Actualizado: lunes, 6 noviembre 2006 21:09


BARCELONA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente de CiU, Artur Mas, acusó hoy a PSC y ERC de "engañar" a los ciudadanos al "esconder" que el tripartito estaba "cocinado" mucho antes de las elecciones y puso en duda la "calidad democrática" de un acuerdo que "convierte en presidente de la Generalitat" al "más claro perdedor", según él, el candidato del PSC, José Montilla. Mas dijo que desde el 1 de noviembre "no ha habido negociación" entre CiU y PSC o ERC, sino que "sólo ha habido ofrecimientos generosos" por parte de la federación, a los que no han tenido respuesta "porque el tripartito ya estaba hecho".

Mas denunció especialmente que "una fuerza independentista" como ERC haya optado "por un gobierno débil para Catalunya" con "un flaco liderazgo" en la persona de Montilla, una fórmula que identificó con "la crisis política" que él mismo auguró durante la campaña cuando pronosticó una "herida" si CiU ganaba las elecciones y no podía gobernar. El candidato convergente criticó que las fuerzas de izquierda catalanas "están convirtiendo la excepción en norma" al relegar sistemáticamente del gobierno a la fuerza con más escaños.

El candidato de CiU rehuyó cualquier autocrítica y se mostró convencido de que "el problema no ha sido la campaña" electoral esto, sino que las fuerzas del tripartito "tenían atado y cocinado su pacto" antes de las elecciones "engañando" a la ciudadanía al ocultarlo. "Yo no he quemado ningún puente", aseguró Mas, respondiendo a preguntas de los periodistas sobre el posible efecto contraproducente de elementos de la campaña como el DVD, e incluso aseguró que "repetiría la misma campaña".

"Si con un resultado así no se respeta al ganador nada tiene que ver con la campaña electoral", reiteró, insistiendo en que "no ha habido negociación" con CiU porque "el tripartito ya estaba hecho". "Ahora resultará que los culpables de no estar en el gobierno somos los ganadores", ironizó, y argumentó que la agresividad en la campaña "es la excusa que dan algunos para justificar lo injustificable", dado que el acuerdo responde a "la ocupación del poder por el poder".

También el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, consideró que hoy "no tiene sentido" la "autocrítica", alegando la "victoria" de la federación y el "fracaso" en cambio del PSC y de ERC, que han bajado en escaños y en votos, y consideró que es el momento para "denunciar que unos perdedores han rehecho un tripartito sin que desaparezcan los elementos" que llevaron, en su edición anterior, a "una ruptura y convocatoria de elecciones generales".

Duran anunció además que la predisposición de la federación a llegar a acuerdos con el PSOE en el Congreso dependerá "de la actitud del PSOE" y aseguró que si ve la oportunidad de conseguir alguno de los compromisos electorales de la federación pactando alguna ley concreta con los socialistas en el Congreso, lo hará. Advirtió que si la actitud del PSOE "se corresponde totalmente con la del PSC" supondrá que "no ven a CiU en el gobierno de la Generalitat" y por tanto "no la verán tampoco para llegar a acuerdos en el Congreso".

El también portavoz en el Congreso quiso esperar a conocer "la reacción del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero", al considerar que, "más allá de el respeto a la decisión soberana" del PSC, "tendrá otros criterios políticos" y "si éstos coinciden con los del PSC" cerrarían la puerta a acordar con CiU y supondrían que "debe ser ERC quien apoye al PSOE en el resto de legislatura". Duran descartó además "ningún cambio de actitud hacia el PP" después de haber sido de nuevo relegados a la oposición en Catalunya.

Mas reconoció que los dirigentes de CiU se sienten "decepcionados" y "dolidos" por la decisión de PSC y ERC de optar por un gobierno de izquierdas, aunque a la vez "serenos" y "conscientes de que ahora más que nunca CiU ha de ser la casa grande del catalanismo" que acoja también a los "decepcionados" por la reedición del tripartito. "CiU aguantará el nuevo golpe, que no es el primero. Querrían vernos mal, pero aguantaremos y ayudaremos desde la posición que nos toque a que Catalunya salga lo menos perjudicada posible", afirmó.

"No podemos esconder que estamos decepcionados del uso que se ha hecho del resultado electoral" porque "era suficientemente claro, nítido y transparente" por la "victoria total de CiU", y "estamos dolidos por el trato que hemos recibido como legítimos e indiscutibles ganadores de las elecciones catalanas", afirmó Mas.

Mas dijo que "no ha habido negociación por parte del PSC ni de ERC con CiU", sino que "lo único que ha habido son ofrecimientos por parte de CiU a cada uno de ellos", de los cuales "tomaron nota" y "no dieron respuesta" porque "el tripartito estaba atado y bien atado".

OFERTAS "GENEROSAS" DE CIU

Mas destacó la "generosidad" con la que CiU acudió a los encuentros, en los que "ofreció al PSC la mitad del gobierno y el 'conseller primer'" cuando, dijo, "no les correspondía estrictamente por resultados", y le ofreció a ERC "un tercio del gobierno", al plantearles un Ejecutivo proporcional, "y también el 'conseller primer', que no es un vicepresidente", figura, esta última --que obtendrá Carod en el nuevo tripartito-- "que no existe en el ordenamiento de la Generalitat", apuntó Mas.

El líder de CiU denunció además que en las dos reuniones que mantuvo con el candidato del PSC, José Montilla, o con el de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, "no se habló de programa" electoral, porque en ambos casos "les pregunté a uno y otro si había algún problema con el programa de CiU y ni uno ni otro contestaron nada". Por ello argumentó que "no hubo negociación", lo cual, dijo, "aún avala más que el tripartito estaba cocinado antes del 1 de noviembre".

Mas vio el pacto de PSC, ERC e ICV-EUiA como "prueba" de que "CiU siempre ha dicho la verdad" al advertir reiteradamente en la campaña que "si el tripartito sumaba se consumaba" y denunció la "frustración y decepción" que el acuerdo para la reedición del tripartito ha provocado, según él, "en buena parte de la población catalana".

"Un engaño que no es a CiU, porque ya lo sabíamos, sino a una parte significativa del pueblo de Catalunya y que supone cierta merma de la calidad democrática del sistema, porque no respetar al legítimo y claro ganador sin decirlo antes provoca una decepción" y "hace que mucha gente diga ahora que no volverá a votar", añadió. Para Mas, la baja participación en el 1-N es fruto de esta "decepción" y "fatiga" hacia los partidos, que "ahora aumentará" con esta decisión.

Mas insistió en que el nuevo tripartito será "un gobierno aún más débil" que el anterior y tendrá "un liderazgo muy débil" porque "el presidente de la Generalitat será una persona que no ha sido capaz de ganar las elecciones y que ha sacado el peor resultado" de los comicios. Para Mas, Montilla es "el gran perdedor" del 1-N "a los ojos de los ciudadanos", que ahora "se sentirán decepcionados" al ver que "por acuerdos en despachos" alcanza la presidencia.

El líder de la federación nacionalista destacó también la "paradoja" de que esto se haga por "decisión de unos dirigentes de ERC que hablan de independencia, de equidistancia, de nación" y de horizonte nacional "de máximos".

En este sentido, el candidato de CiU hizo "un llamamiento" a los ciudadanos para que "no caigan en la desmoralización" al ver "de nuevo un gobierno débil en Catalunya" y se comprometió, tal como dijo durante la campaña, a "seguir al pie del cañón" aunque sea desde la oposición, desde donde aseguró que CiU "seguirá fiel al proyecto, al catalanismo y a Catalunya".