Mikel Buesa calcula en más de 9.000 millones anuales los costes directos e indirectos del terrorismo de ETA

Actualizado: lunes, 20 marzo 2006 15:20

"La expectativa de paz sólo la tiene un señor que se llama Rodríguez Zapatero", asegura el hermano del asesinado Fernando Buesa

LOGROÑO, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

El catedrático de Ciencia Económica de la Universidad Complutense y hermano del asesinado Fernando Buesa, Mikel Buesa, calculó hoy en más de 9.000 millones de euros anuales los costes directos e indirectos derivados del terrorismo de ETA, "por lo que, de no haber existido, el PIB del País Vasco sería una quinta parte más elevado del actual".

Buesa acudió hoy a la Universidad de La Rioja para ofrecer una charla sobre 'Las consecuencias económicas del terrorismo nacionalista vasco', basado en un estudio que ha realizado sobre los efectos de los actos terroristas de ETA y de su entorno en el período comprendido entre 1993 y 2002, hasta la ilegalización de Batasuna.

A su juicio, ETA ha llevado a cabo en estos años "una economía depredadora, dedicándose a extraer los recursos económicos necesarios para financiar sus actividades", que, según sus datos, ascendían a unos 23,6 millones de euros al año.

Estos recursos se obtenían por varias fuentes, la más importante de ellas "las subvenciones públicas para sus organismos vinculados", que suponían cerca de la mitad de los ingresos. De ellos, detalló, "casi el 70 por ciento procedían del Gobierno vasco, un 10 por ciento de los entes locales vascos y, de la UE, un 17 por ciento".

"El terrorismo ha sido una actividad generosamente financiada por las instituciones públicas, sobre todo por el Gobierno vaso", recalcó Buesa, quien apuntó, además, que, de las extorsiones a empresarios procedía el 22 por ciento de los ingresos de la banda, y, el resto, de otras actividades mercantiles "y de otras fuentes no identificadas".

En cuanto a los costes, señaló que "los costes directos, es decir, los derivados de los actos terroristas", han supuesto un promedio de 358 millones de euros anuales en daños materiales; "unos 8,5 millones en costes personales"; 339 millones en costes "por seguridad pública y prevención de atentados"; y alrededor de 34,4 millones para pensiones para las víctimas, "en total, 739,6 millones al año".

A ello se suman los costes indirectos, "que son los retraimientos de la inversión, porque el terrorismo genera incertidumbre, lo que afecta directamente al desarrollo económico". Así, para Buesa, en los 10 años de 1993 a 2002, "la actividad terrorista ha causado pérdidas por 83.000 millones de euros en el PIB vasco, es decir, 8.300 millones al año".

Estas cifras suponen "un poco más del 20 por ciento del PIB de la comunidad vasca, por lo que se puede decir que el País Vasco, sin el terrorismo, sería una quinta parte más rico que la que tiene actualmente". La situación, con todo, ha variado muy poco con la ilegalización de Batasuna, "excepto en lo que es que se corta parte de la accesibilidad a fondos públicos".

"Con la ilegalización -apuntó- se dejan de percibir subvenciones como partido; se deja de poder usar los fondos de los Ayuntamientos, que, en los controlados por Batasuna, se ha podido desviar alrededor de un 1,2 por ciento de sus recursos; se deja de colocar a sus militantes en los Consistorios, así que dejan de cobrar estos salarios; y baja la posibilidad de acceder a fondos del Gobierno vasco".

Por contra, esta bajada de acceso a los fondos públicos "conduce a mayor actividad en la extorsión a empresarios", algo que, según sus datos, "no contrastados, porque no se dispone de documentación", ha podido duplicarse: de los 5 millones al año que Buesa calcula entre 1993 y 2002, a los 10 millones anuales que se estiman en la actualidad.

Las empresas, como consecuencia, "externalizan su producción en lo geográfico", hacia comunidades limítrofes "o incluso más lejanas, como Levante, Madrid, Cataluña o hasta Málaga". Por ello, Buesa afirmó que, "aunque la tranquilidad de los últimos 2 ó 3 años han frenado algo el proceso de deterioro de la inversión, no se compensa lo perdido". "El terrorismo ha generado en el País Vasco efectos irreversibles", aseguró.

FIN DEL TERRORISMO.

A ello sumó que "la amenaza terrorista persiste y, en lo político, se añade la incertidumbre derivada de las pretensiones secesionistas del Gobierno vasco, sobre todo por el Plan Ibarretxe, y que genera peores expectativas para el futuro; de ahí, que los resultados económicos del País Vasco sean mediocres respecto al resto de España".

"La expectativa de la paz sólo la tiene un señor que se llama Rodríguez Zapatero, y algunos de sus amigos. No se ha visto ni un solo indicador de que esa expectativa tenga algún viso de ser una realidad", finalizó Buesa.