MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de Telecinco y ex director general de la ONCE, Miguel Durán, negó hoy las acusaciones vertidas contra él y otros siete ex accionistas de la cadena de televisión en el juicio que se reanudó esta mañana en la Audiencia Nacional por presuntas irregularidades cometidas cuando estaban al frente de su gestión entre 1990 y 1993. En la sesión se iniciaron los interrogatorios a los acusados, quienes se enfrentan a penas que oscilan entre los uno y 14 años de prisión por supuestos delitos fiscales.
La Fiscalía Anticorrupción pide en su escrito de acusación 14 años de cárcel y multas de 103 millones de euros para el ex director general de la ONCE por tres delitos continuados contra la Hacienda pública, falsedad documental, otorgamiento de contrato simulado y administración desleal, que habría cometido durante la gestión de la citada cadena.
En su declaración, Durán aseguró ante la Sección Primera de lo Penal que las empresas que participaron en el accionariado de Gestevisión Telecinco "siempre respetaron los límites" establecidos en la Ley de Televisiones Privadas respecto a la compra de acciones permitidas. Igualmente, insistió en que sería "imposible creer que el Gobierno hubiese adjudicado --el 25 de agosto de 1989-- una concesión de televisión a Telecinco sin los requisitos legales" necesarios para ello.
Preguntado por la fiscal Pilar Melero sobre la constitución del accionariado de la cadena privada, Durán explicó que se constituyó de la siguiente manera: un 25 % lo adquirió la ONCE, a través de Divercisa; ese mismo porcentaje lo adquirió el Grupo Anaya, a través de Cecisa; el grupo italiano presidido por el ex primer ministro Silvio Berlusconi Fininvest adquirió otro 25%; Promociones Calle Mayor adquirió un 10% y un 15% Juan Fernández Montreal.
Respecto al papel de la ONCE en el Consejo de Administración de Gestevisión Telecinco, Durán dejó claró que, pese a presidir la cadena de televisión, su labor era "secundaria" y "subsidiaria", mientras que el liderazgo lo llevaba el Grupo Anaya, con Germán Sánchez Ruiz Pérez a la cabeza. Precisamente, este último fue quien convenció a Silvio Berlusconi a participar en este proyecto, después de convencer a los accionistas de la necesidad de tener un socio que conociese el mercado audiovisual, según detalló.
En este sentido, Durán relató que el interés de la ONCE en participar en este proyecto audiovisual se centraba en conseguir una retransmisión gratuita de su sorteo, después de que la entonces directora de RTVE Pilar Miró les hubiese pedido mil millones de pesetas por retransmitir el citado sorteo de la ONCE.
DISCREPANCIAS DEL GRUPO ANAYA
El ex presidente de Telecinco, que mañana continuará con su declaración, explicó al tribunal, que preside Manuela Fernández, que en septiembre de 1989 comenzaron las primeras discrepancias entre los accionistas de la cadena, especialmente con el Grupo Anaya y Fernández Montreal, puesto que, según dijo, estos querían dotar a la cadena privada con mayores contenidos informativos frente a los comerciales, tal y como pedía Fininvest.
"Berlusconi me llamó un día antes de la Junta del Consejo de Administración y me dijo que no estaría dispuesto a participar en una televisión que no fuera rentable", relató Durán. Un día después tuvo lugar la citada Junta, en la que cesó el Grupo Anaya y Fernández Montreal por "no conseguir lo que querían", según apuntó Durán. "El Grupo Anaya no quería que Telecinco naciera. Ruiz Pérez estaba dispuesto a hundir a la compañía antes de que no se hiciese lo que ellos pedían", apuntó el ex responsable de Telecinco.
Tras el abandono del Grupo Anaya y Fernández Montreal de la empresa, el Consejo de Administración acordó con Durán que éste buscaría a los compradores de ambas participaciones. Sobre esta cuestión, Durán señaló que "tras la crisis, la mayor parte de los grupos de comunicación estaban expectantes sobre la capacidad de Gestevisión para salir adelante".
"Más de uno jugó a dejar caer la cosa", señaló el acusado, quien precisó que entonces el empresario Javier De la Rosa, quien se enfrenta a 4 años de prisión, se mostró interesado en comprar un 25% de las acciones. Según Durán, "De la Rosa adquirió ese porcentaje por 6.000 millones de pesetas", pero en realidad --según el escrito de acusación-- Durán vendió por ese importe sólo la participación de Cecisa a De la Rosa, que representaba a Tibidabo. Del 15% restante, el 10% se lo quedó Divercisa y el 5% Promociones Calle Mayor.
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