Maragall pide al PSC que blinde la nueva etapa en la Generalitat, aunque elude hablar de reeditar el tripartito

Actualizado: jueves, 22 junio 2006 19:37

El president recibe el reconocimiento de todos los partidos en el Parlament

BARCELONA, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, aprovechó hoy la sesión de control en el Parlament, la penúltima de la que será protagonista, para defender su apuesta de gobierno y la "nueva etapa" que abrió tras 23 años de gobierno y pedirle al PSC que "se esfuerce para garantizar que esta realidad, esta verdad, no se pierda, no sea mal entendida".

No obstante, Maragall eludió pronunciarse explícitamente sobre una posible reedición del tripartito, tal y como pretendía el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, al preguntarle si consideraba el modelo "acabado" y "superado" o si, "con correcciones, todavía tenía margen de maniobra y utilidad de cara al futuro".

Maragall reconoció el trabajo "meritorio" de los gobiernos de Jordi Pujol y manifestó su respeto pero insistió en que "defenderé siempre" que tras 23 años de Ejecutivos de CiU se inició "una nueva etapa, porque el Gobierno era diferente y se gobierna diferente" y con "una ilusión que se había ido perdiendo".

En respuesta a la intervención del portavoz socialista, Miquel Iceta, Maragall lanzó su mensaje: "Pido al PSC, al partido en el que milito con satisfacción desde hace muchos años aunque muchos no lo entiendan, que se esfuerce por garantizar que esta realidad, esta verdad, no se pierda".

El president insistió en que el PSC es el partido "más importante" de Cataluña y "el más votado" y reiteró, tal y como hizo esta mañana ante José Luis Rodríguez Zapatero, que "no aceptaré nunca la identificación de Cataluña y el catalanismo con un solo partido. Sea el que sea, ni el nuestro ni ningún otro".

Maragall recibió el reconocimiento de todos los grupos parlamentarios durante una atípica sesión de control con tintes de despedida y en la que el presidente catalán fue más aplaudido que nunca por los diputados del PSC. Además, repartió elogios para ERC por su participación en el "cambio" en la gobernación que ha supuesto el Gobierno tripartito y para ICV por su evolución al "pasar de una posición dominante en la clandestinidad con el PSUC a ser una fuerza complementaria pero decisiva".

RECONOCIMIENTO AL PARLAMENT.

Ninguno de los líderes parlamentarios quiso repreguntar a Maragall ni le inquirió para que aclare definitivamente la fecha de las elecciones e incluso el jefe de la oposición, Artur Mas, hizo su intervención desde la tribuna para darle mayor solemnidad. Además, Mas no tiene previsto participar en la sesión de control del último pleno del Parlament, el día 13 de julio, por considerar que Maragall se despide hoy, según fuentes de CiU.

El presidente de la Generalitat respondió a los elogios con agradecimientos y se dirigió a todo el hemiciclo para recordarles que, aunque sea él quien pase a la historia como el 'president del Estatut' al igual que ocurrió con los Juegos Olímpicos siendo él alcalde, son "ustedes los que han hecho historia, cada uno desde su interpretación del país, pero será lo que la gente recordará".

LLAMAMIENTO AL PP.

Maragall insistió en que el referéndum del Estatut "no ha de dividir ni dejar fuera a nadie. No divide porque todo el mundo respeta el resultado" y "todos admitimos unánimemente que entramos en una nueva etapa".

En este sentido, incluso se atrevió a pedirle al presidente del PP catalán, Josep Piqué, "decisiones de cambio" en su partido que "convienen a España y a Cataluña". Para Maragall, "personas con la mentalidad" de Piqué deberían tener más fuerza en el seno del PP y le pidió coraje para que "la mentalidad más conservadora de España" reconozca la existencia de "realidades nacionales de las que nadie duda".

SERVICIO AL PAÍS DE MARAGALL Y MAS.

En el capítulo de reconocimientos, Mas buscó la solemnidad de la tribuna para defender la apertura de una nueva etapa en Cataluña con la aprobación del Estatut y que "se refuerza con el anuncio" de Maragall de no repetir como candidato del partido. Mas destacó el papel "determinante" de Maragall para que el PSC votara el Estatut del 30 de septiembre y que marca "una hoja de ruta muy ambiciosa para el futuro de Cataluña".

También destacó que "lo que nos queda por cubrir de esa hoja de ruta ya no podrá ser catalogada nunca más de victimista" y consideró que Maragall y él mismo han hecho "juntos un buen servicio a nuestro país". Un país que, "vemos diferente, pero que estoy seguro que estamos dispuestos a servir incluso por encima de nuestras propias visiones de partido", dijo, no sin antes insistir en la necesidad de que sea un gobierno con una mayoría parlamentaria sólida, "con plena legitimidad y con fortaleza necesaria" quien despliegue el Estatut.

Piqué fue el más contundente y, tras manifestar su "respeto personal e institucional" hacia Maragall, denunció que los "intereses del inquilino de la Moncloa" son los que priman en las filas socialistas y se "teledirigen" sus actuaciones "desde la distancia y lejos de los intereses de Cataluña". Piqué insistió en que el Estatut se "ha llevado por delante el tripartito, la legislatura y a Maragall".

LIDER IMPREVISIBLE.

El líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, destacó la "imprevisibilidad" de Maragall, su "ir por libre", que consideró "inscrito en la tradición del catalanismo político", y recordó que fue ERC quien propició su investidura como presidente, no sin antes buscar sin éxito la apuesta de Maragall por reeditar el tripartito.

Desde el PSC, Miquel Iceta, trasladó a Maragall el "afecto" del grupo "mayoritario del catalanismo de izquierdas", título que busca arrogarse ERC, y subrayó el "liderazgo y patriotismo" del president con su decisión de "pasar la antorcha a una nueva generación".

Iceta destacó la "dignidad" con la que Maragall ha ejercido el cargo, su interés en trabajar "hasta el último día" y su "compromiso personal y su tenacidad, que han hecho Cataluña mejor". También Joan Boada, de ICV destacó la voluntad de Maragall de iniciar el despliegue del Estatut y reafirmó la voluntad de los ecosocialistas de reeditar el tripartito.