BILBAO, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del PSE-EE y secretario de Relaciones Políticas del PSOE, Patxi López, insta a los socialistas a que "lideren" una reforma progresista de la Constitución, y no descarta que puedan pactar con otras fuerzas de izquierdas, pero cree que, primero, su partido debe "rehacerse y repensarse". Además, ha criticado "la cerrazón del PP" a emprender reformas del entramado constitucional hasta que ha habido sensación de "crisis constitucional total", y ahora considera que se requieren "reformas de mayor entidad".
En una entrevista concedida a la revista de las Juventudes Socialistas, recogida por Europa Press, López destaca que "la obligación" de los socialistas es que el Congreso de julio "sea, de verdad", el que "renueve el compromiso de todos los socialistas para volver a poner en pie un partido capaz de conectar con los progresistas de este país".
Tras recordar que en 2011 ya se habló de "repensar" el partido, subraya que llevan "tanto tiempo hablando de renovación" que "se ha vaciado la palabra de contenido", mientras que la gente "sale a la calle para movilizarse por sus derechos sociales". "Y nosotros, sin enterarnos", ha señalado.
De esta forma, se pregunta "cómo puede suceder que surja un fenómeno como el 15-M" sin que los socialistas estuvieran dentro. "¿Cómo puede suceder que miles de ciudadanos salgan a la calle indignados en defensa de los servicios públicos y no estemos nosotros detrás de esa convocatoria?, ¿Cómo puede ser que se paralicen desahucios y no estemos nosotros en primera línea?", destaca.
También cuestiona "cómo puede ser que la izquierda gane unas elecciones en las que el Partido Socialista es el gran derrotado". "Algo estamos haciendo mal y el problema no es que haya otros que cojan nuestras banderas, el problema es que piensen que las ondean contra nosotros", asevera.
En esta línea, considera que los socialistas "han perdido el pulso de la calle" y toca "volver a recuperarlo". "Tenemos que cambiar nuestra forma de hacer política. Tenemos que cambiar el lenguaje para que nos entiendan. Tenemos que estar allí donde está la gente que lo pasa mal", añade, para indicar que ve el Congreso "con esperanza" porque puede servir para lograrlo.
Además, realiza un llamamiento a "no engañarse" porque todas las respuestas no residen en "cuestiones orgánicas" de la formación, sino que es necesario "abrirse a la sociedad", poner en marcha dinámicas de participación, pero con "un proyecto político claro y definido", que es "lo más importante".
Asimismo, asegura que no tiene "miedo" ni le "disgustan los pactos con otras fuerzas de izquierdas", pero advierte de que ése no debe ser, en este momento, el objetivo de su partido, sino que, primero, debe "rehacerse y repensarse".
En cuanto a la situación del PSE-EE, reconoce que "el varapalo electoral ha sido grande", y subraya que "ha tenido una lectura particular que "no cabe extrapolar a otras federaciones". A su juicio, los resultados de los comicios europeos demuestran que hay "un ciclo que concluía" en el socialismo vasco.
"Mi obligación era dar paso al nuevo ciclo, al nuevo tiempo, y que éste fuera liderado por nuevas caras y nuevas ilusiones, y es lo que he querido forzar con el congreso extraordinario de septiembre", apunta. REFORMA CONSTITUCIONAL
A su juicio, si el PSOE "quiere conectar con el sentir" de la ciudadanía, debe liderar una reforma progresista de la Constitución que no sólo aborde "la cuestión territorial en un sentido federal, sino también la defensa de las libertades conquistadas en los últimos años" --como el matrimonio homosexual, la laicidad o "la libertad de identidad"--, el control de la economía --para ponerla al servicio de la política y "no al revés, como hasta ahora"--, y también la defensa de los servicios públicos y del Estado de Bienestar.
"Tenemos que presentar de manera contundente esa alternativa. Y lo debemos hacer sobre la base de nuestra vocación de Gobierno y con un proyecto propio y creíble, con certidumbres", añade.
Tras señalar que la Constitución "ha sido una fórmula de éxito para la convivencia democrática y el progreso", precisa que "toda construcción, por sólida que sea, requiere, con el tiempo, cambios y reformas que hay que abordar cuando se detecta su necesidad, sin esperar a que se acumulen las disfunciones y los problemas".
El máximo dirigente del PSE-EE indica que, "cuando aparecieron las primeras fisuras en el entramado constitucional, el PSOE ya planteó, desde el Gobierno, en 2004, unos posibles cambios "que no fueron considerados por el PP".
Posteriormente, según apunta, "la evolución de Cataluña aconsejó una revisión más sustancial del modelo territorial, que el PSOE recogió en el llamado Documento de Granada y que proponía avanzar en la federalización del Estado, concretamente clarificando competencias y el papel del Senado como Cámara territorial, reconociendo los hechos diferenciales, resolviendo la financiación y, entre otras cuestiones, fijando las prestaciones básicas comunes".
"En este tiempo no hemos encontrado más que cerrazón por parte del PP, hasta que los resultados de las elecciones europeas y la abdicación del Rey han creado la impresión de una crisis constitucional total. Ahora se requieren de reformas que mayor entidad", señala.
En su opinión, su propuesta de reforma constitucional debe conseguir "un sistema más legitimado a los ojos de la sociedad española" y debe formar parte central de la alternativa del PSOE. Además, cree que "seguro que, en esa discusión, se introducirán otras cosas, como la República", manifiesta.
En este sentido, se califica de republicano, pero cree que no es el momento de "poner en cuestión la existencia de una monarquía parlamentaria si es útil y funcional al país, como lo ha sido hasta ahora". "Hay cuestiones más trascendentes y urgentes en este momento", indica.
De esta forma, se refiere "al órdago soberanista que están planteando los nacionalistas catalanes". "Ése sí que es un problema urgente y lo es más cuando se reduce a 'consulta sí, consulta no'. La cuestión no es ésa, la cuestión es qué modelo de Estado defienden los nacionalistas catalanes y qué modelo de Estado defendemos los socialistas", apunta.
Patxi López afirma que "los nacionalistas defienden un Estado independiente y nacionalista; que la nación catalana tiene una única identidad". En este contexto, defiende "iguales derechos y oportunidades para todos los ciudadanos, tengan el origen que tengan y asuman la identidad que asuman".
Por ello, aboga por "las instituciones de autogobierno como garantía y guardián de la libre elección de identidad de cada uno de los ciudadanos en sociedades con identidades diversas, no como máquina de construir una sola identidad para todos".
"Y, por eso, para defender de forma más clara estos principios es por lo que quiero una reforma de la Constitución. Es ahí donde deberíamos fijar el debate y no donde otros, interesadamente, quieren que lo fijemos", indica. En su opinión, "en la nueva modernidad ya no existen en Europa soberanías absolutas, ni en Cataluña ni en España".