Gallizo dice que "nadie está en prisión por ideas o religiones", sino por delitos, y apuesta por "desterrar la venganza"

Entrega la medalla al mérito social penitenciario a Ambrosio Echevarría por su labor de consolidación de la Pastoral Penitenciaria

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 11 diciembre 2006 15:24

BILBAO, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, destacó hoy la función de reinserción de la política penitenciaria, que ha "desterrado la venganza" porque "no remedia nada". Asimismo, indicó que "nadie está en prisión por ser drogadicto, por ser machista, por tener ideas o religiones radicales", sino por cometer delitos que "dañan" a las personas que los sufren y a quienes los cometen.

Gallizo hizo entrega en la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya, en Bilbao, de la medalla al mérito social penitenciario a monseñor Ambrosio Echevarría en reconocimiento a su labor en la consolidación de la Pastoral Penitenciaria y por su "eficaz" trabajo en apoyo y ayuda de internos excarcelados por enfermedad terminal.

En el acto, participaron representantes de las instituciones penitenciarias, la Subdelegación de Gobierno, y la Iglesia, encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.

Gallizo destacó el trabajo desarrollado por Ambrosio Echevarría en la transformación de la función penitenciaria y su "aportación activa" en la excarcelación de reclusos con enfermedades terminales, la atención a presos con VIH y la participación del voluntariado en la intervención social penitenciaria.

La directora general de Instituciones Penitenciarias señaló, en su intervención, que, aunque las personas que se encuentran recluidas en las prisiones lo están porque han cometido algún delito, "detrás" de una parte importante de estos casos se encuentran "muchos problema no resueltos" y personas "marginadas", casi siempre "pobres".

En este sentido, insistió en que las desigualdades sociales "marcan la vida de la gente como una condena" y en que problemas como la pobreza, la marginación, la incultura, el machismo o la falta de compromiso social "están detrás" del 80% de las razones que llevan a prisión a la población reclusa.

Gallizo lamentó que el 90% de las noticias relacionadas con las prisiones tienen que ver con el 10% de los presos, mientras que la mayoría no son noticia.

Asimismo, aseguró que "nadie está en prisión por ser drogadicto, por ser machista, por tener ideas o religiones radicales", sino por cometer un delito y agregó que todos los delitos son "odiosos" y "dañan" a las personas que los sufren y a quienes los cometen porque "los degradan ante los demás y ante sí mismos". Por ello, apostó por "tratar de hacer entender" a los reclusos que deben reparar "el daño" que cometieron para "vivir en paz" con los demás y con ellos mismos.

Según indicó, la política penitenciaria ha "desterrado la venganza" de sus principios porque "no remedia" ni evita "nada". En función de los datos aportados por Gallizo, el 11% de la población reclusa, la mitad tiene problemas de drogodependencia y "casi todos necesitan ayuda", aunque "algunos ni siquiera lo saben". En estos casos, a los que en ocasiones se enfrentan sin la ayuda de las familias, destacó, los voluntarios han realizado un trabajo "impagable".

Finalmente, destacó la importancia de ayudar a que la integración de los ex reclusos "sea posible", para no "añadir una condena" de exclusión social.

De manera previa, el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Miguel Angel Fernández, destacó la labor del homenajeado de colaboración "desde el sistema penitenciario" para crear un sistema basado en la concepción de la pena privativa de libertad en términos de reinserción.

SOLIDARIDAD

El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, se felicitó por el hecho de que la celebración de este acto supone el reconocimiento del trabajo de Ambrosio Echevarría y del servicio prestado desde la pastoral penitenciaria. De esta manera, destacó la labor de ayuda y comprensión, entre otros elementos, que se lleva a cabo para intentar hacer que "la vida sea lo más soportable posible" para los reclusos.

Por su parte, Ambrosio Echevarría recogió la medalla, según indicó con "satisfacción" y "con un poco de complejo", explicando que el papel de la Iglesia en las prisiones responde a su "compromiso evangélico" e intenta hacer "más humana la vida" de los encarcelados, llevando "una gota de solidaridad del mundo libre". Finalmente, destacó la labor de los voluntarios y del trabajo surgido "desde las parroquias" en este campo.

La medalla al mérito penitenciario fue concedida a Ambrosio Echevarría el pasado mes de septiembre, aunque el homenajeado no pudo acudir al acto de entrega en Madrid por motivos de salud. Por ello, el acto de imposición de la condecoración, fue celebrado este mediodía en Bilbao.

Echevarría (Zeberio, 1922) es licenciado en Derecho y Filología Inglesa, fue profesor del seminario de Vitoria, capellán castrense, profesor de Deontología Militar en las academias de Zaragoza y Toledo y obispo de Basbastro (Huesca).

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