MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía solicita que la anarquista Amanda Cerezo García, que será juzgada a partir de hoy, lunes, en la Audiencia Nacional, sea condenada a 132 años de cárcel por cometer cuatro atentados en Valencia entre enero y mayo de 2003, uno de los cuales hirió a un total de nueve personas como consecuencia de la explosión de una carta-bomba en una oficina de Correos.
El fiscal Miguel Ángel Carballo la considera autora de nueve tentativas de asesinato y un delito de estragos por este atentado y de otros tres de daños por los incendios de una excavadora, un cajero automático de la entidad Bancaixa y la sede del Instituto de Formación Profesional de Cabañal.
Por estos tres últimos ataques Carballo solicita a la Sección Primera de la Sala de lo Penal, que juzgará los hechos, que condene a una pena de nueve años de prisión a Eduardo José Alonso Sánchez, compañero sentimental de la acusada.
Según el escrito provisional de conclusiones del Ministerio Público, los dos procesados son "activistas anarquistas vinculados a un núcleo de libertarios" que se conectaban a través del Ateneo Libertario de Valencia y, anteriormente, de un centro social alternativo denominado 'Malas Pulgas'.
"UTILIZACIÓN DE MEDIOS VIOLENTOS"
Ambos estaban de acuerdo en "utilizar medios violentos para la consecución de sus fines, que no eran otros que realizar actos de protesta, reivindicación y oposición frente a determinadas decisiones de las Administraciones públicas, siendo conscientes de que con sus acciones se alteraba la paz pública". No obstante, el fiscal señala que "no formaban parte de un grupo determinado y organizado que tuviese por finalidad subvertir el orden constitucional y atentar contra la paz pública".
El atentado más grave de los cuatro se produjo el 24 de mayo de 2003, cuando un artefacto que se encontraba en el interior de un sobre de color marrón dirigido a la 'Plataforma Política España 2000' explotó en el edificio de Correos situado en el número 175 de la calle San Vicente de Valencia.
En los otros tres los acusados reivindicaron sus acciones violentas con argumentos del estilo de "Abajo la tiranía del Estado" o "Nosotr@s no nos conformaremos con poder reformar las instituciones actuales, sino que queremos destruirlas para siempre". Entre la documentación que se les incautó había escritos titulados "El placer armado", "Dinamita bajo el coche", "Incendiario de ideas subversivas" o "Terrorismo y violencia revolucionaria".
