendo responsabilidades".

Por otro lado, el informe presentado por el abogado del Estado a fecha de 11 de julio de 2006 recoge que las lesiones que padece Rosa María consisten en una pérdida auditiva del 43% y en un trastorno ansioso depresivo de intensidad moderada. Respecto a este último, el informe determina que "no se aprecian valores significativos de descompensación" y que con la medicación antidepresiva que toma, la paciente "está estabilizada".

Sin embargo, las conclusiones de este parte médico presentado por el abogado del Estado son anteriores a las del informe del Hospital Gómez Hulla que presentó la defensa y que diagnosticaba el mencionado trastorno postraumático.

EL ESTADO PIDE LA DESESTIMACIÓN.

La abogada del Instituto de la Seguridad Social, por su parte, solicitó la desestimación del caso, argumentando que no existe una discapacidad permanente, ya que la víctima ha trabajado durante los periodos entre crisis.

El abogado del Estado se mostró de acuerdo con la letrada de la Seguridad Social y pidió que se desestimara el caso por las dudas que suscita que las lesiones psicológicas relatadas inhabiliten a la paciente para el trabajo, "pero no para la vida social en general".

La abogada de la víctima, Montserrat Fortuny, solicitó que, tras demostrarse el trastorno psicológico de Rosa María "con el aval de psiquiatras especializados en estos casos", el Estado reconozca el atentado terrorista de Hipercor del 19 de junio de 1987 como "el causante de las lesiones" y determine su incapacidad laboral.

El juicio quedó esta semana visto para sentencia y los familiares de Rosa María están a la espera de la resolución. El marido de la afectada, José V., se mostró resignado y afirmó que "es vergonzoso" que las personas que han sufrido un atentado deban pasar el "mal trago" de acudir a un juzgado para demostrar que son víctimas del terrorismo.

Según José V., durante años "nuestro sino ha sido luchar y seguiremos luchando hasta conseguir que se reconozca" que las secuelas psíquicas que padece Rosa María P.I. se deben al atentado de Hipercor.