MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un superviviente haitiano residente en Holanda, que ha sido evacuado por España, relató hoy a su llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) la pérdida de cuatro de sus familiares en el terremoto que devastó el país el pasado 12 de enero, incluidos sus padres y uno de sus hijos. Según dice, "allí no se puede vivir" y solicita la ayuda de la comunidad internacional.
"Hay muchos problemas en Haití, cuatro familiares han muerto, mi casa se ha derrumbado, hay muchos problemas por la comida, por el agua, hay mucha gente en la calle, muchos problemas. No se puede vivir", dijo en declaraciones a Europa Press durante su escala en España.
Alonso Journe de 47 años, nacido en Puerto Príncipe pero residente en Holanda, logró salir de Haití en el mismo Boeing 707 de la Fuerza Aérea Española que hoy repatrió los restos mortales de la subinspectora de Policía fallecida en el terremoto, Rosa Crespo Biel, junto a numerosos efectivos de rescate de distintas comunidades autónomas. Su próximo destino es regresar a Holanda donde trabaja desde hace siete años junto a su hija.
Según explicó, fue la mediación de la embajada holandesa en Haití con la que se puso en contacto tras la tragedia la que logró que España aceptase incluirle junto a su hija de 17 años entre la lista de pasajeros del vuelo. "Gracias Dios estaba en la calle con mi hija comprando en el momento del terremoto, cuando volví, mi casa estaba derrumbada", recordó.
Según dijo, él acudió "de vacaciones" a Haití para buscar a su hija. "Llevaba 22 días cuando se produjo el terremoto", relató Journe, quien reiteró la perdida de cuatro de sus familiares, pero añadió que en su provincia han sido muchos más. "No los he contado", añadió Alonso quien se expresaba en castellano con dificultad, pero manifestó su deseo de que la comunidad internacional ayude a Haití e hizo especial hincapié en el abastecimiento de agua.
En el mismo vuelo regresaron a España un equipo de cuatro guardias civiles, cuatro guías caninos de la Policía Nacional, 19 ertzantzas, 15 bomberos de la Comunidad de Madrid, siete de la Junta de Castilla y León, miembros de Protección Civil y varios cooperantes.
"QUEDA MUY POCA ESPERANZA"
Javier González, conocido por sus compañeros como 'Marine' es uno de los miembros de la 'BRICAM de la Comunidad de Madrid que participó en el rescate de un niño de dos años que quedó encerrado entre las ruinas de un edificio tras el seísmo. Según dijo, cada vez son menos las posibilidades de encontrar a gente con vida. "Queda muy poca esperanza son muchos días ya y la temperatura es muy alta".
"Nuestro trabajo era rescatar las máximas personas vivas que encontrásemos, ha sido una labor de rastreo, hemos rastreado decenas de edificios y hemos rescatado a dos personas vivas, uno era un niño. Había mucha inseguridad, había muchos pillajes, yo en concreto no llegué a temer por mi seguridad pero si que hay compañeros que pasaron miedo", confesó 'Marine' desde la pista de aterrizaje de la base aérea.
El jefe de los Servicios Médicos de Protección Civil de Getafe, José Ignacio Bugella Yudice, fue quien atendió a ese niño tras el rescate y califico el hecho como "un milagro". "Nada más que necesitó hidratación, la verdad es que tuve la suerte de que lo trajeran a nuestro campamento. Luego lo llevaron a un hospital en el que no se podía atender a nadie y acabó siendo atendido en unos barracones especiales, afortunadamente estaban los padres con él", relató.
"40 AMPUTACIONES EN UN DÍA"
Según contó "tenía dos añitos, todo el mundo creía que era una niña, pero al quitarle el pañal, que por cierto olía fatal después de dos días, se comprobó que era un niño. Estaba abrazado a su abuelo". Sobre la situación en la zona Bugella aseguró que "ha sido un espectáculo dantesco" y vaticinó que "se llegará a los 200.000 muertos, ya hay 700.000 heridos". "En un día llegamos a tener 40 amputaciones, había muertos por la calle, había inseguridad pero nosotros siempre íbamos con escolta de la ONU", añadió.
"La población de Haití está más tranquila que nosotros, parece como si fuese algo normal para ellos, no es tan violenta como sale en la televisión", narró Alberto Salazar, uno de los efectivos de la Policía Autónoma Vasca desplegados durante cinco días en Haití. "En el País Vasco lo hemos pasado peor que allí", añadió al tiempo que, aunque admitió los "pillajes" en las calles, los calificó como algo "normal".
"CADA CASA ES UN ATAÚD"
"Nosotros también lo haríamos, están sobreviviendo, roban para poder hacerse tiendas de campaña", justificó al tiempo que consideró que "ya no queda esperanza: cada casa es un ataúd, el olor que había allí era a muerto. Todo muerto, esperanza ninguna".
A pocos metros del avión que les trajo de vuelta a España, todos los miembros de los distintos cuerpos se despidieron con abrazos y felicitaciones formando un nutrido grupo de gente en el que se mezclaban los colores de sus uniformes.
GRANADOS DESTACA LA COOPERACIÓN
El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Francisco Granados, después de hacerse una foto con los integrantes de la expedición madrileña destacó en declaraciones a Europa Press "el buen ambiente y la coordinación que ha habido entre bomberos, policías, guardias civiles y ertzainas". "Es un dato a destacar a parte de la satisfacción y el orgullo que supone tener un cuerpo que de manera voluntaria nos representa a todos, representa la solidaridad de los madrileños allí donde está y salvan vidas. Es para estar muy agradecidos", zanjó.
Una de las psicólogas de la Junta de la Castilla y León explicó su labor de estos días ante situaciones tan extremas y aseguró que "por encima de las imágenes que hayan podido ver o las situaciones que hayan tenido que vivir" el perfil más habitual con el que se encuentra es el de la persona que confiesa "sentirse impotente por no haber podido hacer más y no haber podido salvar más vidas.