El Gobierno traslada a Imaz que es imprescindible la participación activa del PNV en el proceso de paz

Actualizado: jueves, 4 mayo 2006 18:40


MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó hoy al presidente del PNV, Josu Jon Imaz, el "papel fundamental" de esta formación, cuya participación "activa" en el proceso de paz es "imprescindible".

Sobre si, una vez verificado el alto el fuego, el foro multilateral por el que apuesta Imaz podría coincidir con el diálogo con ETA, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, subrayó que el Ejecutivo "está dispuesto a ayudar que la política encuentre respuestas", pero en unos "márgenes" que transiten "partidos políticos legales".

Tras dos horas y cuarto de reunión, Moraleda compareció ante los medios de comunicación para dar cuenta del encuentro, que se desarrolló en un "clima cordial" dada la "magnífica relación" entre Imaz y Zapatero.

PAZ Y LUEGO, POLÍTICA

En cuanto al hecho de que, para Imaz, el derecho a decidir de los vascos deba manifestarse en un acuerdo que integre el máximo de sensibilidades, Moraleda llamó a ser "consecuente" con el proceso actual. "No es bueno subir una escalera saltando varios peldaños", avisó.

Indicó que en la actualidad el Gobierno está verificando que la ausencia de violencia es "real". "Después, cuando verifiquemos que efectivamente estamos ante un cese real de la violencia, será el momento de la política, pero no antes", advirtió.

Con estos argumento, remarcó que el Ejecutivo comparte la expresión de Imaz de que "primero la paz y después de la política".

"No dejemos que la ansiedad imposibilite hacer las cosas y ayudemos a este consenso, que nos implica una responsabilidad", apeló.

LLAMAMIENTO A "GENEROSIDAD"

Posteriormente, Moraleda fue preguntado sobre si, una vez Zapatero acuda al Congreso de verificarse el alto el fuego, podría darse el foro multilateral que pretende el PNV junto al diálogo con ETA. "La política tiene unas fronteras enormes en las que se desenvuelve la democracia y en esas fronteras, que son muy amplias, el Gobierno está dispuesto a ayudar a que la política encuentre respuestas y a que definitivamente no se utilice la violencia por una opinión", expuso Moraleda.

No obstante, matizó que la política tiene los "márgenes" de la "democracia y el Estado de Derecho" y que éstos "tienen que transitarse por partidos políticos legales". "Creo que ese es el procedimiento y el instrumento para trabajar", aseguró.

Añadió que el Gobierno también comparte la lectura de que "la mejor política para un mejor futuro es la del máximo consenso posible". Por ello, instó a "todos" a que, "cuando llegue la hora de la política", tengan "la misma generosidad" que la que se ha demostrado hasta ahora en la verificación, ya que se ayudará "a las aspiraciones de todos los españoles y de todos los vascos".

NO PUEDE HABER "AVAL MAYOR".

Moraleda también hizo énfasis en que con esta entrevista finaliza la ronda abierta por Zapatero con los partidos con representación parlamentaria. "Podemos concluir que se ha hecho con apoyo explícito al Gobierno en la verificación del alto el fuego y en su caso, el proceso de paz que se iniciaría después", resaltó.

Recordó que Zapatero se ha entrevistado con los representantes de las fuerzas políticas parlamentarias, además de con Imaz y con el 'lehendakari', Juan José Ibarretxe. "En la situación actual, el Gobierno piensa que no puede haber un aval mayor que la unanimidad de todos los partidos políticos --expuso--. Todos los partidos, de izquierdas, de derechas, del Norte, del Sur, unidos sin fisuras en contra de la violencia y a favor de la paz" .

En su opinión, este apoyo es una satisfacción, porque el "mayor activo para luchar contra la violencia es la unidad de los demócratas", pero también una "importante responsabilidad" porque están representados "los 44 millones de ciudadanos que quieren la paz".

Bajo esta tesis, el secretario de Estado de Comunicación fue preguntado sobre si, a juicio del Gobierno y dado este aval, sería innecesaria una votación en el Congreso para iniciar el diálogo con ETA. Moraleda dijo compartir con Imaz sus apreciaciones sobre el procedimiento a seguir y llamó a distinguir "lo fundamental de lo accesorio".

Para el Gobierno lo "fundamental" es que en el proceso de "verificar el alto el fuego permanente" se tengan "elementos objetivos y suficientes para constatar" que es un "cese real de la violencia". "Lo secundario es, una vez realizado este proceso, el formato en que se produce el compromiso del jefe del Ejecutivo de cara a ir al Congreso", anunciar el resultado del "contenido de los informes" de verificación y dar "su impresión acerca de los mismos", recalcó Moraleda.

ALTO EL FUEGO DE ETA "IRREVERSIBLE"

Por su parte, Josu Jon Imaz garantizó hoy al presidente del Gobierno que la prioridad de su partido será que el alto el fuego permanente anunciado por la banda terrorista ETA el pasado 22 de marzo pase de ser "permanente" a "irreversible", al tiempo que consideró que la clave a una solución política en el País Vasco esté basada en un doble binomio: "no imponer y no impedir". El dirigente nacionalista coincidió quiso desvincular la paz de cualquier proyecto político de futuro.

"Estamos ante una situación que se definía como permanente en aquel comunicado y nuestra responsabilidad es conseguir que lo permanente se convierta en irreversible", manifestó Imaz en una rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa tras la reunión de más de dos horas que compartió con el presidente del Gobierno. Ahora, apuntó, "nos toca comprobar que esa voluntad del comunicado se corresponde con la desaparición plena de cualquier tipo de violencia".

En este sentido, sostuvo que, cuando se demuestren "esos signos inequívocos" de fin de la violencia terrorista, habrá que "apostar por un final dialogado a través del diálogo entre el Gobierno del Estado y ETA. Ese es el camino que está trazado y que nosotros compartimos desde la voluntad que siempre hemos reflejado: la violencia y la paz no deben ir vinculados a ningún proyecto político", dado que, de ser así, sería como "reconocer la legitimidad del uso de la violencia en cualquier circunstancia para alcanzar un objetivo político".