King dice que necesita "que me pongan en libertad" y reitera su inocencia

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 23 febrero 2006 14:24

MALAGA 23 Feb. (EUROPA PRESS) -

Tony Alexander King aseguró que necesita "que me pongan en libertad" y reiteró su inocencia durante la vista celebrada hoy en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga para la prórroga de prisión del británico en el caso de la muerte de la joven de Coín (Málaga) Sonia Carabantes, por el que ya fue condenado a 36 años de cárcel por este mismo tribunal. "Necesito libertad y punto", aseveró.

El acusado, que al llegar a la Audiencia ya proclamó ser inocente, manifestó ante el juez, tanto en inglés y como en un deficiente español, que alguien mezcló su sangre, aparecida en el lugar de los hechos y en el cuerpo de la joven; y habló de ocho personas y de la "imposibilidad" de que él atacara a la víctima. Asimismo, insistió en que "no hay justicia".

El Tribunal le impuso en este caso 23 años de prisión por un delito de asesinato, ocho años por agresión sexual y cinco por detención ilegal, según la sentencia que, posteriormente, fue recurrida ante el Tribunal Supremo por la defensa del británico.

El fiscal pidió hoy la prórroga de la prisión, en virtud del artículo 504 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC), en el que se precisa que cuando un imputado ya ha sido condenado, la prisión provisional podrá prorrogarse hasta el límite de la mitad de la pena impuesta, en este caso 18 años, cuando ésta hubiese sido recurrida.

Las razones para mantener la privación de libertad expuestas por el representante del Ministerio Público fueron "la naturaleza de los hechos, la gravedad y la peligrosidad del autor". En el mismo sentido se expresó el abogado de la acusación particular, quien añadió como motivos el asegurar su presencia en otros procedimientos, ante la falta de arraigo; así como evitar la destrucción de pruebas.

Por su parte, el abogado de la defensa se opuso a la prórroga, al recordar que ya existe una hasta el 17 de septiembre de 2007, "tiempo en el que se podría resolver el recurso planteado en el Supremo". No obstante, a su entrada a los juzgados, no se mostró muy convencido, en que su petición sea atendida por el Tribunal profesional.

El británico tiene pendiente un juicio, con jurado, por la muerte de Rocío Wanninkhof, ocurrida el 9 de octubre de 1999, y por la que el fiscal pide un total de 26 años y nueve meses de prisión por los delitos de asesinato y agresión sexual en grado de tentativa. Además, también está imputado en un delito de agresión sexual.

LA CONDENA

Los hechos por los que ya ha sido condenado, aunque la sentencia no es firme, sucedieron en la madrugada del día 14 de agosto de 2003, cuando Sonia Carabantes, de 17 años de edad, volvía del recinto ferial hasta su domicilio, caminando sola, y King "esperaba" su llegada en las proximidades del domicilio de ésta. El acusado "salió súbitamente de su escondite de un árbol y la abordó con el propósito de hacerla objeto de tocamientos lascivos".

En ese momento, la golpeó en el rostro y en todo el cuerpo "hasta dejarla semiconsciente" y la introdujo en el maletero de su vehículo, que puso en marcha y detuvo luego, "intencionadamente, en un lugar oscuro y solitario" del paraje Cerro Gordo de Monda (Málaga). En los 11 kilómetros recorridos, la joven estaba semiconsciente en el interior del maletero.

Luego, la sentó en el asiento trasero del coche, "donde la despojó de sus vestiduras, le tocó en sus partes íntimas, senos y nalgas al mismo tiempo que continuaba golpeándola en la cabeza y tronco", con lo que le ocasionó numerosas lesiones externas e internas capaces por sí solas de causarle la muerte.

En un momento determinado, King utilizó la camiseta de la joven, la enlazó al cuello y "con el propósito de acabar definitivamente con su vida, la estranguló". A continuación trasladó el cadáver de Sonia a una explanada próxima, donde lo ocultó en una oquedad entre rocas con las que tapó parcialmente su cuerpo.

Para la Sala, el acusado golpeó a la joven "salvajemente" hasta dejarla semiconsciente. Considera que existe la circunstancia de la alevosía en el delito de asesinato y también la de ensañamiento, con un ataque que el Tribunal calificó de "salvaje y cruel y sin duda buscado deliberadamente y ejecutado de forma inhumana".

Además, según la sentencia, "el fin último era el de buscar una satisfacción sexual y seguidamente la muerte de la ofendida", para lo que el acusado "no tuvo inconveniente en producirle un extraordinario dolor que la mantuviera en estado de indefensión hasta realizar sus últimos propósitos".

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