El obispo de Sigüenza-Guadalajara dice que Jesucristo Rey "es la piedra angular "sobre la que se edifica el mundo"

Actualizado: sábado, 25 noviembre 2006 14:04

GUADALAJARA, 25 Nov. (EUROPA PRESS)

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, con motivo de la celebración de la fiesta de Jesucristo Rey del Universo en este domingo, 26 de noviembre, se cierra el año con una fiesta que pretende indicar, al terminar el año en la Liturgia de la Iglesia, que Jesucristo Rey "es la clave que cierra, como es la piedra angular sobre la que se edifica el mundo y la clave, que lo cerrará como Juez de vivos y muertos, cuando vuelva con poder y gloria".

Consideró que reconocer a Jesucristo como Rey del Universo "significa e implica también que creemos en su señorío sobre el mundo entero y que nos comprometemos, de por vida, en la medida de lo posible, a trabajar para que ese plan de Dios se realice en el mundo, sabiendo que es lo mejor para el mundo".

El Reinado de Jesucristo, dijo, es "el reino o triunfo de la verdad, de la libertad, de la justicia, del amor, de la paz, del perdón".

Con esta fiesta, recordó en Carta de Obispos, comienza la última semana del Año Litúrgico ya que el siguiente domingo, 3 de diciembre, es el I Domingo de Adviento y primero del Año en la Liturgia de la Iglesia.

Así, reconocer y celebrar a Jesucristo como Rey del Universo implica, en primer lugar, "reconocer, por parte de los que creemos en Él y nos confesamos sus discípulos, su señorío, su soberanía sobre nuestras personas y nuestras vidas".

Significa además, dijo, "que nada ni nadie está por encima de Él, ni en nuestra jerarquía de valores, ni en nuestra obediencia a su mandato, a sus planes y a sus deseos, ni en nuestro comportamiento. Que es el único Señor al que servimos con todo el corazón, con toda el alma, con todo nuestro ser, y el único Maestro al que seguimos incondicionalmente".

Esta opción radical por el supremo Señor Jesucristo y de seguimiento de este único Maestro ayuda "a discernir entre los señores y maestros que se nos ofrecen y a prestar obediencia y seguimiento a aquellos que más se aproximen o que mejor representen a nuestro único Señor y Maestro".

Por el contrario, la aceptación del señorío y del supremo magisterio de Jesucristo en la vida "nos ayuda a mantener la distancia suficiente de los señores y señoríos de este mundo y nos proporciona la libertad y la valentía necesarias para ejercer de instancia crítica frente a toda usurpación o adulteración del único supremo señorío que reconocemos y de la suprema y definitiva doctrina y enseñanza a la que nos atenemos".