El acusado fue detenido con material utilizable para preparar cócteles molotov y dijo que lo tenía que hacer "por el Corán"
SAN SEBASTIAN, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para un acusado de amenazar con una navaja a los dueños y clientes de un bar de Eibar (Gipuzkoa) y de pretender quemar posteriormente el establecimiento con cócteles molotov. Al ser detenido, el inculpado dijo que lo tenía que hacer "por el Corán".
El acusado será juzgado el próximo día 12 en la Audiencia de San Sebastián por los presuntos delitos de amenazas, tentativa de incendio y una falta de daños.
Según recoge la calificación fiscal, a la que tuvo acceso Europa Press, los hechos ocurrieron sobre las diez de la noche del 15 de septiembre de 2001, cuando el inculpado, de nacionalidad marroquí, se encontraba sentado en una mesa del bar en compañía de un niño de meses de edad.
En un momento dado, "y sin motivo aparente", el imputado "de manera exaltada empezó a gritar, insultando y amenazando" al matrimonio propietario del local y a varios clientes con frases como 'Me las vais a pagar' y 'Os tengo que matar", al tiempo que les dijo que "tenía que reventar el bar". Además, rompió media docena de copas y vasos.
Los dueños avisaron a la Ertzaintza y, hasta que llegaron los agentes, el acusado rompió un cristal de la puerta del bar. Además, sacó una navaja, que no abrió, y con la que amenazó de muerte a los presentes, aunque los propietarios del bar lograron quitarle el arma, según señala el escrito fiscal.
Finalmente, la Ertzaintza sacó al acusado del local, mientras profería frases como 'Les voy a quemar el bar', y lo dejaron en compañía de su mujer. El fiscal señala que, sin embargo, el inculpado fue arrestado a la una de la mañana en un parque ubicado a pocos metros del bar con un bate de béisbol, una garrafa y dos botellas con gasolina, un trapo impregnado con esa sustancia y un mechero.
"OCULTAR SU IDENTIDAD"
El hombre vestía una sudadera de color negro, con el gorro puesto y la cremallera subida, de manera que "sólo se le veían los ojos, ocultando su identidad". Cuando fue detenido repetía "por el Corán que lo tenía que hacer", con Corán en las manos. El fiscal concluye que su intención era provocar un incendio en el bar, "utilizando las botellas y el trapo a modo de cóctel molotov".
El Ministerio Público destaca que encima del bar "existían viviendas habitadas", por lo que el incendio se hubiera podido propagar a las mismas, "entrañando un potencial riesgo para la vida o integridad física de los inquilinos".
El fiscal pide un año de prisión por las amenazas y ocho por tentativa de incendio, aunque propone que se sustituya la pena por su expulsión del Estado durante diez años una vez que haya alcanzado el tercer grado penitenciario o extinguido las tres cuartas partes de la condena.
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