Fiscal y defensa coinciden en la demencia del asesino de su mujer en Piedrabuena, y discrepan sobre el juicio

Actualizado: lunes, 9 octubre 2006 15:45

CIUDAD REAL, 9 Oct (EUROPA PRESS)

El fiscal y la defensa coincidieron hoy en señalar el estado de demencia sobrevenida que afecta a Ramón Lozano, de 80 años, acusado de asesinar degollando a su mujer, Rosaura Casquero, en junio de 2005, en Piedrabuena (Ciudad Real), y la necesidad de que sea tratado de la misma, pero discreparon sobre la conveniencia de celebrar juicio o no contra esta persona por esos hechos.

Ambas posturas fueron puestas de manifiesto hoy ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, donde se vio el recurso de apelación presentado por el Ministerio Fiscal contra la resolución del Juzgado de Instrucción número 1 de Ciudad Real, cuyo titular decidió el sobreseimiento y archivo provisional del caso dada el estado psicológico del procesado.

Durante la vista celebrada hoy, el fiscal mantuvo la solicitud de celebración de juicio, que se realizaría bajo la modalidad de jurado, dado que consideró que a la hora de cometer el asesinato, Lozano era perfectamente consciente de lo que había hecho y sus consecuencias.

Según explicó, en las primeras declaraciones que hizo ante la Guarida Civil, en las que narró lo que había pasado, contestó sin ninguna dificultad a las preguntas de los investigadores.

En su opinión, la enfermedad le vino después y entendió que era preciso aclarar los hechos en un juicio, como paso previó a tomar una decisión sobre su situación mental y sanitaria.

Para la defensa, el estado mental de Lozano es irreversible y hace imposible que pueda responder a ninguna pregunta sobre el suceso, por lo que aseguró que no va a poder aportar nada nuevo sobre lo ocurrido en la casa de la pareja el día 6 de junio de 2006.

El abogado volvió a insistir en la conveniencia de trasladar a Lozano desde el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante, donde se encuentra desde semanas después del asesinato, a un centro psiquiátrico civil de Ciudad Real capital o su provincia, donde tendría una atención más adecuada a su situación, e iniciar los trámites para su incapacitación civil.

El crimen tuvo lugar sobre las seis de la mañana, aunque no fue hasta pasadas varias horas cuando Lozano acudió a una gasolinera cercana, con la ropa ensangrentada, confesó el asesinato, tras lo que se avisó a la Guardia Civil, según comentaron en su día algunos vecinos.

En el año 1952, Lozano y su mujer Rosaura, por otro lado, habían sido condenados a 30 años de cárcel cada uno por el asesinato del primer marido de ella, dueño de la finca en la que, en ese momento, trabaja el hombre.