El Gobierno balear ve difícil asumir los 90 millones de euros que Barceló debía aportar al Palacio de Congresos de Palma

PALMA DE MALLORCA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Turismo, Miquel Nadal, ve muy difícil que el Gobierno balear pueda asumir los "80 ó 90 millones" de euros que debía aportar la UTE liderada por el Grupo Barceló para la construcción del Palacio de Congresos de Palma, porque "la situación no está para alegrías" en un momento de crisis como el actual, aunque mantuvo inalterable la fecha de apertura de la nueva infraestructura, el primer trimestre de 2011.

El consejero recordó que las obras han continuado en todo momento, a pesar de que la concesionaria anunció el pasado mes de mayo su intención de abandonar el proyecto y, desde entonces, se mantienen reuniones a tres bandas --en las que también participa el Ayuntamiento de Palma-- para buscar una salida a la situación. Precisamente, Nadal acudió hoy al Parlament balear para informar sobre estos encuentros.

La comisión de Turismo de la institución se reunió hoy, presidida por la diputada Margalida Mercadal, y en ella intervinieron, además del titular de esa cartera autonómica, los parlamentarios Joan Flaquer (PP), Aina Crespí (PSIB-PSOE), Biel Barceló (Bloc) y Josep Melià (Grupo Mixto -UM-), quienes expusieron sus inquietudes respecto a esta iniciativa, presupuestada en 125 millones de euros, de los que 30 millones de euros ya han sido aportados por la Comunidad Autónoma y la ciudad de Palma.

Los restantes 95 millones de euros son los que debe aportar la UTE, en la que Barceló participa con un 95%, y los que ahora están en juego, mientras la estructura del edificio se levanta rápidamente en una de las principales entradas de la capital balear, incluido el hotel de 144 habitaciones, que ahora se ha quedado sin empresa gestora, y cuyo futuro no aclaró Nadal, porque "intentamos reconducir la situación para llegar a un acuerdo", apuntó.

Entre las posibilidades que se mantienen abiertas, Nadal apuntó la posibilidad de convocar un nuevo concurso público, así como realizar un cambio en el modelo de gestión. A lo que aún agregó la posibilidad de establecer "sinergias" con el proyecto del Recinto Ferial --que aún no se ha levantado--, aunque sin precisar qué tipo de relación se podría crear entre ambos recursos, en los que se viene trabajando desde hace una década.

En general, todos los grupos parlamentarios apoyaron la actual gestión pública del proyecto del Palacio de Congresos --que se realiza a través de una empresa del mismo nombre-- y manifestaron su interés en que se superen los problemas y su construcción continúe sin incidencias. Extremo al que el conseller de Turismo respondió alegando que el grado de ejecución de las obras "es el que estaba previsto", aseguró.

HACE FALTA NUEVA CONCESIÓN

Entre las intervenciones, destacó que Joan Flaquer lanzase una "invitación" al Govern para que realice "todos los esfuerzos posibles" para poner en marcha el Palacio de Congresos, así como que Biel Barceló considerara que "es un hecho" que el proyecto no podrá seguir adelante si no se realiza una nueva concesión del mismo. Precisamente, porque las instituciones públicas no pueden asumir la totalidad del pago de su construcción.

Nadal, que en su exposición inicial dijo que la concesión se realizó de una forma "mal gestionada y políticamente cuestionable, a la puerta de unas elecciones", aseguró más tarde a Flaquer --ex conseller de Turismo en la pasada legislatura-- que no critica la actuación del PP, sino sólo en el aspecto de que uno de los tres solares que cediera para la construcción del palacio y el resto de equipamientos resultara "no ser público", señaló.

El conseller no ofreció datos sobre la comercialización que se está realizando del Palacio de Congresos de Palma, aunque admitió que ya se ha empezado a hacer "una cierta promoción" del mismo, a falta de un año y medio --como máximo-- para su apertura. A es respecto, cabe señalar que la infraestructura se diseñó para albergar congresos de gran tamaño --de al menos 2.000 participantes--, que se comienzan a organizar con dos años de antelación.