Nota de corrección.- El juez Bermúdez corta el micrófono a "Fiti" para evitar que "suelte un mitin" durante un juicio

Los empleados heridos al abrir el paquete sospecharon desde el principio del envío, que no estaba sometido a ningún control previo

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 18 julio 2007 18:43

((ESTA NOTICIA SUSTITUYE A LA ANTERIOR SOBRE EL MISMO ASUNTO))

MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, cortó el micrófono al etarra José María Arregi Erostarbe, alias "Fitti", durante el juicio que se celebró hoy contra él por el envío en abril de 1990 un paquete bomba al despacho del comisario general de la Expo 92, Manuel Olivencia, que produjo heridas a dos empleados. El magistrado justificó su decisión en evitar que el acusado utilizara su turno de declaración para "soltar un mitin".

"Fitti", para quien el fiscal Ignacio Gordillo elevó a definitiva su petición de 60 años de cárcel como autor del envío, utilizó el euskera para explicar que no aceptaba al tribunal porque no tenía "garantías" de que se fuera a celebrar un juicio justo.

Cuando trataba de justificar sus razones fue interrumpido por el presidente de la Sala, quien le dijo que tenía derecho a no declarar ni así lo deseaba, pero no a "soltar un mitin". Como Arregi siguió hablando, el Gómez Bermúdez ordenó cortarle el micrófono y amenazó con expulsarle de la Sala.

TESTIMONIO DE LAS VÍCTIMAS.

Lo más destacable de la sesión fue el testimonio de Carmen Felipe Corisco, la funcionaria que tenía asignada la apertura de cartas y paquetes dirigidas al comisario de la Exposición. Narró al tribunal que no existía ningún procedimiento de control ni de seguridad con respecto a los envíos, y que ella sospechó desde el principio del paquete que llegó con el membrete de la Consejería de Cultura del País Vasco.

"Cada día tenía mis dudas y mis miedos, porque sabía que la Expo era objetivo -relató-. Las cartas me las traía el conserje, que ese día me dijo "no tenga usted miedo". Él abrió el sobre porque quería los sellos para sus hijos, pero después yo quité la pegatina para sacar el libro y fue cuando explotó". El atentado le causó a esta mujer la amputación de la mano izquierda, daños en la derecha y numerosas quemaduras por todo el cuerpo.

El conserje, Joaquín Morente, mantuvo la misma versión y especificó que él abrió el sobre aunque finalmente desistió de coger los sellos, que eran algo raros, porque no le gustaban. "Entonces Carmen fue a sacar la tarjeta que venía con el libro y salió volando", añadió el testigo, que dijo haber sufrido daños en los oídos cuyas secuelas sigue sufriendo a día de hoy.

En su informe de calificación definitiva, el representante del Ministerio Público explicó que durante el juicio había podido acreditarse que en los días anteriores al 19 de abril Arregi Erostarbe remitió desde Burgos un paquete bomba con matasellos de Vitoria y Etiqueta con membrete del Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno Vasco dirigido a Olivencia "con intención de causarle la muerte".

El paquete contenía un ingenio explosivo conformado en el interior de un libro hueco, en el que se alojaba un artefacto compuesto de 150 gramos de explosivo amosal y tuercas utilizadas como metralla.

Según el fiscal, el sobre fue escrito por la misma máquina utilizada por "Fitti" para otros envíos y en los restos del paquete aparecieron dos huellas dactilares correspondientes a sus dedos pulgar derecho e índice derecho de José María Arregi Erostarbe.

Por ello, solicitó que Arregi Erostarbe fuera condenado a 3 penas de 20 años de cárcel por otros tantos delitos de asesinato frustrado, que la secretaria sea indemnizada con un millón euros por las heridas sufridas y el conserje con 30.000 euros. Estas cantidades sos notablemente superiores a las que inicialmente pedía el fiscal para las víctimas en su escrito de calificación provisional.

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