VALENCIA 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un hombre aceptó hoy en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia un pena de 12 años y 11 meses de prisión por intentar matar al propietario de un establecimiento en el que pretendía robar. Así mismo, se le condena por otros robos perpetrados con una escopeta de cañones en tiendas y vehículos estacionados en plena calle.
Inicialmente, el ministerio fiscal pedía una pena de 30 años y 10 meses de cárcel contra él por tres delitos de robo con intimidación; otros dos delitos de robo con fuerza; un delito de robo con violencia e intimidación; un delito de tenencia de armas y uno más de homicidio en grado de tentativa. No obstante, finalmente se quedó en 12 años y 10 meses de prisión al aplicarle la exhimente incompleta de drogadicción, según explicó a Europa Press el abogado de la defensa.
Los robos tuvieron lugar a finales de 2007, y el primero de ellos en el mes de octubre, en una tienda de alimentación de la calle Pedro Patricio Mey, número 20. Al lugar, según consta en el relato del ministerio fiscal, se trasladó este hombre junto a otras dos personas más, esgrimió una pistola y se la colocó a la dependienta a la altura de la sien para que le entregara el dinero y los efectos de valor que tuviera. De esta manera, consiguió adueñarse de 4.000 euros en efectivo, de un reloj de pulsera; 30 tarjetas de recarga de móviles; varias botellas de whisqui; un bolso con varias tarjetas de crédito; y tres teléfonos móviles.
Transcurridos unos días, en el mismo mes, el hombre acudió a unos laboratorios ubicados en la calle Grabador Esteve, se dirigió a las empleadas y les manifestó que iba a cobrar. Tras ello, abrió la parka que vestía y descubrió una escopeta de cañones recortados para exigirles el dinero recaudado y un teléfono inalámbrico. En total, se llevó 614 euros.
Tres días más tarde, apalancó el marco y desprendió el cristal derecho de un vehículo que estaba estacionado en el barrio valenciano de Marxalenes, de donde se apropió de un radiocassette, de una cartera con diversa documentación y tarjetas bancarias, y de una placa insignia de la Policía Local de Serra, según el relato del fiscal.
A primeros de noviembre, el hombre se personó en un bar que estaba cerrando y le enseñó una escopeta a la esposa del propietario, a la que también le dio varios empujones y le ordenó que se metiera en la cocina. En ese momento, su marido, que se encontraba en interior del local, se percató de lo que pretendía, salió y se dirigió a este hombre.
Entones, éste se marchó del bar sin poder ultimar su propósito y emprendió la huída perseguido por el propietario del bar. En un momento determinado, se detuvo y le disparó dos veces con la escopeta que portaba, aunque ninguna bala llegó a alcanzar al propietario. Tras ello, siguió huyendo.
Poco después, sobre las 17.00 horas del mismo día, provisto de esta escopeta y cubriéndose completamente su rostro con un pañuelo, unas gafas de sol y un gorro, se personó en una gasolinera ubicada en el Camino de las Moreras y encañó con el arma a los dos empleados que se encontraban, a los que les exigió el dinero recaudado. En total, consiguió 800 euros.
Dos días más tarde volvió a romper el cristal de otro vehículo estacionado en el Paseo de la Alameda de Valencia, y de su interior sustrajo varios CD, tarjetas bancarias y diversa documentación que pudo ser recuperada.