MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, aceptó hoy que un responsable del Ejecutivo autonómico de Canarias esté dentro de la delegación española que participará en la Conferencia ministerial euroafricana de Rabat sobre inmigración y desarrollo y que se celebrará los días 10 y 11 de julio.
"Garantizo que en la delegación oficial española habrá un representante del Gobierno canario y que juntos podamos defender de la mejor manera propuestas y proyectos en esa Conferencia", indicó Moratinos al diputado Luis Mardones, de Coalición Canaria, quien le hizo una petición en este sentido durante la sesión de hoy en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados.
El jefe de la Diplomacia hizo hincapié en el objetivo español de "sensibilizar aún más a la Unión Europea" en el tema de inmigración ilegal y la necesidad de apoyar económicamente para el desarrollo de África. "Los mecanismos de ejecución de los objetivos, de los procedimientos, no se han desarrollado con la rapidez y la cantidad y calidad necesaria para atender los enormes retos que tiene la UE".
Ante la última afluencia masiva de inmigrantes ilegales a las costas canarias, Moratinos subrayó que el Gobierno responde a este problema con "serenidad, solidaridad, pero también con firmeza" ya que los ciudadanos africanos que intentan entrar de forma ilegal en territorio español "tienen que saber que van a regresar a sus países de manera digna y con respeto a los Derechos Humanos".
Asimismo, negó que el Ejecutivo español busque "militarizar" su respuesta al fenómeno de la inmigración. "Queremos un plan integral de lucha contra la inmigración en el que cada uno cumpla la misión que le toque" dentro de las Administraciones españolas, dijo tras la petición de ayer del Parlamento canario. Además, consideró que una medida de este sentido sería "contraproducente".
Moratinos dejó claro que acuerdos de readmisión "strictu sensu" no van a funcionar con los países africanos si no se aprueban estos convenios con otras medidas como la aceptación de flujos de migración legal y elementos de cooperación al desarrollo de cada país y de colaboración policial y en seguridad.
En este sentido, recordó que el "gran problema" que se ha dado en los últimos años con este tipo de acuerdos de readmisión de ciudadanos en situación irregular es que "algunas veces se firmaban, pero luego no se aplicaban" por distintos motivos, caso de Mauritania o Guinea Bissau, por ejemplo.
El portavoz del PP en la citada Comisión, Gustavo de Arístegui, minimizó el impacto del recién aprobado Plan África para el período 2006-2008 ya que bajo los Gobiernos de José María Aznar se aprobaron dos textos similares con el que se abrieron 13 Oficinas Técnicas de Cooperación en África, frente a dos anunciadas ahora por el Ejecutivo socialista, mientras que el refuerzo diplomático bajo el PP afectó a ocho Embajadas españolas en África, dos menos que ahora con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En opinión de De Arístegui, los pilares de una política migratoria tienen que ser un control "serio" del fenómeno, una lucha "implacable" contra las mafias, la coordinación de las políticas de inmigración y una gestión "razonable" de los flujos migratorios. Sin embargo, Moratinos le indicó en la réplica que la primera intención de preocuparse de África surgió del actual Gobierno poniendo como ejemplo el número de visitas gubernamentales a este continente.
Mardones (CC) constató el "espectáculo triste y preocupante" que da la última avalancha de cayucos, lo que ha creado una "honda preocupación" en el archipiélago. A su juicio, el problema no es únicamente del Estado español, sino de Europa ya que la mayoría de los inmigrantes subsaharianos no vienen a quedarse en Canarias o en la Península, sino a otros países de la UE.
"O el problema se arregla en origen, o este problema no tiene solución", subrayó el diputado canario para enfatizar la necesidad de actuar en las "salidas" de cayucos de Mauritania o Senegal. Por último, agradeció a Moratinos que hablase del comportamiento "solidario" de la sociedad canaria. "Una posición ultra o racista nos llevaría a situaciones peores", concluyó.
