MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
El secretario ejecutivo federal de Política Internacional de Izquierda Unida, Willy Meyer, ha expresado este martes la "firme oposición y rechazo" de su formación ante una posible intervención militar en Siria y ha avisado de que emprender una acción militar al margen del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sería emprender "una acción ilícita, ilegal y, por lo tanto, criminal".
En un comunicado, Meyer ha rechazado la posible acción que "ha planteado Estados Unidos y sus países aliados miembros de la OTAN, como Turquía" y ha alertado de que, si se pone en marcha sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU "volvería a crear a nivel internacional una situación de emergencia como la que produjeron la guerra de Yugoslavia, Iraq o Afganistán".
Además, el también europarlamentario ha denunciado la "pasividad y complicidad" que, a su juicio, tiene la Unión Europea "ante la intervención ilegal y criminal que se pretende" y ha instado al Gobierno a que "no secunde, ni por acción u omisión, ninguna intervención militar carente de una autorización expresa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas".
"PODRÍA TENER UN EFECTO DEVASTADOR" EN LA REGIÓN
"El uso de la fuerza al margen de la Carta de la ONU sólo conlleva más violencia e inestabilidad", ha advertido Meyer, que ha explicado que IU teme que una intervención militar en Siria "al margen del Derecho Internacional" podría "desencadenar un efecto devastador en todo Oriente Próximo".
Por eso, para evitarlo, ha apelado a "una verificación imparcial y objetiva del uso de armamento químico" y ha instado a que "que recaiga sobre los autores de estas terribles acciones toda la responsabilidad penal".
Pero, al margen de esto, ha defendido la necesidad de que "frente al evidente mantenimiento de armas de destrucción masiva, tanto nucleares como químicas y bacteriológicas, a nivel internacional la solución definitiva" debe "abordarse a partir de la eliminación total y completa de todo el arsenal" de este tipo.
Para Willy Meyer, "tras las dramáticas experiencias de la I y la II Guerra Mundial la Humanidad debería haber aprendido la imperiosa necesidad de que las relaciones internacionales deben estar basadas en el desarme y en la contención del uso de la fuerza".
De hecho, ha recordado que "de ahí nació la Carta de Naciones Unidas según la cual ningún Estado o grupo de Estados tiene la potestad de usar la fuerza sin el acuerdo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". "Y ahí radica la diferencia entre la barbarie y la civilización", ha remachado.
