MADRID 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
El fiscal de la Audiencia Nacional Miguel Ángel Carballo solicitó hoy a la Sección Tercera de lo Penal que informe a la cárcel en la que se encuentran presos los etarras Ángel Aramburu Sudupe y Jesús María Etxeberría Garicoetxea de la "bárbara conducta" que manifestaron éstos el pasado día 26, cuando golpearon con varias patadas los cristales de la mampara blindada en la que comparecen los procesados por terrorismo para provocar su expulsión de la sala en la que estaban siendo juzgados por un atentado con coche bomba perpetrado en noviembre de 2002 en un parking municipal de Santander.
El representante del Ministerio Público aseguró que el comportamiento de los acusados en el acto de juicio oral debe ser sancionado puesto que, según él, constituye una infracción del Reglamento Penitenciario, que establece que los reclusos deberán actuar "con el debido respeto" fuera de la prisión, especialmente en sede judicial.
El fiscal, quien solicitó para cada uno de ellos una pena de 18 años de cárcel por un delito de estragos terroristas, hizo esta petición al tribunal, aunque consideró "necesario" que se les hubiese deducido testimonio por la actitud que mantuvieron la semana pasada en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional.
En su informe de conclusiones, el fiscal consideró que la "bárbara conducta" de los procesados en el juicio impide pensar que se hayan apartado de la disciplina de la banda, mientras que su abogado solicitó su libre absolución.
El representante del Ministerio Público se basó principalmente para sostener sus conclusiones en las declaraciones policiales realizadas por los acusados tras ser detenidos, en las que reconocían su participación en los hechos y su pertenencia a ETA, al igual que en el juicio, en el que se mostraron "orgullosos" de su militancia. En este mismo sentido, subrayó que Aramburu Sudupe y Etxeberría Garicoetxea no se retractaron de dichas afirmaciones ni alegaron, como suelen hacer los integrantes de ETA, que fueron realizadas bajo tortura.
También sostuvo que en el juicio oral ha quedado demostrado que los procesados se alojaron, el día anterior al atentado, en un hotel de Santander, del que huyeron "precipitadamente" por "temor" a ser objeto de seguimiento policial.
A PATADAS EN LA AUDIENCIA NACIONAL
El pasado día 26 los dos etarras, después de mostrarse "orgullosos de ser militantes de ETA", se negaron a declarar. Tras su negativa a responder, el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, les replicó: "Levántense y acérquense al micrófono". Acto seguido, llamó a la fuerza pública a intervenir ante la intención de los procesados de abandonar la sala.
Entonces, los procesados afirmaron que iban a "abandonar" la sala, a lo que Guevara les respondió: "Ustedes no van a ir a ningún lado". Seguidamente, el presidente del tribunal pidió a los agentes que les redujesen, lo que provocó que los etarras se pusieran a golpear mediante patadas los cristales de la cabina blindada.
Tras un breve forcejeo, varios policías redujeron y esposaron a los procesados y dos de ellos les custodiaron durante el desarrollo de la primera sesión de la vista oral. El fiscal considera que los dos procesados, supuestos integrantes del "comando Egoitz Eta Hodei", fueron los autores del atentado con coche bomba en Santander. Aunque la zona pudo ser acordonada antes de la explosión y evitar daños personales, resultaron afectados 173 vehículos.
Según el Ministerio Público, Etxeberria y Sudupe recibieron en Francia un cursillo de formación sobre el manejo de explosivos y de armas impartido por un tal "Peio" y por el que fuera jefe de comandos de ETA hasta su detención, en diciembre de 2003, Gorka Palacios.
Su compañero Juan Antonio Olarra Guridi, alias "Jon", les hizo entrega de un arma con munición, con la que los acusados cruzaron la frontera en noviembre de 2002. Acudieron primero a Avilés (Asturias), donde robaron un vehículo con el que llegaron a la localidad cántabra de Solares, donde recogieron el material y el explosivo necesario para cometer los hechos.
En una pista forestal cerca de Torrelavega (Santander), los terroristas elaboraron el artefacto explosivo, compuesto por 30 o 40 kilos de explosivo, que estacionaron en el aparcamiento municipal de Santander, situado en la calle Alfonso XIII y que todavía hoy se encuentra en obras, en la noche del 2 al 3 de diciembre de 2002. Además, Aramburu Sudupe y Etxeberría Garicoetxea llamaron al diario Gara para avisar de la colocación de la bomba y de que ésta iba a hacer explosión a las 15.50 horas de ese mismo día, cuando en realidad, había fijado el detonador para las 15.48 horas.