RABAT 11 Jul. (Del enviado especial de EUROPA PRESS, Antonio Rodríguez) -
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, dio esta tarde la bienvenida al "espíritu de Rabat" surgido de esta primera Conferencia euroafricana sobre migración y desarrollo ya que, sobre todo, va más allá de la "obsesión" de antes por realizar repatriaciones de inmigrantes que entraban ilegalmente en Europa.
En su discurso de clausura de la reunión, el jefe de la Diplomacia española constató que el reto de la Conferencia era triple. En primer lugar, europeos y africanos debían establecer una "nueva visión" que fuera diferentes de cómo habían sido hasta ahora los problemas de la inmigración y desarrollo.
"Era una ruptura con la manera y enfoque que hasta ahora cada uno de nosotros tratábamos de abordar en este siglo XXI. Hasta ahora lo habíamos abordado parcialmente, con medidas de seguridad, a veces de cooperación policial y aduanera, pero sin la ambición y sobre todo la visión de que sólo teniendo una visión justa, acertada, objetiva, coherente podríamos ser capaces de recetar y proponer medidas y propuestas acertadas", apuntó.
En segundo lugar, hizo hincapié en la necesidad de que de Rabat saliese una nueva política en materia de migración, es decir, "compromiso de todos" para aplicar las medidas adoptadas hoy dentro de la declaración política y el plan de acción.
Por último, Moratinos constató que se va a exigir a los Gobiernos europeos y africanos una nueva acción. "Ahora nos queda lo más difícil, que el espíritu de Rabat siga permaneciendo cuando las realidades trágicas y dramáticas nos obliguen a tomar decisiones. Recordemos todos el espíritu de Rabat, viva el espíritu de Rabat y vayamos pensando que dentro de dos años podamos reunirse y decir dentro de dos años que se inició una nueva visión, una nueva política y una nueva acción", subrayó.
En la posterior conferencia de prensa, el ministro destacó la "nueva dimensión" que sale de esta Conferencia a la hora de afrontar entre todos los fenómenos de la migración y el desarrollo, frente a la "obsesión" del pasado por aplicar la readmisión.