Mas dice que si los votantes supieran "seguro" que se va a reeditar el tripartito, éste no lograría la mayoría

Actualizado: lunes, 9 octubre 2006 15:28

Asegura que la discusión del modelo de financiación de las CCAA será la "prueba de fuego" para la aplicación "positiva" del Estatut

MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de CiU y candidato a la Generalitat, Artur Mas, afirmó hoy que si los votantes catalanes supieran "seguro" que se va a hacer otro tripartito después de las elecciones del 1-N, sus integrantes no lograrían una mayoría suficiente para Gobernar, y añadió que si todo el mundo dijera que se respetará el resultado electoral, "se acabaría el tripartito". "Pero algunos están jugando con el voto de la gente", subrayó.

Durante su intervención en el Fórum Europa, aseguró que hay "pavor" en muchos ámbitos de Cataluña a que se repita el tripartito, aunque resaltó que hay "mucha gente" que acudirá a votar "engañada", pensando que "no se atreverán" a reeditarlo. A su juicio, hay un "engaño en potencia importante", por lo que es necesario que la gente sepa lo que se va a hacer con su voto. Recalcó, además, que "aquí hay gato encerrado" y él sabe cual es su nombre, aunque no quiso concretarlo.

En este sentido, apuntó que CiU tiene que ganar las elecciones y procurar que otros tres partidos juntos, "que se han peleado previamente", no sumen más, algo que es ya "rizar el rizo", aunque tampoco "imposible". Según dijo, de esos tres, sólo el candidato de ICV, Joan Saura, lo dice "descaradamente", algo que destacó Mas como positivo.

Por tanto, concretó que CiU busca el doble objetivo de que no haya más tripartito en Cataluña y que el PP no sea el "árbitro" de la situación, porque cuando pudo demostrar que remaba a favor de los grandes proyectos de la CCAA, "no lo hizo". Así, insistió en que su organización nunca pactará con el PP porque eso provocaría una "animadversión" importante en Cataluña.

"No vamos a hacer acuerdos con el PP para gobernar, y si no somos capaces de ganar el 1-N, no vamos a pactar con nadie, aunque me sabría muy mal, pero yo renunciaría a ser presidente, porque ya sabemos lo que es tener un Gobierno de perdedores, con tres proyectos con nada en común aparte de querer ocupar el poder", argumentó.

En cualquier caso, explicó que el 1-N por la noche, cuando se sepa el resultado, sabrá "exactamente" por qué camino tiene que ir, en el que no excluyó expresamente, porque se "sobreentiende", que siempre puede haber una "pequeña puerta abierta, la que sea". Afirmó, así, que el objetivo no es tanto que salga un Gobierno de CiU, como que sea "fuerte y con un liderazgo firme, pero si eso puede ser CiU, mejor que mejor".

RESPETO AL NUEVO GOBIERNO CATALÁN

Preguntado acerca de si una victoria de CiU facilitaría que la formación catalanista colocara algún ministro en Madrid, se limitó a decir que esa cuestión "no toca" ahora, si bien manifestó su apertura a implicarse "a fondo" en la política del Gobierno de España, algo que pasa por establecer unas reglas de "juego limpio, y para eso hay que respetar a quien gobierna en Cataluña".

Por tanto, puntualizó que si CiU gana las elecciones en Cataluña pero el Gobierno socialistas de España les impide gobernar allí, eso sería un "contrasentido", por lo que reclamó que se respete también desde el Gobierno de la nación el resultado electoral que se produzca en la CCAA.

Por otro lado, recalcó que los primeros indicios de aplicación del Estatut por parte del Gobierno son "preocupantes", a pesar de que éste costó "sangre, sudor y lágrimas", y ha dejado un "poso de resentimiento". Reconoció que esto puede deberse a la influencia de la cercanía de las elecciones catalanas y por la existencia de un Gobierno catalán "en tránsito y sin capacidad de interlocución de tu a tu, ya que al final siempre tiene que plegarse al PSOE".

"Espero que con otro Gobierno, fuerte, firme, se pueda tener una relación de tu a tu, para encauzar mejor el Estatut, porque su aplicación va a marcar en buena parte la relación entre Cataluña y España, y sería una enorme irresponsabilidad que ese camino no fuera el correcto y el diseñado", señaló.

DISCUTIR EL MODELO DE FINANCIACIÓN

Así, indicó que a partir del próximo año va a tener lugar una "prueba de fuego muy importante", ya que va a ser cuando se va a discutir el modelo de financiación, respecto al cual hay en el Estatut pactadas unas reglas y principios que "claramente son más favorables que lo que han tenido los catalanes durante los últimos 25 años".

En este sentido, agregó que eso hay que aplicarlo, "en su momento", y ese momento -aquí emplazó a Zapatero y su Gobierno- es el año que viene, haya elecciones o no en determinadas autonomías y en el ámbito municipal, "ya que 2007 será el momento de aplicar el modelo de financiación".

"Hago este emplazamiento al Gobierno español y a Zapatero para que entiendan que una auténtica prueba de fuego de esta relación entre Cataluña y el Estado y de la aplicación positiva del Estatut, va a venir el año próximo cuando se discuta el modelo de financiación", resaltó.

Mas manifestó su deseo de que "no se falle" en este punto, algo que CiU va a procurar, al tiempo que apuntó que su formación quiere más que el Estatut pactado, pero está "dispuesta a aplicar con lealtad el pacto suscrito", por lo que pidió, "a cambio, la misma lealtad", ya que si se falla en esa lealtad se habrá fallado en algo "todavía mayor, que sería en la relación entre Cataluña y España".

PROGRAMA ELECTORAL

También reclamó al Gobierno español que se aplique el Estatut en materia de inmigración, ya que cuando eso ocurra, la Generalitat tendrá "las competencias de regularización y realizar inspecciones de trabajo, por ejemplo". En este punto, adelantó que si CiU llega al Gobierno creará una Consejería catalana de Asuntos Exteriores, aunque cuando lo haga "será también un motivo de preocupación para muchos".

Asimismo, expresó su intención de desarrollar una red de oficinas de selección de inmigración en origen, "que seguro después copiaran muchas CCAA", así como una ley de contrato de derechos y deberes de los inmigrantes, en la que "a cambio de incentivos se logre una mayor o menos integración real".

Por otro lado, y de manera más general, comentó una serie de puntos importantes de sus objetivos, incluidos en su programa electoral. Entre estos, destacó la necesidad de recuperar plenamente el prestigio "maltrecho" de Cataluña, y aseguró que el catalanismo es una "marca de calidad".

También apostó por reforzar y proyectar la personalidad catalana en todos sus aspectos, así como por "situar a Cataluña en el mundo". En este punto, abogó por situar a Cataluña en la UNESCO e incrementar su capacidad exportadora, y añadió que el reto de Cataluña es convertirse en un país trilingüe.

Mas resaltó la pertinencia de modernizar las infraestructuras de Cataluña y manifestó su deseo de convertir a Cataluña en el núcleo "más potente" de comunicación del sur de Europa. Además, expresó su deseo de adecuar la economía catalana para asegurar su crecimiento por encima del tres por ciento y situar a Cataluña en los estándares de políticas familiares y de natalidad del resto de Europa.

Comentó también la necesidad de una reformulación del sistema educativo desde la base, en busca de la "excelencia", integrar todos los sistemas de formación del trabajo e intentar convertir Cataluña en una capital universitaria europea, centrada en postgrados. También apostó por desarrollar un despliegue policial "a fondo", actuar de forma más decidida en el ámbito judicial, e introducir en la mentalidad catalana "el binomio libertad-responsabilidad".

Finalmente, indicó que la relación entre Convergencia y Unió, y entre él mismo y Josep Antoni Duran i Lleida, es "correcta y positiva", aunque siempre hay "matices diferentes, lo cual no tiene que asustar a nadie". "Los problemas que veo entre Maragall y Montilla, entre Carod Rovira y Puigcercós, entre Piqué y Acebes y Zaplana, no los tenemos Duran i Lleida y yo", sentenció.