Fiscal pide 19 años de cárcel para presunto etarra

MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita una pena de 19 años de prisión para el presunto etarra Anartz Oyarzabal, detenido en 2002 en Francia, a donde huyó después de que su compañera Olaia Castresana falleciera al estallar el artefacto explosivo que manipulaba en una vivienda de Torrevieja (Alicante), en julio de 2001.

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional comenzará a juzgar este martes al presunto etarra, a quien el Ministerio Público acusa de los delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia ilícita de armas con finalidad terrorista y tenencia de explosivos con finalidad terrorista.

Además, pide que indemnice con 25.402 euros a cinco personas que sufrieron heridas de diversa consideración y con 317.342 euros a los 15 vecinos que sufrieron "ingentes daños" materiales como consecuencia de la explosión.

IBAN A ATENTAR EN LA ZONA DE LEVANTE

Según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, Oyarzabal y Castresana estaban vinculados con la organización terrorista ETA "para llevar a cabo atentados en la zona de Levante". Ambos compartían la vivienda en la que se produjo la detonación del artefacto explosivo que manipulaba la mujer, "previsiblemente procedente del robo cometido en la localidad francesa de Grenoble por la banda terrorista", y donde aparecieron el DNI y el permiso de conducir de Oyarzabal.

Tras la explosión, que causó también heridas a cinco vecinos, Oyarzabal huyó de Torrevieja a bordo de su vehículo, que fue encontrado días después en la localidad navarra de Aoiz. El presunto etarra fue detenido en la localidad francesa de Niort el 2 de mayo de 2002 y posteriormente entregado a las autoridades españolas.

Tras establecer la presencia de Oyarzábal en la vivienda, se registró su domicilio familiar en San Sebastián, donde, entre otros efectos, se intervinieron dos pistolas, 14 kilos de explosivo Titatyn-30, distribuidos en cinco cartuchos de plástico, cinco metros de cordón detonante, 16 detonadores eléctricos, cuatro relojes electrónicos "manipulados de la forma que lo hace habitualmente ETA" para integrarlos en un artefacto explosivo y tres receptores 'embido txiki'.