Las lesiones del niño presuntamente violado por un anciano "son compatibles" con una agresión sexual

Actualizado: martes, 9 mayo 2006 15:39

Los psicólogos otorgan "máxima credibilidad" a los dos menores, que relataron en el Juzgado "penetraciones anales" a uno de ellos

SANTANDER, 9 May. (EUROPA PRESS) -

Las lesiones de "fisura anal" e "irritación" en la piel que presentó el niño presuntamente violado por Manuel A.N., de 69 años, son "compatibles" con el delito de abuso sexual al que se enfrenta el acusado, para quien según la Fiscalía también es culpable de otro delito sexual en grado de tentativa con otro menor.

Los peritos forenses certificaron hoy ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria que las lesiones del niño, que por aquel entonces tenía 9 años de edad, son "compatibles" con una penetración anal, tal y como repitió hoy el menor por videoconferencia.

El acusado, andaluz que residía en la calle de la Universidad, en Santander, negó hoy que estuviera nunca a solas con ninguno de los dos niños, y que sólo les conocía "del barrio", asegurando, además, que desde hace "12 o 14 años" no tiene "erecciones", ni tan siquiera con la mujer con la que convivía por aquel entonces, que le abandonó cuando se produjo la denuncia.

Los dos menores, que tenían 9 y 12 años de edad, respectivamente, cuando supuestamente se produjeron los hechos -entre febrero y julio de 2003- reprodujeron el relato realizado por la Fiscalía, quien mantuvo en las calificaciones finales los nueve años y medio de prisión e indemnización conjunta para los dos niños de 9.200 euros, cantidad que la acusación particular eleva a 12.000 euros y ocho años de prisión.

Los tres psicólogos que oficiaban de peritos otorgaron la "máxima credibilidad" a los niños en sus relatos, que tienen las "características propias de un abuso sexual".

EL NIÑO DIBUJÓ EL BAÑO DEL ACUSADO

El más pequeño de los dos niños relató cómo el acusado le llevó en varias ocasiones a su domicilio habitual, así como a una casa que tenía vacía en la calle Los Infantes y a un garaje, donde le pedía que le realizara "pajas", penetrándole "por el ano" unas "dos ó tres veces".

A cambio, el anciano le pagaba distintas cantidades de dinero, y le amenazaba con "no contárselo a nadie" porque si no le iba a "pegar" a él o a "matar a su madre".

Además, confirmó que incluso llego a dibujar el baño del acusado, donde presuntamente abusaba de él, con la ubicación de cada mueble. En este sentido, el procesado aseguró que "nunca" subió con los niños a ninguna de las dos viviendas ni al garaje.

La hermana del niño testificó ante el Tribunal que se dieron cuenta de lo que pasaba porque una tarde tenía ella el teléfono móvil de éste, y llamó presuntamente el acusado, quien creyéndose que era el menor le dijo que "te estoy viendo salir desde el patio".

Entonces, la hermana le preguntó "quien era", colgando el acusado, pro lo que la joven le volvió a llamar hasta que le dijo quien era. Ésta fue entonces a buscar a su hermano, que estaba jugando en la calle, preguntándole que relación tenía con ese señor, que era vecino del barrio.

Tanto la hermana como la madre aseguraron que el niño "se vino abajo" al llegar a la casa, y contó "los abusos" que le realizaba el anciano.

COMPORTAMIENTO 'EXTRAÑO'

La madre explicó que semanas antes el niño presentaba un comportamiento "extraño", porque estaba "muy nervioso" y no le permitía a su madre bañarle, como era habitual. No obstante, una de las veces que entró en el baño, vio a su hijo con un "enrojecimiento" en el ano, asegurando el menor que se lo había hecho jugando en el parque.

Pese a que ha recibido tratamiento psicológico, la señora aseguró que su hijo "no es el niño que era", y que actualmente les tiene "mucho miedo" a los "hombres mayores".

Por su parte, el otro niño testificó, también por videoconferencia, que sólo subió a la casa de la calle de Los Infantes en una ocasión, y que no accedió a los requerimientos del anciano, aunque su amigo le había contado lo que le hacía y lo que el procesado "le pagaba" cada vez, cantidad que oscilaba desde "un euro" a "cinco euros".