Los obispos aseguran que "no puede haber indulgencia" para ETA si antes no renuncia definitivamente a la violencia

Actualizado: viernes, 24 noviembre 2006 16:41


MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los obispos aseguraron hoy que la sociedad podría adoptar "alguna medida de indulgencia" que "facilitara el fin de la violencia" de ETA, pero no si antes "los terroristas no renuncian definitivamente a la violencia y al terror como instrumento de presión". Asimismo, defendieron a España como un "bien" que debe ser tratado desde un criterio moral y que, pese a poder "ser administrada de muy diversas maneras", debe guiarse "por criterios de solidaridad y respeto hacia el bien de los demás".

En su última Instrucción Pastoral, titulada 'Orientaciones Morales ante la situación Actual de España', aprobado ayer en Asamblea Plenaria y cuyo resumen fue adelantado hoy por el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE), el padre Antonio Martínez Camino, los prelados consideraron "objetivamente ilícita cualquier colaboración con los terroristas, con los que los apoyan, encubren o respaldan".

Asimismo, consideraron que "la justicia, fundamento indispensable de la convivencia, quedaría herida si los terroristas lograran total o parcialmente sus objetivos por medio de concesiones políticas que legitimaran falsamente el ejercicio del terror".

Al respecto, añade el texto, que "una sociedad madura, más animada por un espíritu cristiano, podría adoptar en algunos casos alguna medida de indulgencia que facilitara el fin de la violencia pero nada de esto se puede ni se debe hacer sin que los terroristas renuncien definitivamente a la violencia y al terror como instrumento de presión". Sobre el alcance o características de estas medidas, el padre Martínez Camino prefirió "evitar especificaciones".

Los obispos también expresan en el documento "su afecto, respeto y solidaridad" con las personas, sus familiares y amigos que han sufrido "directa o indirectamente" el terrorismo.

En relación a los nacionalismos, el documento reconoce "la legitimidad de la posiciciones nacionalistas", siempre que se sustenten en el "bien común de toda la población directa o indirectamente afectada". Asimismo, reconoce que "la unidad histórica y cultural de España puede ser manifestada y administrada de muy diferentes maneras". Por ello, apela a la responsabilidad de la sociedad para que actúe "respetando la verdad de los hechos y de la historia" considerando "la unidad y la convivencia" como "bienes" y "guiándose por criterios de solidaridad y respeto hacia el bien de los demás".

Al respecto, el padre Martínez Camino, aclaró que en el documento se hace referencia a la "unidad histórica, espiritual y cultural de España" como "un bien que ha de ser tratado con unos determinados criterios morales". "La moralidad afecta a las actuaciones de las personas y no de las cosas", recordó.

RIESGO EVIDENTE

Los obispos también arremeten contra las medidas impulsadas por el Gobierno con el objetivo de recuperar la memoria histórica, al considerar que "son un riesgo evidente de tensiones, discriminaciones y alteraciones de una tranquila convivencia". En este sentido, el documento señala que "una utilización de la memoria histórica guiada por una mentalidad selectiva abre viejas heridas de la guerra civil y aviva sentimientos encontrados que parecían estar superados". "Estas medidas no pueden considerarse un verdadero progreso social sino más bien un retroceso histórico", agrega.

En relación al mejor funcionamiento de la democracia, los prelados alertan sobre "la especial importancia" que tiene "para poder convivir en libertad y justicia" que se respete "escrupulosamente" la autonomía del Poder Judicial y los jueces, la cual debería "estar custodiada desde la misma designación o elección de los cargos dentro de la institución judicial".

MAYORÍA CUALIFICADA

El padre Martínez Camino recordó que este documento, aprobado por mayoría cualificada, con 63 votos a favor, 6 en contra, 3 abstenciones y un voto nulo, refleja "la unanimidad moral" de los obispos españoles cuya "comunión", según precisó, "goza de buena salud". "La comunión de los obispos pocas veces ha sido tan estrecha como ahora", indicó.

La Instrucción Pastoral consta de introducción, conclusión y tres capítulos titulados: 'Una situación nueva: fuerte oleada del laicismo', 'Responsabilidad de la Iglesia y de los cristianos' y 'Discernimiento y orientaciones morales'.

En el primer capítulo se describe la situación actual y se analizan sus causas, en el segundo se realiza una llamada a superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento y a anunciar el gran 'sí' de Dios a la Humanidad en Jesucristo, y el en el tercero se propone un reforzamiento de la identidad católica para llevar a cabo cualquier acción en la sociedad y se anima explícitamente a los católicos a vivir la caridad social para el fortalecimiento moral de la vida pública.

En este último capítulo se analizan cuestiones como la relación entre la Iglesia y sociedad civil, la democracia y la moral, el servicio al bien común, el respeto y la protección de la libertad religiosa, el terrorismo, los nacionalismos y sus exigencias morales, y el ejercicio de la caridad.