El etarra Vicario Setién, condenado a 19 años de cárcel por el atentado contra la estación de Sants

Actualizado: jueves, 14 diciembre 2006 23:00


MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional condenó hoy al etarra Gregorio Vicario Setién 19 años de cárcel por el atentado cometido con coche-bomba contra la estación barcelonesa de Sants en 1993. Llama poderosamente la atención que, el pasado jueves, este mismo tribunal, aunque con otro magistrado, absolviera al acusado por el secuestro del empresario vasco José María Aldaya, al entender que no bastaba con declaraciones de otros coimputados y que era preciso que éstas fueran corroboradas mediante algún dato externo del que no disponía.

En la sentencia dictada hoy, el tribunal, con la única prueba de los testimonios de los dos compañeros de comando de Vicario Setién -Rosario Ezquerra y Felipe San Epifanio- condena al etarra a 19 años de prisión por los delitos de utilización ilegítima de vehículo motor ajeno, sustitución de placas de matrícula y un delito de terrorismo. Considera probado que el etarra, junto a sus dos compañeros, robaron un Ford Fiesta en Hospitalet de Llobregat el 28 de octubre de 1993 y, tras llevarlo a Barcelona, le colocaron placas de matrícula falsas y le instalaron un artilugio explosivo compuesto por entre 7 y 10 kilos de amosal.

Un día después, avisaron al diario 'Egin' de la colocación del coche bomba en la estación de Sants de la ciudad condal, y las fuerzas de seguridad pudieron desalojar la zona antes de que explosionara, aunque se produjeron importantes daños materiales. Aunque el tribunal reconoce que existe "cierto recelo" a la hora de valorar las declaraciones "al poder estar motivadas por el ánimo de autodefensa, venganza o, simplemente, ser tributarias de la posición de debilidad del que se sabe acusado de un hecho delictivo", esas circunstancias desaparecen cuando la persona ya ha sido condenada en sentencia firme, como es el caso de San Epifanio y Ezquerra.

Pero el tribunal va más allá, y se guarda las espaldas argumentando que "aún si se sostiene la necesidad de un dato corroborador externo" puede valer como tal "las propias declaraciones testificales en la vista oral del antes imputado". La semana pasada este mismo tribunal dictó una sentencia en la que señaló que no se presentaron pruebas suficientes para condenar a Vicario Setién por el secuestro de Aldaya y denunció que ni el fiscal Ignacio Gordillo ni el abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) -personada en la causa como acusación particular- presentaron en la vista oral un informe pericial que demostraba la existencia de una maquinilla de afeitar con el ADN del acusado hallada en el zulo donde Aldaya permaneció secuestrado durante 341 días.

En aquella sentencia, la Audiencia afirmaba que "las declaraciones de coimputados sólo pueden ser tenidas en consideración con alcance probatorio cuando son corroboradas mediante algún dato externo". Así, y a pesar de que el tribunal consideró que "la realidad del secuestro" padecido por Aldaya quedó acreditada por todas sus declaraciones debía absolver Vicario Setién "al no haber conseguido las acusaciones pública y popular con la prueba propuesta y practicada en el acto del juicio oral destruir la presunción constitucional de inocencia del procesado". Es decir, que sin un dato externo que las corrobore, las declaraciones que imputaban a Vicario Setién no podían ser tenidas en consideración por el tribunal.

ORGULLOSO DE SER ETARRA

La sentencia de condena dictada hoy también apunta que en su resolución el tribunal ha tenido en cuenta que, en su turno de última palabra durante el juicio que se celebró contra él el pasado 6 de noviembre, Vicario Setién reconoció su pertenencia a ETA, de lo que "se siente orgulloso".

La sentencia absolutoria dictada hace una semana por la Audiencia Nacional fue firmada por los magistrados Clara Bayarri, que presidía el tribunal, Ricardo Rodríguez y Eustasio de la Fuente, mientras que la conocida hoy la firman los dos primeros y el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, quien actuó como magistrado ponente.