Los peritos determinan que Erika tuvo una muerte lenta debido a una agresión sexual y que pudo llegar viva a la basura

Actualizado: jueves, 19 enero 2006 17:18

El caso quedó visto para sentencia, con la petición de la fiscal de más de 52 años de prisión para el padrastro y 56 para la madre

ORENSE, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las pruebas periciales determinaron que la pequeña Erika, la niña de 4 años que fue encontrada muerta en mayo de 2003 en una camión de la basura en O Carballiño (Orense), tuvo una muerte lenta producida por una agresión sexual, y que cabe la posibilidad de que estuviese aún con vida cuando fue arrojada a la basura.

En esta última jornada de la vista oral, celebrada en la Audiencia Provincial de Orense, declararon en primer lugar, a través de videoconferencia, peritos del Servicio Toxicológico de Madrid y del Servicio de Química y Criminología de la Guardia Civil que señalaron que la pequeña Erika presentaba una intoxicación por una dosis no terapéutica de 90 miligramos de Frenadol en la sangre, y que fue ingerida pocas horas antes de la muerte.

La autopsia de la pequeña apunta a dos desgarros vaginales producidos en diferentes momentos con un intervalo de dos a cinco días, uno de ellos ya en fase de cicatrización. Las pruebas señalaron también que la niña murió por un "shock hipovolémico", tras dejar de funcionar sus órganos vitales debido a la segunda de las heridas vaginales, añadiendo que se trata de una muerte lenta, sin que se pueda precisar si había fallecido cuando fue arrojada al contenedor de la basura.

También se establece que existían las mismas fibras en la ropa de la niña y del acusado, Luis Piñón, y piel de la pequeña Erika bajo las uñas del padrastro. En cuanto al semen encontrado en las sábanas de la pequeña, no se pudo precisar que pertenezca a Luis Piñón.

Los médicos forenses, que establecieron la hora de la muerte de la pequeña entre las 20.00 y las 21.00 horas del 14 de mayo de 2003, con un margen de error de dos horas, declararon acerca de las diferentes heridas y hematomas del cuerpo de la pequeña, que fueron producidas, según las evidencias, en días y semanas diferentes, lo que confirmó los malos tratos sufridos por la niña.

Las declaraciones periciales indicaron también que las lesiones internas de Erika y las marcas externas de la pequeña podrían corresponderse con un cuadro de asfixia.

MALOS TRATOS

La fiscal que instruye el caso, Carmen Eiro, insistía en las conclusiones finales en que los malos tratos que llevaron a la muerte a Erika se produjeron de mutuo acuerdo tanto por parte de la madre como del padrastro de la pequeña. Según la fiscal, "Ana María no sólo no se oponía o no le parecía mal" sino que "lo justificaba diciendo que era necesario para darle una buena educación a los niños".

Además, resaltó que la acusada "se limita a negar que ella no agredió sexualmente a su hija y no la mató porque ese día iba al médico", pero aludió a que "existen múltiples datos objetivos que evidencian" que esta ausencia de casa "es una coartada para que no se le impute la muerte de su hija"

Los psiquiatras que valoraron si Luis Piñón padece algún tipo de patología declararon que el acusado tiene su "capacidad intelectiva intacta" y que no se puede concluir una relación de "causa-efecto" con los malos tratos que aseguró sufrir durante su infancia. De hecho, Luis Piñón calificó los hechos de espantosos, pero, según los psiquiatras, no se puede decir que "no actuase con plena conciencia".

VISTO PARA SENTENCIA

La Fiscal del caso mantuvo la petición de 52 años y medio de prisión para el acusado con el agravante de alevosía y 56 años de prisión para la madre con el agravante de parentesco. Por su parte, la defensa de Ana María García pide la absolución y la defensa de Luis Piñón señaló que sólo se puede acusar a su defendido de un delito de agresión sexual. El caso quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Orense.