MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un monumento de once metros de altura recordará desde hoy a las 192 víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 frente al edificio circular del AVE de la estación de Atocha, uno de los escenarios de la masacre islamista y convertido en lugar de recuerdo y dolor para el movimiento ciudadano de solidaridad que surgió en los días posteriores a las explosiones. El Monumento a las Víctimas fue inaugurado oficialmente este mediodía por los Reyes de España en un acto de Estado con motivo del tercer aniversario de la masacre.
Esta estructura arquitectónica, hasta hoy cubierta con una lona, permitirá que perduren en el tiempo parte de los mensajes de solidaridad y condolencia que miles de personas escribieron y depositaron en las inmediaciones de las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, así como en la calle Téllez, a modo de particular homenaje tras los atentados y que el día a día de la cotidianidad hizo prácticamente desaparecer de estos 'santuarios' improvisados.
Ideado por los jóvenes arquitectos del estudio Fascinante Aroma a Manzana (FAM), ganador del concurso convocado conjuntamente por el Ayuntamiento de Madrid y Renfe, está concebido en dos partes íntimamente relacionadas, carentes de sentido la una sin la otra, en las que la luz y la transparencia juegan un papel protagonista en el propio homenaje a las víctimas, evitando en todo momento la presencia de elementos opacos.
Así, la estructura arquitectónica en recuerdo de los 192 fallecidos consta de una cúpula irregular de vidrio que se erige en el exterior, de 11 metros de altura y 60 toneladas de peso, y una sala bajo rasante de casi 500 metros cuadrados, ubicada en el vestíbulo principal de la estación de Atocha, frente a los tornos de entrada al metro, donde, mirando hacia arriba, se podrán leer esos mensajes de solidaridad.
La parte en superficie, construida en una rotonda frente a la entrada del AVE de la estación de Atocha, en la confluencia del paseo de la Infanta Isabel, la avenida de Ciudad de Barcelona y la calle de Alfonso XII, es una cúpula cilíndrica compuesta por bloques de un vidrio óptico especial (borosilicato), transparente, incoloro y de las dimensiones más grandes que permite este material (30 por 20 por 70 milímetros y de 10,5 kilogramos). Unidos entre sí con un pegamento acrílico transparente, están colocados irregularmente para producir un efecto semejante al movimiento de las olas del mar.
La cúpula contiene también una lámina de 20 kilos de peso de ETFE (etileno-tetrafluoroetileno, una variante del teflón), con una transparencia del 97 por ciento y sujeta por succión, en la que estarán impresos los mensajes de condolencia escritos por los miles de ciudadanos en los días posteriores a los atentados. Así, unos ventiladores crearán un vacío entre estas dos capas que permitirá que se mantenga en pie sin ningún tipo de elemento opaco, uno de los propósitos de los responsables del proyecto.
Los mensajes inscritos en esta lámina o membrana podrán leerse, mirando hacia arriba, desde la sala bajo rasante ubicada en el vestíbulo principal de la estación. Con paredes revistadas de azul y completamente aislada del ruido exterior, está concebida como un espacio para el recogimiento donde la luz y el silencio son los grandes protagonistas.
Esta construcción cerrada, totalmente transparente e incolora y que no permite la entrada de agua en la misma, cambiará sus tonalidades y colores dependiendo de la trayectoria de la luz. Así, según donde incidan los rayos del sol en la estructura, unos mensajes brillarán más que otros, de manera será aquel el que decida en cada momento quienes sean los homenajeados.
DOS AÑOS DE TRABAJOS
Los trabajos de construcción, de los que se ha encargado la empresa Dragados, se iniciaron en 2005 y, en un principio, estaba previsto que finalizaran el pasado año con motivo del segundo aniversario de los atentados. El monumento, ubicado cerca del madrileño Parque de El Retiro --donde se levanta 'El bosque del recuerdo' también como homenaje a las víctimas--, está presupuestado en más de cinco millones de euros, financiados al 50% por el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Fomento.
Además del retraso en su construcción, la presentación del proyecto, prevista para el pasado día 5, fue suspendida en el último momento por divergencias entre el Consistorio de la capital y el departamento que dirige Magdalena Álvarez sobre la conveniencia de realizar este acto antes de la inauguración oficial del monumento.
El proyecto de Esúa Acosta, Mauro Gil-Fournier, Miguel Jaenicke, Pedro Colón de Carjaval y Raquel Buj, los jóvenes arquitectos del estudio FAM, fue elegido entre los 300 trabajos que se presentaron al concurso de ideas para la construcción de un monumento homenaje a las víctimas del 11-M.
