BARCELONA, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los dos principales sostenes del 'sí' en el referéndum del Estatut catalán del próximo 18 de junio, PSC y CiU se esforzaron en sus últimos actos de campaña en precisar sus propios mensajes políticos, pensando más en las elecciones autonómicas previstas para después del verano y antes de fin de año. El president de la Generalitat, Pasqual Maragall, acusó a CiU de "afán electoral" en la campaña con el propósito de volver al poder, mientras el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, cuestiona el compromiso del presidente del Gobierno de no "racanear" en el desarrollo del Estatut, porque los catalanes están acostumbrados a promesas que luego no cumple.
En una paellada con más de 500 militantes y simpatizantes del PSC en la pedanía de Bitem en Tortosa, Maragall dijo que CiU está utilizando la campaña del referéndum del Estatut para "hacer todo lo posible para volver al poder" y consideró que a la formación liderada por Artur Mas le "molesta" esta campaña y sólo piensa en las elecciones anticipadas anunciadas para antes de acabar el año, ya que "no resisten la tentación de lanzar promesas" electorales que "ahora no tocan".
Maragall contrapuso la estrategia de CiU con su actuación como presidente de la Generalitat recordando que "todas las decisiones se han tomado pensando en el Estatut" y para que "Cataluña sea más Cataluña que nunca", "tenga más competencias, más recursos, sea más reconocida y tenga más amigos fuera de Cataluña. Todo a la vez".
Maragall reivindicó su labor en la Generalitat al proclamar que "sin este Gobierno no habría la tranquilidad de saber que el Plan Hidrológico ya no existe, que el Ebre está salvado" y añadió que "con otro gobierno tampoco tendríamos el Estatut". "Nos habrían quitado el Ebro y no tendríamos Estatut. Esa es la diferencia", apostilló.
Respecto a los partidarios del 'no', Maragall dijo sobre ERC que "no podemos reclamar el 'no' para tener la conciencia tranquila. No podemos reclamar el 'no' de la desconfianza", mientras acusó al PP de "utilizar todo lo que pueden contra el modelo de España y el Estatut". Maragall pronosticó que el PP "cargará toda su artillería contra la España plural" utilizando "todos los 'no' de las urnas" del referéndum.
Para Maragall, el día 18 es "el primer día de una nueva etapa de la historia de Catalunya" y pidió un "'sí' firme y convencido". "Es el momento de elegir el mejor futuro posible. Estamos a punto de conseguir el mejor Estatut de la historia", un "paso irreversible hacia la Catalunya abierta y moderna" dijo y pidió confianza en el futuro porque "nos queda mucho camino por hacer todavía".
DURAN, A ZAPATERO: NO PROMETA MAS
Mientras, en un acto con simpatizantes en la presa del Ter en el municipio de Colomers, en el Baix Empordà (Girona), el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, restaba crédito al compromiso expresado el domingo por Rodríguez Zapatero de no "racanear" en el desarrollo del Estatut, y le pidió que "no prometa nada más" a Cataluña "porque ya estamos acostumbrados a promesas que no se han cumplido" y "luego tendremos que hacer muchos esfuerzos para conseguir que lo cumpla". Duran aseguró que "CiU es ya la garantía" para el desarrollo del nuevo texto, alegando que "si la garantía" para su fiel aplicación "ha de ser Zapatero o el PSOE sufriríamos".
Duran reprochó a ERC sus críticas al PNV y el BNG por haber apoyado la campaña de CiU por el 'sí' . "Tienen la piel muy fina", consideró Duran, y advirtió que "no es honesto políticamente" comparar "la situación política vasca con la catalana" porque "los catalanes no querrían tener la situación que vive hoy el País Vasco y verse obligados a negociar con una banda terrorista el fin de la violencia". Duran expresó además su "sorpresa" por el "silencio" de ERC ante "las afirmaciones del PP" en su campaña del Estatut, cuando habla de la imposición "del monolingüismo" o "de la desaparición del Estado en Cataluña".
Por el PP, el presidente del partido, Mariano Rajoy, reiteró hoy, en declaraciones a Onda Cero, su voluntad de recurrirlo ante el Tribunal Constitucional, por considerar que "contraviene con meridiana claridad lo que son los acuerdos constitucionales y establece un nuevo modelo de Estado", que el líder del PP asimila a una confederación.
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