Investidura.- Piqué pide a Montilla "decisiones" por encima del tripartito para salvar Cataluña de la decadencia

Actualizado: viernes, 24 noviembre 2006 16:03

El líder del PP ofrece consenso para desplegar el Estatut y Montilla le avisa que no paralizará la aplicación de la nueva norma

BARCELONA, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente del PP de Cataluña, Josep Piqué, reclamó al candidato a la Presidencia de la Generalitat, José Montilla, "coraje" para tomar decisiones al margen de los posicionamientos de los socios como única vía para salvar a Catalunya de una "implacable decadencia". No obstante, el líder popular se manifestó "pesimista" y auguró que el nuevo gobierno no es más que "una segunda edición del tripartito, de un fracaso" en el que "en lugar de explicitar las discordancias ahora no harán nada para no parecer discordantes".

En su intervención en el debate de investidura, Piqué, que se presentó como la "oposición de verdad" en el Parlament por encima de CiU, subrayó la "debilidad de origen" del futuro presidente por "haber perdido las elecciones" y pidió a los socios del nuevo gobierno que "no renieguen del nombre" de tripartito, convencido de que el pacto "no es una táctica ni coyuntural", sino una "opción estratégica" que no contará con más oportunidades después del "fracaso" de la primera intentona.

El líder popular fue tajante a la hora manifestar sus "miedos" a que el nuevo tripartito redunde en "las mismas parálisis" y las "mismas contradicciones", aunque "quizá haya menos ruido" y reclamó a Montilla que no se hunda en la "resignación" y se limite a hacer "lo que le dejen", sino que "tenga coraje y sea valiente" a la hora de tomar decisiones. "No percibo ilusión, sólo ganas de mantenerse, de estar en el gobierno y poca capacidad para explicar por qué se quiere estar".

A juicio de Piqué, a la candidatura de Montilla le falta "nervio y ambición" y avisó de que "una cosa es la prudencia y otra la inacción". La prudencia, insistió, "no es aparcar los problemas", ni, por ejemplo, "olvidarse de todos los compromisos del Carmel", eso, añadió, "es esconder la cabeza bajo el ala". Según Piqué, Catalunya "necesita sosiego" tal y como dijo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero "no nos podemos dormir".

En este sentido, Piqué calificó el programa de gobierno desplegado por Montilla como "un informe de gestión de un consejero delegado ante el consejo de administración" y le reclamó "amplitud de miras". "No hace falta un telescopio, pero sí unas gafas bifocales" para identificar las prioridades de Catalunya y visualizar las necesidades de la sociedad catalana en los próximos quince años, dijo y alertó de que el resto de comunidades autónomas "van a toda velocidad".

Para Piqué, "no hay ningún ciudadano que tenga hoy más ilusión que ayer" y aseguró que, "en el mejor de los casos todavía hay más indiferentes". "Un gobernante ha de saber ilusionar y usted no lo ha hecho", dijo. Montilla aseguró que "se verá la ilusión", "ambición, liderazgo y protagonismo de Catalunya, pero no autocomplacencia".

CONSENSO PARA APLICAR EL ESTATUT.

El debate estatutario sólo apareció al final de la invertención de Piqué para pedir "prudencia" a la espera de la resolución de los recursos presentados ante el Tribunal Constitucional. No obstante, se ofreció para "recuperar el consenso" a la hora de desplegar la ley, especialmente en lo referente a los derechos y deberes, y en materia económica y social se manifestó dispuesto a trabajar para que "esto no nos ahogue".

Montilla manifestó su convencimiento de que el Estatut es constitucional y reprochó a los populares el recurso contra el estatuto catalán sobre aspectos que aceptan para otras comunidades. Se manifestó partidario de buscar el consenso para desplegar la norma estatutaria, pero señaló que el ritmo de aplicación no estará condicionado por el consenso. La réplica de Piqué fue inmediata y reprochó a los socialistas que "si hubieran tenido aquí la misma voluntad de consenso que en otras comunidades, la realidad habría sido muy diferente. No buscaron nunca el consenso", concluyó.

DEBATE PROGRAMÁTICO.

El debate entre Piqué y Montilla fue mayoritariamente programático, comenzando por la política lingüística. En esta materia, Piqué pidió a Montilla, como "presidente atípico para lo que es el paisaje político tradicional", "valentía, coraje y una cierta heterodoxia".

Así, reclamó "congruencia" y "normalidad" para el uso del castellano en incluso planteó una reforma de la ley del catalán para eliminar las sanciones. Montilla obvió ese aspecto y se limitó a señalar que la política de la Generalitat pasará por garantizará el precepto del Estatut por el que los catalanes tienen el "derecho y el deber" de conocer tanto catalán como castellano.

Montilla sí destacó que es el catalán "el que está en situación de riesgo" y defendió medidas de "protección" y de "discriminación positiva". Admitió incluso que su catalán en mejorabloe y señaló que si la lengua "no nos ha dividido en el pasado" no se deben ahora "inventar problemas donde no los hay".

El sistema educativo, la vivienda, la inmigración y la seguridad fueron otros de los temas que planteó Piqué, haciendo especial hincapié en este último aspecto y manifestando sus dudas sobre la conveniencia de atribuir a Joan Saura (ICV) las competencias en Interior. Piqué incluso preguntó si Montilla está "dispuesto a ver el espectáculo de ver a Saura ordenando a los Mossos que disuelvan una manifestación en la que participe el señor Miralles (EUiA)".

Pidió "tolerancia cero con los antisistema y los antiglobalización" y preguntó "qué quiere decir una nueva política de seguridad orientada a favorecer a los débiles" porque se puede acabar "favoreciendo a las mafias". Montilla ofreció garantías e incluso se puso a disposición del gobierno central para ofrecer Catalunya como sede de cumbres o renuniones ministeriales europeas, como la de vivienda que fue anulada, cuando "crean oportuno".

La política fiscal y las infraestructuras fueron otras de las áreas en las que incidió Piqué y en las que se declaró "más desconcertado que ayer" en relación con el Cuarto Cinturón. Piqué ofreció "consenso" para crear el consorcio participado por todas las administraciones para gestionar el aeropuerto del El Prat y pidió "decisiones" para ejecutar la interconexión eléctrica con Francia.

Montilla replicó que es "un tema que no es fácil" y admitió que "los vecinos del norte no siempre han tenido como prioridad acelerar las conexiones con la península", tambien en "materia viaria, ferroviaria y gasística". Dio por hecha su construcción a la espera de ver "cómo y por dónde" y pidió paciencia para cumplir con una tramitación que "el Gobierno español ya está haciendo".

POLÍTICA EXTERIOR Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

Piqué también se refirió a la política de exteriores, que recaerá en manos de Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), y pidió "la máxima prudencia" y "no ir de 'star' por la vida", sino siendo "lo que somos, una Comunidad Autónoma española". En este sentido, limitó la presencia de Catalunya en el extranjero a la promoción económica y cultural, "en sentido amplio", y "en el marco de la política exterior española".

Sobre otras de las áreas que recaerá en manos de ERC, la política de comunicación, Piqué reclamó que el director general de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV) esté "consensuado" con todos los grupos. Para Piqué, sería "una forma de comenzar con buen pie" en la defensa de la "objetividad, independencia y transparencia" de los medios públicos.

El líder del PP catalán reiteró su demanda de alcanzar "otro estilo de hacer política" y alertó de la "lejanía entre ciudadanos, instituciones y clase política, que es contemplada, cada vez más como un obstáculo" y confió en que en esta legislatura "cambie" y "hablemos mucho más de los problemas reales de los ciudadanos".