MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista recurrirá la sentencia absolutoria de Josetxo Ibazeta, exsecretario del alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izaguirre, de Bildu, que increpó a tres aficionados de la selección española de fútbol que celebraban la victoria en la última Eurocopa con un '¡gora ETA militarra!', para que sea condenado por una falta de amenazas.
Así consta en un escrito que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha registrado en el que anuncia su intención de recurrir la sentencia para que sea revisada en casación por la Sección Segunda del Tribunal Supremo.
El Ministerio Público cuestiona el argumento del tribunal de que la falta de amenazas sólo podría ser perseguible mediante "denuncia de la persona agraviada o su representante legal", lo que no ocurrió en este caso. Según fuentes fiscales consultadas por Europa Press, la declaración de los denunciantes sería suficiente para impulsar el procedimiento, al no tratarse de una querella, que sí exigiría su personación.
Ibazeta fue absuelto del delito de amenazas terroristas por el que fue juzgado al no existir pruebas de estos hechos y, según el tribunal de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal que celebró la vista oral, no ser acusado por la Fiscalía de enaltecimiento del terrorismo.
UNA MANO A MODO DE PISTOLA
La sentencia daba por probado que el acusado, que se enfrentaba a una pena de dos años y diez meses de cárcel, profirió la expresión "¡gora ETA militarra!", como reflejaba una grabación realizada por los aficionados de España, aunque la Fiscalía no sustanció su acusación por este delito porque no existió publicidad, requisito exigido para su tipificación.
En las imágenes grabadas por los seguidores de 'La Roja', dos de los cuales eran militantes del PSE en Zarautz (Guipúzcoa), no aparece que Ibazeta pronunciara la frase "¡Voy a sacar la pistola y os voy a pegar dos tiros!" ni que la acompañara con el gesto de simular un arma con la mano.
"Las testificales de la acusación se contradicen y resulta incongruente con el contenido de la documental (grabación videográfica de los hechos acaecidos inmediatamente antes)", señala el tribunal antes de concluir que los hechos por los que fue acusado Ibaceta "ni aparecen probados, ni, de haberlo estado, ostentan la gravedad intrínseca para alcanzar la trascendencia penal que se pretende".
"BRONCA CALLEJERA Y TABERNARIA"
El tribunal, formado por los magistrados Alfonso Guevara Guillermo Ruiz Polanco y Clara Bayarri (ponente de la resolución), enmarcó los hechos, que se produjeron en la Parte Vieja de San Sebastián en la noche del 1 de julio de 2012, en el "contexto bronco, callejero y tabernario" posterior al encuentro.
También descartó que las palabras de Ibazeta pudieran tener naturaleza terrorista al entender que "un acometimiento verbal entre particulares, en la calle, en una zona de copas, y tras un partido de fútbol pueda tener como finalidad subvertir el orden constitucional".
A su juicio, tampoco puede apreciarse un delito de "amenazas graves no condicionadas dirigidas a un grupo de población", como sostuvo el fiscal Carlos Bautista. "Aun cuando sean tres los testigos-víctimas, ello no constituye grupo poblacional alguno", señala la sentencia.
IBAZETA NO PROVOCÓ
De igual modo, se destaca que los tres aficionados de 'La Roja' --Iker Aitor Azpeitia, Gloria Vázquez Herraz y Raúl Cabello Vázquez-- estaban "eufóricos" tras el partido y celebraban la victoria "con profusión de banderas de España, camisetas de la selección y abundancia de bebidas alcohólicas".
La sentencia relata que Azepeitia, cuando se cruzó con Ibazeta y sus amigos, que venían de preparar las inminentes fiestas de la Virgen del Carmen de San Sebastián, "de improviso y sin que conste acreditado el motivo", se dio la vuelta, sacó su teléfono móvil y comenzó a increpar al exasesor de Bildu llamándole "gudari" y preguntándole qué había gritado. Ibaceta no realizó ninguna "provocación" a los aficionados de España, según el tribunal, aunque les respondió: "¡Gora ETA militarrak!".
Durante el juicio, que se celebró el pasado 28 de mayo, el exasesor de Bildu afirmó que no tiene "ninguna duda" de que los incidentes respondían a un "pulso político" para perjudicar a su partido.
"Pueden decir que no me conocen, pero yo estoy absolutamente convencido de que sí. Hoy, no me queda ya ninguna duda de que al final es un pulso político para perjudicarme a mí, a su vez perjudicar a Bildu y al equipo de Gobierno. Espero una absolución", señaló.