Màrius Serra critica la actual tendencia en las relaciones autor-editor y el excesivo número de premios literarios

Actualizado: miércoles, 22 abril 2009 19:16

BARCELONA, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

El escritor Màrius Serra dijo hoy que las relaciones entre autores y editores pasan por un momento "intermitente", debido a la irrupción de las agencias literarias, al mismo tiempo que criticó también el excesivo número de premios literarios.

Serra hizo hoy, en una conferencia organizada por el Ateneu de Barcelona, un repaso por la evolución del papel del editor en relación con los escritores, "una relación de pareja" que analizó desde una perspectiva personal y sobre la que comentó que "el autor a veces se siente desamparado". El escritor explicó con especial sentido del humor su inicio en el mundo literario, que se produjo cuando tenía tan solo 24 años, tras ganar en 1987 el premio 'El Brot' de la editorial Columna por el libro 'Amnèsia'.

El escritor confesó que al principio no conocía a nadie del mundo editorial y que cuando envió el manuscrito de su primera novela a las editoriales Empúries y Quaderns Crema recibió una "amable carta tipo" en la que se le decía que no se ajustaba a la línea editorial. Un "eufemismo que se ajusta al tópico" y que se convirtió más tarde en algo irónico, cuando tras ganar el premio los editores Miquel Alzueta y Pilar Rahola se peleaban por su obra.

Tras sentirse "disputado" y "agobiado", Serra se cambió a mediados de los 90 a Proa, en busca de una "mayor independencia", aunque fue en ese periodo donde el escritor se dio cuenta de que el modelo de los 80, "donde todo el mundo hacía de todo", estaba cambiando: "La empresa empezaba a exigir al editor que hiciera de 'publisher'", explicó.

Esta exigencia se ha materializado, según el autor, en unos niveles "hipercodificados" basados en la profesionalización de la industria en los que la figura del escritor no acaba de encontrar su sitio. "El autor es un tipo que molesta", dijo Serra, y puso como ejemplo a Roberto Bolaño, un escritor al que los trabajadores de Anagrama "temían" porque "profesionalmente era una piedra en el zapato".

En línea con esta tendencia Serra habló de la irrupción de las agencias literarias y el "desplazamiento" que han provocado en la relación entre los editores y los autores, una sensación que el escritor confirmó tras visitar la Feria del Libro de Frankfurt, donde "el cerebro de la bestia estaba en el único sitio donde no había libros".

El autor se refería así a la zona donde las agentes literarias hacían negocios, --"se dedicaban a comprar y vender pescado", puntualizó--, una manera muy "fría" de tratar la literatura que Serra calificó de "pornografía de la transacción".

Serra aprovechó la ocasión para criticar también el excesivo número de premios literarios, ya que consideró que sólo tienen sentido si hay pocos y tienen prestigio. Se trata, según el autor de un modelo "irracional" que hay que revisar, porque en la actualidad son "un bosque en el que el lector se siente perdido" y han creado la dinámica de que la única forma de publicar es estar premiado.

Justo en la víspera de Sant Jordi, Serra (Barcelona, 1963) no quiso pasar por alto la polémica que todos los años gira en torno a la integridad de la fiesta, y se mostró muy claro: "Estoy hasta las narices de que salgan manifiestos de compañeros que dicen que la fiesta de Sant Jordi se ha pervertido".

Tras recordar el "origen mercantil" de la Diada, el escritor recordó que el día del libro es "el día de mucha gente con intereses muy diversos", y añadió con una media sonrisa: "Es el único día en el que los libros tienen más influencia y visibilidad que el Barça".