Explosión.- El aeropuerto de Málaga funciona con normalidad y no ha habido ninguna cancelación de vuelos

MALAGA 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

El aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Málaga continua con total normalidad su jornada habitual, tras la explosión esta mañana de una furgoneta bomba en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas (Madrid) que causó una densa columna de humo visible a varios kilómetros de distancia.

Por tanto, los vuelos programados desde Málaga hacia la capital de España para hoy desde primera hora de la mañana hasta la finalización de la jornada, un total de 11, no han sufrido ninguna cancelación por parte de los viajeros tras los acontecimientos, según informaron a Europa Press las fuentes consultadas.

Además, tampoco sufrieron retrasos los vuelos que habían efectuado su salida después del atentado, aunque sí uno de ellos tuvo una leve demora, según manifestaron las mismas fuentes.

La explosión de una furgoneta Reanult Traffic se produjo en torno a las nueve de la mañana cuando la zona ya había sido acordonada por las fuerzas de seguridad. Previamente, un comunicante anónimo avisó de la colocación del vehículo cargado de explosivos al servicio en carretera en el País Vasco DYA y ofreció detalles del vehículo.

Los atendidos por sufrir crisis de ansiedad tras la explosión ascendían a siete en torno a las 13.15 horas, según informó a Europa Press un portavoz de Emergencias Madrid.

De esta forma, los psicólogos del Samur-Protección Civil prestaron atención médica en uno de los dos hospitales de campaña instalados en la zona primero a cinco personas y posteriormente a dos más, con lo que son un total de 26 los atendidos.

En el puesto médico avanzado, para heridos físicos, se ha asistido a 19 personas, la mayoría de ellas con daños leves en los tímpanos. De estos 19 heridos, cinco han sido trasladados a hospitales: dos al Gregorio Marañón y tres al Ramón y Cajal.

En estas 19 personas están incluidos los cuatro heridos de los que se informó en un primer momento: dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, un taxista de 65 años y una cuarta persona, que padecía dolores en el cuello y el oído.