MADRID 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, se desplazará mañana a Malí para analizar con las autoridades de Bamako la problemática de la inmigración ilegal ya que Malí se ha convertido en 2006 en el país subsahariano de donde proceden más inmigrantes indocumentados llegados a las costas españolas entre enero y mayo.
Tras su estancia en Malí, el secretario de Estado viajará el viernes a Costa de Marfil. Ambos países no los incluyó en su reciente gira africana para abordar el fenómeno de la inmigración ilegal hacia las costas españolas. El Gobierno envió tanto a Malí como Costa de Marfil un diplomático de refuerzo dentro del despliegue que puso en marcha el Ejecutivo tras la llegada masiva en mayo de inmigrantes subsaharianos en cayucos.
Malí tiene una situación geográfica --enclavado entre Mauritania y Argelia-- y económica --el cuarto país del mundo con peor índice de desarrollo humano, según la ONU-- que hace que sea un territorio de origen y tránsito para la inmigración clandestina, por lo que España le presta una especial atención.
En este sentido, el Ejecutivo ha decidido abrir una Embajada en su capital, Bamako, con el fin de impulsar la negociación de un acuerdo de flujos migratorios que abarque tanto la repatriación de indocumentados como la aplicación de programas de cooperación y de ayuda al desarrollo, y el establecimiento de una cuota de inmigración legal.
En lo que se refiere a Costa de Marfil, este país es el más inestable políticamente de la región en estos momentos y las autoridades españolas han constatado un incremento de la llegada de ciudadanos costa marfilenses que huyen de la violencia en su país.
El secretario de Estado visitó siete países --Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Sierra Leona, Liberia, Camerún y Guinea Ecuatorial-- en su reciente gira del 29 de mayo al 2 de junio, que estuvo centrada en cuestiones migratorias.
De acuerdo con los datos obtenidos, la relación de países de origen de los que proceden los inmigrantes llegados a la Península entre enero y mayo la encabeza Malí, con 1.951 personas trasladadas desde Canarias, seguida de Senegal, que alcanza la cifra de 1.117 ciudadanos 'sin papeles'.
A continuación, se encuentran Gambia, con 922 personas transportadas desde el archipiélago; Costa de Marfil, con 662, y Guinea-Bissau, país del que suman 344 los inmigrantes llegados a la Península, así como la República de Guinea, con un total de 316 personas.
Aunque de forma mucho menos significativa, dentro de los países que aportaron inmigración a la Península entre enero y mayo se encuentran, por este orden, Mauritania, Liberia, Sierra Leona, Burkina Faso y Sudán.
El ministro de Asuntos Exteriores de Malí, Moctar Ouane, afirmó en diciembre que su Gobierno está dispuesto a alcanzar con España un "rápido" acuerdo en las negociaciones de un acuerdo sobre flujos migratorios que permita la repatriación de los ciudadanos malíes en situación irregular dentro del territorio español.
En la actualidad, entre 10.000 y 12.000 malienses viven legalmente en España, de los que más de 7.000 lo lograron gracias a la reciente regulación de inmigrantes ilegales. Ouane se entrevistó con la delegación española encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, durante su gira africana y al término de la reunión indicó que ambos Gobiernos están en una "dinámica de negociación" desde hace varias meses a raíz de una visita que realizó a Madrid donde se entrevistó con la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí.
En cualquier caso, dejó claro que Malí había tomado ya medidas "prácticas y concretas" a nivel de seguridad con el objetivo de tener un mayor intercambio de información y reforzar su capacidad de respuesta a este fenómeno, al tiempo que subrayó que la cuestión de la inmigración va más allá de la relaciones bilaterales de los dos países.
Malí ha sido hasta ahora poco proclive a cooperar en temas de inmigración con los países de destino y no ha firmado ningún convenio de estas características con un país tercero, ni siquiera con su antigua metrópoli francesa, de ahí que desde el Gobierno español se valorase muy positivamente que el Gobierno de Bamako hubiese aceptado negociar los términos del mismo o, en su defecto, autorizar en un futuro la repatriación de malienses ilegales desde España.