El joven presuntamente agredido por cuatro urbanos en Mataró (Barcelona) insiste en que le golpearon "donde pillaron"

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 9 octubre 2006 19:48

BARCELONA 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

El vecino de Mataró, Antonio G.M., que denunció a cuatro agentes de la Policía Local por presuntamente haberle agredido en la comisaría de la localidad, tras negarse a realizar la prueba de alcoholemia, insistió hoy en que los agentes le propinaron "guantadas y puñetazos en la cara y donde pillaron", extremo que los acusados negaron rotundamente durante su declaración.

Durante la segunda sesión del juicio, celebrada hoy en la Audiencia de Barcelona, la víctima añadió que los policías le tuvieron "toda la noche con las esposas puestas", causándole lesiones en las muñecas. Además, Antonio G.M. mantuvo que, fruto de los golpes recibidos, acabó con "un ojo morado, con una brecha en la cara y con dolores de cabeza" que le obligaron a tomar analgésicos durante dos meses.

Asimismo, el denunciante afirmó que mientras estuvo detenido solicitó que le visitara un médico, aunque los agentes "no le hicieron caso" ni atendieron sus peticiones de ir al servicio a lo largo de la noche, comportamiento que los procesados también negaron durante su declaración.

La Fiscalía y la acusación particular piden tres años de prisión y varios años de inhabilitación de empleo y cargo público para Ramón B.A. --que permanece en prisión condenado por otra causa--, Gregorio H.T. --de baja médica--, Josep Francesc S.O. y Francisco C.F. por un delito de atentado grave a la integridad moral, otro de violación de las garantías constitucionales, otro delito por amparar la comisión de un atentado grave a la integridad moral y una falta de lesiones.

Los hechos se remontan a la madrugada del 5 de octubre de 1999, cuando la patrulla formada por los acusados Ramón B.A., de 48 años, y Gregorio H.T., de 51, detuvo el vehículo conducido por Antonio G.M. al percatarse de que iba haciendo 'zig-zags' por la carretera.

Fue entonces cuando los policías dieron el alto al vehículo que conducía Antonio, que iba acompañado por un amigo, Francisco D.T., y, viendo que presentaba "síntomas muy evidentes de embriaguez", le instaron a acompañarles a comisaría para realizar el test de alcoholemia.

Durante su declaración, Antonio negó haber cometido alguna infracción de tráfico y desmintió que condujera en estado de embriaguez, tal y como afirmaron los agentes. El denunciante insistió en que en ningún momento faltó al respeto ni se resistió a acompañar a los policías, quienes, según él, sí le dedicaron insultos y amenazas como "cuando lleguemos a comisaría te vas a enterar".

La víctima relató que a su llegada a las dependencias policiales le esposaron y que los agentes Ramón B.A. y Gregorio H.T empezaron a propinarle "golpes", para encerrarle después en el calabozo. Al llegar la mañana, siempre según su versión, habló con la abogada de oficio y recibió la visita de un policía que le instó a que se marchara y a que "todo esto quedara olvidado".

Según Antonio, cuando salió de la comisaría esa mañana se dirigió al Hospital de Mataró para que le curaran las heridas. El parte de lesiones recoge que la víctima presentaba "varias contusiones en la cara lateral derecha y una herida superficial submentoniana" que requirieron una "cura tópica y analgésicos".

ÉL MISMO PUDO PROVOCARSE LAS LESIONES.

Por su parte, el perito que declaró esta mañana sostuvo que, tras el análisis del parte médico, las "erosiones y contusiones" que presentaba la víctima, concentradas en la parte derecha del cuerpo, "eran más compatibles con una lesión por golpearse contra algo de manera continuada que por una agresión de diversas fuentes".

En este sentido, los agentes que declararon hoy como testigos afirmaron que al empezar a trabajar la mañana del 6 de octubre de 1999, sus compañeros del turno de noche les informaron de que había un detenido y que se había estado "golpeando por la noche en la celda".

Cuando Antonio fue puesto en libertad esa misma mañana se dirigió a la comisaría de la Policía Nacional a interponer una denuncia contra los agentes, que tuvieron que acudir a declarar al día siguiente. Sin embargo, el jefe del cuerpo de Policía Local, que declaró hoy en el juicio, negó tener conocimiento de lo sucedido hasta algunos meses más tarde.

Precisamente por este motivo, las cintas de las cámaras de seguridad de la comisaría, que registraron la noche que el denunciante pasó en el calabozo, ya habían sido "regrabadas" y no pudieron ser utilizadas como prueba para el caso, ya que ninguna autoridad judicial las requirió.

Por su parte, el amigo que acompañaba a Antonio la noche de la detención, Francisco D.T, aseguró haber sido testigo de los insultos que le propinaron los agentes al denunciante y afirmó que se comportaron "con chulería".

En su declaración mencionó que Antonio se dirigió a su casa tras quedar en libertad y le explicó lo ocurrido durante la noche. La víctima, que según el testigo presentaba "arañazos y golpes", le relató que había tenido "un problema con la Policía".

EL FISCAL MANTIENE LA PENA.

Tras la declaración de la víctima y del resto de testigos, el Ministerio Fiscal decidió mantener su petición de 12 años de cárcel para los cuatro agentes locales acusados de agredir a Antonio G.M. por negarse a realizar la prueba de alcoholemia.

La Fiscalía y la acusación particular piden tres años de prisión y varios años de inhabilitación de empleo y cargo público para Ramón B.A., Gregorio H.T., Josep Francesc S.O. y Francisco C.F. por un delito de atentado grave a la integridad moral, otro de violación de las garantías constitucionales, otro delito por amparar la comisión de un atentado grave a la integridad moral y una falta de lesiones.

Las acusaciones piden, además, que los procesados indemnicen a Antonio G.M. con 6.000 euros por las lesiones y los daños morales sufridos, cantidad de la que deberá responder como responsable civil subsidiario el Ayuntamiento de Mataró. La defensa, por su parte, pide la absolución de los acusados.

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