El jurado declara culpable de homicidio al hombre que apuñaló mortalmente a un joven durante una pelea en Barcelona

La defensa anuncia que recurrirá la sentencia porque el jurado no ha tenido en cuenta más atenuantes

Europa Press Nacional
Actualizado: viernes, 3 febrero 2006 17:27

BARCELONA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un jurado popular ha declarado culpable de homicidio por unanimidad al hombre acusado de apuñalar mortalmente en el hígado a un joven ecuatoriano durante una pelea a la salida de un bar, en el barrio de Torre Baró de Barcelona. La pena que se le puede imponer por dicho delito va de 10 a 15 años de cárcel, por lo que la fiscal pidió 12 años y medio de prisión para el imputado.

A la hora de tomar su decisión, el jurado tuvo en cuenta como atenuante que el acusado había bebido, aunque no consideró probado que el agresor sufriera una crisis epiléptica, como alegó la defensa. Además, a su juicio, hubo abuso de superioridad del procesado respecto a la víctima.

Un jurado popular juzgaba desde el pasado lunes en la Audiencia de Barcelona a Francisco de Asís B.N., de 36 años, por apuñalar a un joven ecuatoriano tras discutir con él en el interior del bar Truqui, situado en la avenida Rasos de Peguera de Barcelona.

Los hechos sucedieron sobre las 20.40 horas del 4 de abril de 2004, cuando el acusado y la víctima, Luis Alfredo M.T., de 29 años, iniciaron una pelea en el interior del citado bar. Francisco B.N. había bebido bastante y, por ello, el jurado ha tenido en cuenta la atenuante de embriaguez.

Al ver que la discusión entre el procesado y la víctima subía de tono, la propietaria del local les pidió que salieran fuera. Una vez en el exterior, en una plaza cercana, los dos hombres continuaron con la pelea. Según el veredicto, durante la reyerta, Francisco sacó una navaja de unos diez centímetros de hoja y se la clavó a la víctima en el costado derecho, produciéndole una herida de 8 centímetros de profundidad. A continuación, se marchó del lugar.

Cuando los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) llegaron, encontraron al herido junto a cuatro personas que estaban asistiéndole. La víctima fue trasladada inmediatamente a un Centro de Atención Primaria (CAP) de Ciutat Meridiana, desde donde se le evacuó en ambulancia al Hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona. Luis Alfredo, casado y con dos hijos menores de edad que viven en Guayaquil (Ecuador), falleció a los pocos minutos de ingresar en urgencias.

Al día siguiente, Francisco B.N. se presentó voluntariamente ante la Policía para explicar que se había visto implicado en una pelea, aunque no se declaró autor de la puñalada que acabó con la vida de Luis Alfredo. El jurado no consideró que el procesado confesara el crimen, ya que, a su juicio, simplemente acudió a la Policía para denunciar un hecho.

LA DEFENSA RECURRIRÁ LA SENTENCIA.

Tras la lectura del veredicto, el juez señaló que su criterio era "similar" al del jurado popular. El magistrado añadió que, en este caso, la pena a imponer debe oscilar entre los 10 y los 12 años y medio de prisión, ya que el jurado ha tenido en cuenta la agravante de abuso de superioridad y la atenuante de embriaguez.

La fiscal, que inicialmente pidió 15 años de cárcel, reclamó la pena máxima, 12 años y medio de reclusión. Además, solicitó una indemnización de 750.000 euros para la familia de la víctima, 150.000 para cada uno de los padres, para sus dos hijos menores de edad y para su pareja.

Por su parte, la defensa, que pedía la absolución, anunció que recurrirá la sentencia al no estar de acuerdo con las circunstancias atenuantes y agravantes en las que se basa el veredicto. Según el abogado, el agresor no tenía superioridad física respecto a la víctima, teniendo en cuenta, además, que se enzarzaron en una pelea multitudinaria. El letrado también considera que su cliente confesó el delito ante la Policía, cosa que no ve de la misma forma el jurado popular.

Así pues, la defensa pretende reclamar una pena de cinco años de cárcel para Francisco, ya que considera probadas las atenuantes de embriaguez y confesión. En cuanto a la responsabilidad civil, el letrado entiende que su cliente no debe indemnizar a los familiares de la víctima.

UNA PELEA POR UN PAQUETE DE CIGARRILLOS.

Durante el juicio, el acusado reconoció haberse peleado con Luis Alfredo, a quien conocía "de vista", pero aseguró que él no le apuñaló. Según su versión, él llegó al bar Truqui sobre las 19.00 horas para recoger a su mujer, que estaba con su cuñado y otras personas celebrando una fiesta.

Francisco explicó que estuvo tomándose unas copas en el local y que la discusión se inició cuando ya se disponía a marcharse. Al parecer, la víctima, que también había consumido bastante alcohol, le quitó su paquete de tabaco y le ofreció uno de sus propios cigarrillos. En respuesta, Francisco le quitó la gorra que llevaba puesta. "Si tu me chuleas el tabaco, yo te chuleo la gorra", le dijo.

Según el acusado, cuando se dio cuenta, todo el mundo había salido del bar, excepto él, su mujer y su hija. "Entonces dos o tres individuos me pidieron que saliera fuera para seguir peleando", explicó. "Yo salí para decir que no quería problemas, que lo dejáramos ahí", dijo.

Francisco declaró que cuando salió del local vio que se habían formado dos grupos de gente que estaban esperando que la pelea continuase. "Luis Alfredo y yo nos dimos cuatro o cinco tortas, fue una pelea de borrachos", dijo. "Entonces caímos al suelo y todos los demás se abalanzaron sobre nosotros", añadió.

"OJALÁ SUPIESE QUIÉN LE CLAVÓ LA NAVAJA".

El acusado reconoció que llevaba una navaja en el bolsillo, pero aseguró que la tenía porque aquella mañana había quedado con su mujer para ir a recoger espárragos al campo. Según su versión, alguna de las personas que intervino en la pelea le robó el arma y se la clavó a la víctima.

"De repente, escuché un grito y vi correr a mucha gente", explicó. "Luis Alfredo se levantó y vi que tenía una mancha de sangre muy grande en la barriga", añadió. Según Francisco, él fue el único que se preocupó de la salud de la víctima, ya que los demás se fueron corriendo.

El procesado explicó que en ese momento se puso "muy nervioso" por todo lo que había pasado y que sufrió un ataque de epilepsia, enfermedad por la que se estaba tratando farmacológicamente. "Ojalá supiese quién le clavó la navaja porque no estaría aquí", apuntó.

Según el acusado, fue su hija la que le pidió que se marcharan a casa al ver el estado en el que se encontraba. Al parecer, aquella noche Francisco durmió en casa de sus padres, pero su intención no era evitar que le localizase la Policía. "Fui allí porque así lo decidieron mis padres y mi mujer", explicó.

UNA PELEA MULTITUDINARIA.

Francisco aseguró que en la pelea intervinieron, al menos, una veintena de personas y que durante la reyerta le golpearon por todo el cuerpo. Por eso, al día siguiente se presentó en la comisaría. "Fui para denunciar que había participado en una pelea y que se me habían tirado encima 20 personas", explicó. Según el acusado, en ese momento no sabía que Luis Alfredo había fallecido.

A consecuencia de la pelea, Francisco sufrió lesiones en su mano izquierda. "No me las causé golpeando a Luis Alfredo, debieron darme un pisotón o una patada", aseguró.

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