BILBAO, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido que la UE debe buscar, en el actual momento de crisis, "una solución política" y ha abogado por eliminar "las grasas que sobran", establecer mecanismos de control presupuestario y un "fondo monetario europeo", para después "dar el salto y modificar los tratados" para dotarse de un "eurobono solidario". "Los estados unidos de Europa es necesariamente la meta y cuanto antes lo hagamos, menor será el sacrificio y más brillantes las perspectivas", ha afirmado.
Durante su intervención en el ciclo de conferencias 'Miradas de Europa' de la Universidad de Deusto, el ministro ha defendido que "el problema" de la unión económica y monetaria europea "no es económico", sino "político" y, por tanto, también "la solución vuelve a ser política".
En este sentido, ha resaltado que, aunque "los números" de la UE son "mejores" que los de EE.UU., los inversores prefieren el país norteamericano porque dudan de "nuestra voluntad de seguir juntos, de defender la moneda, de construir una superestructura política que sea coherente con la estructura económica".
"Decidimos poner una moneda única pero no nos atrevimos a poner un gobierno económico paralelo que sirviera para corregir las divergencias que iban a la larga hacer imposible la convivencia", ha advertido.
Tras señalar que las "grietas" en el modelo europeo se pudieron "disimular con cierta facilidad" hasta la crisis, ha alertado de la importancia de "atajar" la crisis de la deuda soberana porque, si no se "corrige", volverá a crear otra "crisis bancaria y económica".
El ministro ha considerado que "en un primer momento los países acreedores pueden ver con más simpatía el modelo continental", que aboga por una política de austeridad y una intervención del Banco Central Europeo "muy moderada", pero a medio y largo plazo "no funciona" porque "cuando el deudor tiene dificultades para pagar, tiene dificultades para comprar los productos de los países centrales del sistema".
Por ello, ha opinado que el modelo que se está aplicando, "muy a pesar de lo que el Gobierno español cree que hay que hacer", apunta a "una desaceleración económica, a una recesión económica, incluso en los países centrales". "Si se hunde el Titanic, naufragan también los pasajeros de primera clase", ha asegurado.
En consecuencia, ha abogado por "cambiar el modelo", de manera que a corto plazo exista "liquidez para que las economías europeas empiecen a funcionar otra vez", lo que exige que el Banco Central Europeo "garantice liquidez ilimitada y con garantías razonables pero no excesivamente exigentes", así como "romper el vínculo entre deuda soberana y bancaria". "Que el Banco Central Europeo empiece a funcionar como la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra", ha explicado.
De esta manera, ha indicado, se podrían "calmar los síntomas, los primeros brotes de la enfermedad", pero a medio y largo plazo es necesario "dar el salto" con una solución política, "sacando el libro y sin intentar improvisar soluciones, ocurrencias que no responden a ninguna ortodoxia económica".
Tras insistir en que es preciso definir "desde ahora el puerto al que queremos llegar para dar tranquilidad a los inversores y que recuperen la fe" en la UE, ha planteado que, en una primera fase, hay que "corregir los excesos del pasado" y reducir el tamaño del déficit y la deuda "heredados", para luego dar "un salto político".
En este sentido, ha señalado que el Gobierno español no tiene "inconveniente" en que los presupuestos nacionales sean "analizados y, en su caso, autorizados antes de su autorización por los parlamentos nacionales" porque "las extravagancias de uno en una unión monetaria castigan a todos". "Tiene que haber mecanismos de control europeos", ha reiterado, precisando que una política de ajustes exclusivamente "agravará" la crisis.
Asimismo, ha apuntado que, en una segunda fase, se debería sustituir el mecanismo europeo de estabilidad porque "es muy lento en sus procedimientos, muy estricto en sus votaciones", lo que hace que "no pueda funcionar a la velocidad que tienen los mercados". De este modo, ha abogado por dotarse de un "fondo monetario europeo" que asuma sus funciones y "se financie en el mercado para no depender de las decisiones de voto de unos países u otro".
Según ha indicado, se trata de "poner en marcha el eurobono" con una responsabilidad "mancomunada", en la que cada país responda de la parte de deuda que le corresponda. "Y una vez que hayamos eliminado las grasas que nos sobran, establecido los mecanismos de control presupuestario para garantizar la disciplina de todos los miembros del club, una vez que tengamos ese fondo monetario y ese mercado de deuda es cuando habrá que dar el salto y modificar los tratados para que el eurobono mancomunado se convierta en eurobono solidario", ha resumido.
El ministro se ha mostrado convencido de que la creación de "los estados unidos de Europa es necesariamente la meta a la que nos dirigimos". "Cuanto antes lo hagamos, menor será el sacrificio y más brillantes nuestras perspectivas de futuro", ha apuntado.
Para García-Margallo, "el destino final" de la UE es contar con dos cámaras, una que represente a los ciudadanos y una "especie" de senado que represente a los estados, y un presidente de la Comisión europea al que daría "más prestigio" ser elegido "directamente por los ciudadanos europeos".
También ha señalado la influencia en la evolución europea que tendrá la postura de Alemania y ha apuntado, en este sentido, que sólo tras las elecciones alemanas, en las que "es más que previsible" que Angela Merkel repita triunfo pero sin contar con mayoría, "se empezarán a despejar incógnitas".
SÍNTOMAS EN ESPAÑA
Por otro lado, se ha referido a la situación española y ha señalado que, tras las medidas de ajustes y reformas estructurales impulsadas, "empiezan a verse síntomas de que el modelo está cambiando". En cualquier caso, ha eludido "hablar de brotes verdes".
En este sentido, ha augurado que la destrucción de empleo en el sector privado "llegará al suelo en muy pocos meses", a excepción del sector bancario, y ha resaltado que la competitividad ha mejorado al "aumentar cuota de mercado" y crecer las exportaciones, de manera que 2012, por primera vez desde el 1981, "vamos a tener una balanza por cuenta corriente equilibrada", salvo por los productos energéticos.
También ha dicho percibir una recuperación de la confianza en España ya que los inversores extranjeros "vuelven a entrar" y las grandes empresas españolas son "líderes en sectores tecnológicamente más avanzados", aunque ha apuntado la necesidad de apoyar la internacionalización de las pymes.