El fiscal retira la acusación de lesiones contra dos policías que detuvieron a un hombre por malos tratos

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 15 enero 2009 15:22

VALENCIA 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ministerio fiscal retiró hoy la acusación de lesiones contra dos policías nacionales que detuvieron a un hombre por un delito de violencia de género hacia su mujer y los hijos de ésta el pasado 10 de mayo de 2007. Los agentes aseguraron en el juicio que el hombre se autolesionó en el precalabozo, mientras que éste aseveró que fue golpeado.

Inicialmente, el fiscal pedía una pena de seis meses de prisión y suspensión de empleo de Policía por el mismo tiempo por un delito de lesiones, y reclamaba que indemnizaran a la víctima con 3.000 euros por los daños morales causados, y con 400 euros por las lesiones. Sin embargo, tras escuchar al hombre y a los agentes, decidió cambiar su acusación y suspender la pena.

Los agentes, actuando en el ejercicio de sus funciones, detuvieron a este hombre en su domicilio de la calle San Juan Bosco, porque creyeron que había amenazado y agredido a su esposa y a sus hijastros, quienes habían llamado al 091 y solicitado intervención policial.

Al llegar al lugar, los policías explicaron que el hombre estaba encerrado en la galería de la vivienda, tumbado en el suelo, y que a penas se movía, por lo que no le pusieron las esposas hasta bajar a la calle. Una vez en las dependencias policiales, lo introdujeron en el precalabozo y fueron a dar parte al instructor encargado del caso. Sin embargo, en el transcurso del informe, escucharon voces y golpes, por lo que acudieron hasta ese habitáculo.

Allí observaron que el hombre tenía la cara manchada de sangre, y que no paraba de autolesionarse con los barrotes y las paredes, "estaba totalmente fuera de sí", dijo uno de los agentes. Por ello, entraron y lo intentaron reducir. Tras lograrlo, lo llevaron inmediatamente a que le curaran las lesiones que se había producido. "No le dimos ningún golpe", insistió el otro policía acusado.

Esta versión fue corroborada por el policía encargado de la seguridad y la custodia de los detenidos en los calabozos, quien indicó que se escucharon voces y golpes desde el habitáculo en el que se encontraba el detenido. Afirmó que acudió hasta allí junto con los policías acusados, y que el hombre presentaba sangre en la cara y que intentaba autolesionarse.

Sin embargo, el hombre, que se encuentra en tratamiento psiquiátrico y suele tener brotes psicóticos, aseguró que una vez en la comisaría, le metieron en una habitación y le golpearon en la ceja y por el cuerpo. "Me dieron patadas y tuve desgarros musculares. Yo no me golpeé en ningún momento", aseveró.

No obstante, indicó que no podía reconocer a los agentes que le agredieron, y explicó que tardó hasta dos meses en denunciar lo ocurrido porque tenía miedo y aturdimiento, y porque al principio no recordaba muy bien lo que había pasado, y que con el tiempo le vino "a la cabeza".

Asimismo, el hombre afirmó que le pusieron puntos en la herida de la ceja en la comisaría, y que no recuerda que le trasladaran a ningún hospital; también varió su versión al asegurar que nada más salir de las dependencias contó lo ocurrido a su mujer, mientras que al forense y al juez no les pudo manifestar nada porque aseveró que "no lo recordaba".

Por su parte, la mujer, quien reconoció que en alguna ocasión su marido había intentado suicidarse y autolesionarse, declaró que "en ningún momento" los agentes le dijeron que detenían a su marido por un delito de malos tratos, sino que le aseguraron que la llamarían después de llevar a su esposo al hospital. Al mismo tiempo, le indicaron que debía denunciar lo ocurrido, por lo que, según ella, recibió "presiones psicológicas", ya que no se sentía maltratada, y les denunció.

Aseveró que llamó a la Policía para que le ayudara y se llevara a su marido al hospital, con el objetivo de que le limpiaran el estómago, ya que había ingerido un paquete de pastillas tranquilizantes. Les indicó que estaba muy agitado y alterado, y que le había amenazado con romperle el brazo si no le soltaba y le dejaba irse. Cuando fue a recogerlo de las dependencias, le observó diversas heridas que "no parecían fruto de una autolesión", dijo.

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