MADRID 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, considera "ridículo" que el juez que investiga los incidentes ocurridos en el chupinazo de San Fermín de este año, donde un grupo de abertzales descolgó una enorme ikurriña en la fachada del ayuntamiento de Pamplona que obligó a retrasar el inicio de las fiestas, haya pedido pruebas de ADN a las personas investigadas.
"En la adopción de medidas invasivas de la intimidad, como pueden ser las escuchas telefónicas, los cacheos o las pruebas de ADN, rige el principio de proporcionalidad y no se pueden emplear para perseguir banalidades y bagatelas como la alteración del comienzo de una fiesta", ha dicho en el Congreso, en una jornada organizada por Izquierda Plural (IU-ICV-CHA).
El que fuera fiscal del Tribunal Supremo sostiene que en este caso del chupinazo de San Fermín, donde tiene sus dudas que se pueda hablar de alteración de orden público o de exaltación del terrorismo por colgar la bandera oficial de los vascos, llegar al extremo de pedir pruebas de ADN es "una medida absolutamente desproporcionada y ridícula".
Al igual que buena parte de los abertzales investigados en este caso, que se han negado a someterse a las pruebas de ADN, Martín Pallín entiende que aplicar esa medida en este caso concreto "contraviene la jurisprudencia" que se ha venido sentando reiteradamente en el Supremo y en el Tribunal Constitucional.
"Me parece asombroso", ha comentado, preguntándose por cuántas manos ha podido pasar esa bandera para que las pruebas de ADN lleguen a resultar útiles.