SALAMANCA, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
El vendedor de la administración de lotería en la Gran Vía de Salamanca, Roberto Romero, no dudó hoy en abrir una botella de cava y vaciar su contenido sobre las personas que se encontraban a las puertas de su establecimiento, el motivo es que había vendido 192 series del número 29.127, quinto premio en el sorteo de la Lotería de Navidad.
Algunos de los afortunados se acercaron a la Gran Vía tras conocer lo sucedido, es el caso de Óscar Pedro Sánchez que fue hasta la administración para agradecer que le entregasen 17 décimos del número premiado. "Le dije, dame 17 décimos y me dio este número", recordó.
Aún así, afirmó que los boletos no los compró sólo para él, sino que los repartió. De ellos, quince fueron a una fábrica textil de Mataró y el resto los entregó a familiares. En su caso, el suyo lo compartía con dos cuñados, lo que le permitirá darse "un caprichito".
Por su parte, Emilio Demetrio se acercó, acompañado de su madre, que es quien le compró en agosto dos décimos del 29.127. En ese momento, indicó que el premio le serviría para "tapar algún agujero y hacer algún regalo".
Asimismo, Demetrio confesó a Europa Press que estaba siguiendo el sorteo por televisión y que vio que era su número. Aún así no podía creerse que le había tocado y tuvo que repasar varias veces el boleto hasta que gritó de la alegría. "Se han tenido que enterar todos los vecinos", aseguró.
En total, esta administración repartió 9,6 millones de euros entre "mucha gente". Por ejemplo, Romero indicó que, además de la venta individual en ventanilla, había suministrado décimos a la cafetería Canaleto, una carnicería próxima, un estanco en el alfoz y la empresa Rialsa de Salamanca.
Además, "alguien dijo que iba a tocar" y mandó por correo ordinario varios décimos a distintas ciudades españolas, que habían solicitado ese número, añadió Roberto Romero. Entre otros destinatarios, se encuentra también la dulcería 'El rayo' de La Laguna (Tenerife).
Quien no tuvo que recibirlos por carta, sino que los cogió en mano fue el propietario de la cafetería Canaleto, en la calle Azafranal de Salamanca, que vendió "unos doscientos" décimos del número 29.127.
Aún así, el establecimiento seguía abierto al público y con sus camareros sirviendo cafés. Uno de ellos, Daniel Ruiz, indicaba a Europa Press con una amplia sonrisa en la cara que él tenía una serie del 29.127 pero seguía trabajando, "qué remedio", añadió.
Junto a él estaban varios clientes, dos de ellos, José Antonio Chamorro y Jorge Chamorro, padre e hijo, que mostraban su satisfacción porque cada uno tenía un décimo del 29.127. Según el progenitor, empezaron a comprar ese número hace tres años y desde entonces lo adquieren "todas las semanas". Ahora, esperan seguir haciéndolo, aún sabiendo que este número ya les trajo "un pan bajo el brazo" el 22 de diciembre de 2008.
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