MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El instrumento que presentó el Ministerio del Interior como respuesta a las avalanchas de subsaharianos a las fronteras de Ceuta y Melilla el pasado verano, la sirga tridimensional, se construirá finalmente en el espacio de alrededor de siete metros que dista entre las dos vallas que existen en la actualidad, en lugar de precediendo a la primera que encontraban los inmigrantes. Ese espacio donde iba a ser construida en un principio la valla es territorio español que, sin embargo, el país vecino reclama como suyo.
Según la información que adelantó la Cadena Cope, el motivo de este cambio de ubicación se debe a las presiones del Gobierno de Marruecos, que reclama el terreno que precede a la primera valla como suyo, por lo que el 14 de noviembre pasado envió a un coronel para que paralizara los trabajos que se estaban realizando para la construcción de la sirga.
Sin embargo, fuentes del Ministerio del Interior consultadas por Europa Press explicaron que la ubicación final de la sirga tridimensional responde al informe definitivo de la empresa adjudicataria, Indra, según el cual los objetivos que pretendía el Departamento de José Antonio Alonso con esta construcción se asegurarían únicamente ubicándola entre las dos vallas.
Cuando Alonso acudió a la comisión de Interior del Congreso de los Diputados el 6 de octubre de 2005 explicó que el sistema tridimensional de cables pretendía dificultar el avance de los inmigrantes, al tiempo que reducía sensiblemente las posibilidades de que se lesionasen. De hecho, dijo que se convertiría en el "primer elemento inmediato de disuasión y persuasión que, sin producir ningún daño físico, retrase muy significativamente y dificulte de modo extremo el avance de los asaltantes".
Pero el informe definitivo de Indra, fechado el pasado mes de enero, apunta, según Interior, a la necesidad de que la sirga tridimensional se construya entre una valla y otra, entre otras cosas porque resultaría imposible construirla en el perímetro exterior en determinados tramos, debido a la holografía del terreno. A esta construcción hay que sumar la modificación de la primera valla que, después de haber sido elevada --como la segunda-- hasta los seis metros, será inclinada 20 grados en dirección a Marruecos, de forma que al quedar perpendicular al suelo dificulta aún más que los inmigrantes puedan trepar por ella.
SISTEMA DE CABLES.
En cuanto a la sirga tridimensional, se trata de un sistema de trenzado que no tiene ninguna estructura lógica, por lo que dificulta cada vez más el avance según se va produciendo y hace más fácil retroceder que continuar hacia el primer vallado. Además, los cables no están fijos, se deslizan y se mueven para dificultar los asaltos masivas. Tendrán una altura de entre 1 y 3 metros y una anchura de 2,5. Su grosor será de entre 6 y 12 milímetros.
Los cables son resistentes a la corrosión y a las "agresiones mecánicas y químicas", según informó el Ministerio del Interior. Además, la sirga contará con sensores de movimiento, que permitirán detectar la presencia de inmigrantes y, antes de que alcancen, si lo consiguen, el primer vallado, utilizar chorros de agua o gases lacrimógenos.
El pasado 31 de enero, Alonso anunció que la empresa ya tiene los materiales y que, en breve, comenzará la instalación, estando previsto que los trabajos finalicen antes de primavera. El ministro negó que haya problemas con el país vecino y reiteró que la empresa adjudicataria estba "ultimando los materiales" y que la sirga iba a construir de acuerdo con las especificaciones que hiciesen los técnicos.