MADRID 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía Togada ha desistido de ejercer la acusación ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo contra el coronel de Infantería Luis Gómez Armero, primer militar acusado de "mobbing" o acoso laboral en el Ejército, y que fue absuelto en octubre de 2005 de un delito de deslealtad por el Tribunal Militar Central.
El pasado mes de octubre, la Fiscalía anunció al Tribunal Militar Central la presentación de recurso de casación contra la sentencia absolutoria. Sin embargo, el fiscal del Supremo no ha compartido ese criterio y ha decidido no formalizar el recurso.
Pese a ello, la Sala de lo Militar del Supremo examinará el caso ya que la acusación particular, en representación del comandante que denunció al coronel, sigue adelante con su recurso.
La Fiscalía de la Sala de lo Militar Supremo no ha contestado a los requerimientos de la acusación particular para conocer los motivos que han llevado al Ministerio Público a cambiar su criterio y no recurrir la sentencia absolutoria. En el juicio celebrado ante el Tribunal Militar Central, el fiscal pidió un año y medio de cárcel para el coronel Gómez Armero por deslealtad.
La acusación contra el coronel se basaba en que había denunciado a un comandante que estuvo a sus órdenes por abandono de destino pese a conocer que dicho oficial estaba de baja justificada por enfermedad. Gómez Armero fue el primer militar denunciado por 'mobbing' o acoso laboral en el Ejército, precisamente por el mismo comandante, denuncia que fue archivada.
Gómez Armero, como coronel jefe del Regimiento Garellano, de Munguía (Vizcaya), era el superior del comandante, y como tal le había concedido baja médica por depresión hasta el 17 de julio de 2002. Sin embargo, posteriormente a esa fecha no prorrogó la baja al no darse por enterado de los informes médicos que le enviaba el padre del comandante, ya que entendía que debía mandárselos el propio afectado y no un familiar, lo que no comunicó a la familia para que fuese subsanado antes de dar el parte.
No obstante, el Tribunal Militar Central estimó que el coronel no tuvo intención de engañar al poner en conocimiento de la justiciamilitar, el 26 de julio de 2002, que el comandante no se había presentado a la unidad, por lo que pedía que se le investigara por un presunto delito de abandono de destino. El Tribunal dió la razón al coronel en este aspecto y afirma que, cuando dió parte el 26 de julio del comandante por presunto abandono de destino, no tenía por qué saber que el comandante seguía enfermo.
La acusación particular sostiene que el coronel había sido procesado, además, porque en su ratificación del parte ante el juez togado, en septiembre de 2002, ocultó que había dado orden de rehusar la documentación médica que se le remitía, que no había comunicado la denegación de la solicitud de continuidad de baja, que había devuelto el segundo parte de petición de continuidad sin motivo justificado, y que era conocer de que la enfermedad persistía.
En su recurso contra la sentencia absolutoria, la acusación particular pide al Supremo que retrotraiga las actuaciones del caso hasta el momento anterior a que se dictara la absolución para que un tribunal "imparcial" emita nueva resolución, dado que considera que la sentencia omite hechos principales, que entiende probados desde el inicio del caso.