BARCELONA, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidenciable del PSC, José Montilla, aseguró hoy que "no estoy dispuesto a gobernar a cualquier precio" e ir en un "Dragon Khan" como se definió el extinto tripartito. Montilla se manifestó "convencido" de que "todos hemos aprendido de este periodo" y, tras reiterar su aspiración de gobernar en solitario, también dio por hecho que "otros --en referencia a Artur Mas-- tampoco aspiran a tener un 'conseller en cap' que se llame Carod-Rovira".
Montilla hizo autocrítica del tripartito y explicó que el Gobierno era "la suma de tres programas, de tres partidos, algunos con muy poca cultura de gobierno y con una práctica asamblearia que dificulta la toma de decisiones", en alusión directa a ERC. En este sentido, señaló que un gobierno presidido por él debe contar con un "programa ambicioso y con objetivos compartidos por todos", con consellers "del gobierno, no de un partido u otro", y apostilló: "gobernar a cualquier precio, yo, no".
También avisó al electorado de ICV-EUiA de que "la única posibilidad" de que los ecosocialistas estén en el Gobierno de la Generalitat es que el PSC gane las elecciones y por ello reclamó que den prioridad a "asegurar la victoria del PSC" para poder formar un gobierno "de izquierdas, estable y serio". Montilla señaló que "hay partidos cuya prioridad es estar en el Gobierno, pero que no se equivoquen, han de saber que la única opción que tienen algunos para gobernar es que el PSC gane las elecciones".
Las advertencias de Montilla a ICV-EUiA no se quedaron ahí y aunque admitió que "no tenemos una mala experiencia de colaboración con ICV", sí manifestó que hay "discrepancias" porque "si no no seríamos dos partidos, nos fusionaríamos". Además, recordó a los ecosocialistas que "ser socios no quiere decir que tenga capacidad de veto".
ICV "no es el hermano mayor del actual gobierno de la Generalitat", apostilló y recordó que "pese a ICV, se está haciendo el Túnel de Bracons, el Cuarto Cinturón está licitado" y "la interconexión eléctrica con Francia" se hará cuando se superen las elecciones legislativas francesas.
Añadió que "la fama la tienen unos y otros nos dedicamos a hacer las cosas" y citó las medidas emprendidas por el Gobierno del Estado en materia de energías renovables desde el Ministerio que Montilla encabezó hasta septiembre. "Y no soy ecologista ni de ICV", apostilló, y recordó que el Gobierno "no puede ser un obstáculo para el dinamismo económico y la vitalidad de los emprendedores".
EN MANOS DEL PSC.
"La decisión está en manos de los ciudadanos. Cada uno es propietario de su voto", dijo, y se manifestó convencido de que el día 1 de noviembre "decidirán dar un nuevo salto adelante de la mano de un gobierno progresista y serio". Sólo el voto al PSC es "garantía para derrotar a Artur Mas y hacer inviables" un gobierno de derechas y un frente nacionalista.
Además, reiteró que el PSOE no está interesado en la victoria de CiU y recordó que José Luis Rodríguez Zapatero "es presidente porque le votaron 21 diputados del PSC y no le votaron 10 diputados de CiU". En este sentido, sostuvo que "lo que pase el día 1 depende exclusivamente de los catalanes, de los electorados catalanes y de los partidos catalanes, en lo que respecta al PSC.
"Lo puedo asegurar. La política de alianzas del PSC la hace el PSC y nadie más", añadió, aunque consideró "obligación" de Zapatero seguir la política catalana porque "para él, también para mí, Catalunya forma parte de España". Montilla añadió con ironía que "puedo asegurar que no me voy a ir de embajador a París ni a Madrid por la política de alianzas", "entre otras cosas porque seré presidente de la Generalitat".
EL PSC Y LA NACIÓN CATALANA INCLUYENTE.
Montilla se presentó como "hombre de palabra" y se comprometió a hacer de Catalunya "un país con una economía sólida que sea la base de un Estado del Bienestar de primera" que despliegue el trabajo del Gobierno de Pasqual Maragall, que "durante tres años ha puesto las bases para girar la lógica de las políticas conservadoras".
El candidato socialista presentó su proyecto de catalanismo social apuntalado por un PSC que "representa a una nación catalana incluyente, que hace compatible la nación catalana y una España plural, que reconoce su plurinacionalidad, pluriculturalidad y plurilingüísmo".
En la misma línea, se erigió como defensor del bienestar "basado en los derechos, no en los cheques, en el que las ayudas son complementos, nunca la base de la justicia social". A todo ello, Montilla sumó sus compromisos éticos para ejercer una gobernación basada en la "honestidad y la transparencia".
Montilla sostuvo que con la aprobación del Estatut "se ha acabado la hora de buscar responsabilidades fuera de Catalunya" e insistió en que en las elecciones "decidiremos si el desarrollo del Estatut estará orientado en sentido conservador o progresista y eso dependerá de quien encabece el gobierno".
MENOS LEYES Y MEJOR HECHAS.
Así, reiteró que sólo el PSC puede garantizar el desarrollo estatutario en el marco de una "nación plural e inclusiva, desacomplejada y optimista, fundamentada en los derechos y deberes", con la "complicidad de la sociedad civil" y rehuyendo del "intervencionismo de la administración, que puede ser una práctica perniciosa".
En este sentido, defendió que Catalunya "necesita menos leyes y mejor hechas" y señaló que "no deberíamos aprobar una ley sin derogar otra". Montilla se manifestó partidario de "simplificar la legislación, dar más facilidades y poner menos obstáculos, tanto para los ciudadanos como para las empresas".
INMIGRACIÓN.
También se refirió a la inmigración abogando por "no tratar el tema desde la demagogia, la frivolidad y la ingenuidad". Según Montilla, "necesitamos inmigrantes para continuar creciendo pero no podemos acoger a todos los que quieren venir". Por ello, avisó de que "una inmigración sin control es inviable y no la permitiremos" y se comprometió a "fomentar la inmigración regular, la contratación en origen y la integración".
Montilla dijo que Catalunya "ofrece acogida y respeto a la diversidad que representan" los inmigrantes pero "exigimos el respeto a los derechos y deberes comunes y que fijan nuestra cultura".
En materia de infraestructuras, Montilla cargó contra CiU y denunció que los nacionalistas "sólo se han acordado" del aeropuerto de Barcelona estando en la oposición y votaron los presupuestos de José María Aznar que invertían en la T-4 de Madrid.