BARCELONA 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El jurado popular ha declarado culpable a Francisco M.R., principal acusado de degollar y apuñalar 22 veces a una vecina para robarle en febrero de 2006 en Mataró (Barcelona). Su pareja, también acusada ha sido declarada culpable de robo e incendio y el hermano del principal acusado ha sido absuelto después de que la Fiscalía retirara los cargos.
Durante el juicio, la defensa del principal acusado alegó que su cliente estaba afectado por las drogas, aseguró que lamenta mucho lo sucedido y reclamó que se le interne en un centro psiquiátrico. La defensa de la novia pidió que se condenara a la mujer sólo por el robo y no por el crimen, ya que, según el abogado, actuó por miedo.
A su vez, el abogado del hermano, que se fue antes de finalizar el juicio porque la Fiscalía retiró los cargos, defendió que desconocía los hechos.
La Fiscalía pedía inicialmente 41 años de prisión para Francisco M.R. y su compañera Mónica A.B., y 36 para el hermano de Francisco, David, por los delitos de asesinato con ensañamiento y alevosía, robo con violencia, robo con fuerza, incendio y una falta de lesiones. Además, pedía una indemnización de casi 400.000 euros para los familiares de la víctima.
Según la Fiscalía, los hechos ocurrieron la noche del sábado 18 de febrero de 2006, cuando Francisco M.R. y Mónica A.B., de 34 y 35 años, estaban en su casa junto al hermano de Francisco y su novia, y decidieron robar en el domicilio de una vecina suya, Patrocinio H.O., alcohólica de 53 años que vivía sola por ser viuda.
Para hacerlo, Mónica aprovechó que había limpiado su casa en alguna ocasión, para entrar en el domicilio de la mujer con la excusa de que quería un limón.
Su novio se esperó escondido en el rellano y entró en el piso después de que Mónica dejara entreabierta la puerta. Con un cuchillo de cocina y la cara tapada con una braga amenazó a la mujer reclamándole todos los objetos de valor, mientras su novia simulaba no conocer al ladrón y se hizo pasar por víctima.
Instantes después, Francisco la acorraló en su dormitorio y ya con la ayuda de Mónica ataron de manos a la víctima. Al negarse a colaborar, Francisco clavó el cuchillo varias veces en la pierna de la mujer, que finalmente reveló el lugar donde guardaba los objetos de valor y el número secreto de su libreta de ahorros.
Mónica acudió a un cajero donde sacó 100 euros de la cuenta de la mujer, aunque en intentos posteriores no lo consiguió y regresó al domicilio.
Patrocinio se dio cuenta de que su atacante era vecino suyo y que Mónica también colaboraba. Por ello, decidieron matarla para que no les delatara y Francisco degolló a la mujer, que seguía atada, y le clavó 22 puñaladas más en la espalda.
Después, Mónica bajó a buscar a su cuñado y subieron al lugar del crimen para registrar el piso y llevarse los objetos de valor, principalmente joyas.
Para intentar hacer desaparecer pruebas de su delito, rociaron el dormitorio con colonia y le prendieron fuego. Aunque Mónica intentó abrir la llave del gas de la cocina, no pudo porque era eléctrica. Tras ello, regresaron a su domicilio.
El fuego afectó la vivienda y el resto del edificio y uno de los vecinos tuvo que ser atendido por intoxicación a causa del humo.
Dos días después, Mónica intentó varias veces sacar dinero de las cuentas de Patrocinio, aunque no lo consiguió. Un día más tarde los tres fueron arrestados por los Mossos d'Esquadra.