MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El diputado de Izquierda Unida (IU) en el Congreso, Gaspar Llamazares, considera que internacionalmente es España y no Baltasar Garzón la que está "en el banquillo de los acusados" después de que el Tribunal Supremo vaya a juzgar al magistrado por sus investigaciones sobre el franquismo, y puso de relieve la imagen que se está percibiendo de un país en el que "los nostálgicos y los verdugos" se han convertido en "justicieros".
En rueda de prensa en la Cámara Baja, Llamazares tachó de "pésima" la noticia de la decisión del Supremo, el cual, a su juicio, ha conseguido que no sea Garzón sino España la que está sentada "en el banquillo de los acusados" a nivel internacional, que percibirá la democracia española como una democracia "sólo imperfecta, sino con grandes carencias".
LOS JUECES Y LAS VÍCTIMAS, LOS CULPABLES
"Ésta es la percepción internacional de un país en el que los nostálgicos y los franquistas se convierten en los acusadores y los jueces, los demócratas y las víctimas en los culpables --enfatizó--. Es la justicia al revés".
A su juicio, en esta materia "no hay justicia" porque hay "demasiada venganza, demasiado odio y muy poca voluntad de aplicar las leyes y una justicia democrática". "Algo malo pasa en la justicia española para que, después de tres décadas, no hayamos sido capaces de recuperar un mínimo de la memoria, la justicia y la reparación de las víctimas", apostilló.
EL SUPREMO COMO HEREDERO DEL TRIBUNAL FRANQUISTA
El parlamentario de IU cree que el juicio a Garzón se va a volver "como un bumerán" contra la justicia española, la cual, según insistió, quedará "en cuestión" a nivel internacional puesto que "será la heredera del Tribunal de Orden Público. "El Supremo como heredero del tribunal franquista", acotó.
Frente a esta situación, Llamazares avanzó que su formación junto con otros grupos y organizaciones va a contestar a esta "burla a la justicia" no sólo desde el punto de vista institucional, sino también "en la calle".
"No se trata de esclarecer los hechos ni que prevalezca una posición justa, sino se trata únicamente de venganza, de odio y a veces también de cuestiones corporativas que a los españoles no les interesa lo más mínimo", concluyó.