BARCELONA 31 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, justificó hoy en el Parlament el pacto del Estatut entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas alegando que el presidente del Gobierno estaba en ese momento "atrapado, muy atrapado, totalmente atrapado en las encuestas y necesitaba distanciarse del radicalismo nacionalista" de ERC. Según Maragall, Zapatero estaba siendo "asaltado mediáticamente, políticamente y parlamentariamente" y "desde el punto de vista de capacidad de maniobra estaba muy constreñido por esta necesidad".
En su comparecencia en la Cámara catalana para explicar la reorganización de su Gobierno tras el cese de los consellers de ERC, Maragall dedicó parte de su segunda intervención a exponer su interpretación sobre el pacto entre Zapatero y Mas. Para Maragall, no fue un acuerdo "buscado", "ni decisivo ni tan importante" por considerar que CiU "no podía impedir que el Estatut se aprobara". De hecho lo consideró "intrascendente" aunque "positivo".
No obstante, la situación de Zapatero, "atrapado", provocó, según Maragall, que "la tendencia innata de los partidos españoles, de derechas e izquierdas, se manifestara de nuevo: confundir Catalunya con el nacionalismo moderado". Explicó que Mas "corrió a Madrid" para "desgastar" al Gobierno de la Generalitat "y dar la imagen de que quien decide no es el Govern, sino el Gobierno español", algo que, admitió "en Madrid gusta".
Por ello, Maragall lamentó que ERC "confundiera una astucia de CiU con un cambio estratégico de Zapatero" y se acabara oponiendo al pacto, que era puramente "táctico".
Maragall proclamó que el Estatut "debe su existencia" al tripartito y "no a la oposición" y atribuyó la apuesta de CiU a "un cambio de actitud" en la línea de lo que "siempre hemos pensado nosotros". "Catalunya no será todo lo que puede llegar a ser hasta que España no entienda que justamente Catalunya no quiere estrictamente tener un trato educado por parte de España. Catalunya quiere intervenir en España y cambiarla, hacerla más plural", dijo. "O cambiamos España un poco o no iremos bien", concluyó.
Según Maragall, "ahora no está Pujol y Catalunya ha optado por participar de otra forma con España, más activa, más protagonista" y lejos de la estrategia del 'peix al cave' (pájaro en mano). Ese era, según Maragall, uno de los propósitos del Gobierno tripartito a los que CiU se ha sumado después de "diez años o más negándose a hacer un Estatut que ya era necesario".
LAS PELÍCULAS DE MARAGALL.
El líder de CiU, Artur Mas, se confesó "alucinado" por la reflexión de Maragall y acabó concluyendo que "se escribe sus historias, se filma sus películas y se las acaba creyendo. Pueden no tener nada que ver con la realidad, pero como son las suyas las va explicando".
Mas defendió su acuerdo con Zapatero al que atribuyó la bondad de haber "desbloqueado un pacto dificilísimo" y hacer posible el referéndum del día 18 de junio. Además, recordó a Maragall que "nos llamaron" porque CiU es "la primera fuerza política" en el Parlament y porque el PSOE admite que "éramos imprescindibles políticamente".
El dirigente nacionalista también reprochó a Maragall que "ridiculice" el trabajo de los gobiernos de Jordi Pujol y que le permite, "por carambola, presidir un gobierno con 150.000 funcionarios y 3.000 millones de euros de presupuesto". "Eso lo han hecho gobiernos de Pujol en contra de gobiernos en los que ustedes participaban que se dedicaban a laminar competencias", apostilló.
"La historia no comienza con usted, hace tiempo que dura y la pasada era mejor que la presente", sentenció Mas, quien atribuyó al tripartito los calificativos sucesivos de Gobierno de "coalición, colisión, colapso y la castaña se la ha llevado Catalunya".
Desde ERC, Joan Ridao tuvo palabras jocosas para Maragall por su análisis sobre el pacto Zapatero-Mas y confió en que "Santa Lucía le conserve la vista". "Ahora resulta que Zapatero fue víctima del pánico demoscópico y de las embestidas del PP y Mas fue protagonista de un pacto intrascendente. Pues si llega a ser trascendente...", señaló.
Según Ridao, el problema es que Zapatero "no cumplió su palabra" de aceptar el Estatut que surgiera del Parlament y CiU "se ha movido con afán de recuperar el poder y tocar pierna". "Las urnas juzgarán", dijo, pero advirtió que "lo que no admitimos es que encima nos toque pagar los platos rotos". "Usted y su partido han demostrado que pesa mucho más lo que dice el PSOE que lo que dice usted o el PSC", concluyó.
Las palabras de Ridao provocaron malestar en el PSC y su portavoz, Miquel Iceta, recordó que los socialistas catalanes habían anunciado su apoyo a la última propuesta del Gobierno un día antes de la famosa reunión de Mas y Zapatero el 21 de enero en la Moncloa. Además, apuntó que "a nadie le entra en la cabeza" que el Estatut saliera adelante "sin PSC ni CiU".