Pípol.- Rafa Zohuier dice que Toro le ofreció dinamita en la cárcel en 2001 y que se la mostró al salir de prisión

Actualizado: miércoles, 8 noviembre 2006 14:51

El testigo asegura que Trashorras y su mujer le encargaron, estando Castro en prisión, "eliminar" a Lavandero en el verano de 2003

GIJÓN, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

Uno de los principales testigos del caso 'Pípol', Rafá Zohuier, imputado por el 11-M junto a los asturianos José Emilio Suárez Trashorras y su cuñado Antonio Toro Castro, declaró hoy que éste último le ofreció en la cárcel de Villabona dinamita en 2001, y que posteriormente, le entregó una muestra de los explosivos y los detonadores. Zohuier señaló, en su declaración realizada en la Sección octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, que denunció los hechos a la Guardia Civil porque intuía que esa dinamita se utilizaría "para matar" y pretendía que se detuviera la venta de explosivos.

"Me llaman chivato cuando he intentado salvar a 200 españoles", apuntó. "Son 192 muertes por unas personas que han salido en prision preventiva", dijo con rotundidad. "Tengo todo el tiempo y quiero aclarar las cosas", manifestó. A continuación aseguró que Suárez Trashorras y su mujer le encargaron "eliminar" a Francisco Javier Lavandera Villazón 'Lavandero', en el verano de 2003

Zouhier, que estuvo 5 meses en la cárcel de Villabona, pasó tres meses en el mísmo módulo que Toro Castro y compartió celda con uno de los acusados, el supuesto proveedor de droga gallego. Según su testimonio, Toro Castro le indicó que le habían cogido con hachís y que había algunos explosivos, que "se los metió su cuñado".

También le dijo Toro Castro a Zouhier que se había engañado a la Policía para que no registraran la casa de su padres, ya que había un guardia civil amigo del padre, así como otra nave que tenía él donde reparaban coches y escondían otro material y documentación.

Asimismo, declaró que Toro Castro le contó que el hachís se lo suministraban en Madrid unos marroquíes, que Zohuier también conocía. La droga y la dinamita era trasnportada escondida en coches, por medio de varias personas.

En uno de esos viajes a la capital de España, Toro Castro contactó con Zouhier y éste recibió las muestras de la dinamita y los detonadores, a petición de la Guardia Civil, a quien había denunciado los hechos. Incluso, uno de los detonadores le llegó a explotar en la mano.

Respecto a Trashorras, a quien conoció por primera vez en los locutorios de la prisión de Villabona, señaló que éste le habia comentado que "no le importaba dónde usaran los explosivos". Además, apuntó que el ex minero y su mujer le encargaron matar a Franciso Javier Lavandera Villazón 'Lavandero'. Según Zohuier, le dijeron, en 2003, mientras Toro Castro estaba en la cárcel, que había un hombre que trabajaba en un "puticlub" (Club Horóscopo) y que "hay que eliminarlo", porque creían que el portero del club se había chivado y por eso Toro Castro estaba en prisión.

El testigo, quien dijo de antemano ante el juez que su intención era "hablar de temas de explosivos" al no ser "ningún chivato de drogas", se desdijo de parte de la declaración prestada durante la instrucción del caso 'Pípol', al comentar que lo que había dicho sobre la implicación de otros acusados en la venta de drogas se pudo "entener mal".

Zouhier se limitó a manifestar que él sólo sabía los motivos por los que habían sido encarcelados porque se comentaba en el patio de la prisión, pero los imputados no se lo confirmaron personalmente. Respecto a su compañero de celda, indicó que sólo hablaban de mujeres y coches.

Durante la vista, el magistrado Bernardo Donapetry llamó la atención en varias ocasiones al testigo porque éste sólo quería declarar sobre la venta de explosivos. Durante las declaraciones, se produjeron comentarios que desencadenaron las risas de los presentes en la Sala, lo que provocó que Donapetry llamara la atención al abogado Ricardo Álvarez-Buylla por reirse. "Se están jugando años de vida", sentenció el magistrado. "Usted es letrado y debe ser profesional", agregó.

Zouhier declaró ante el juez después de comparecer en la sala otros dos testigos, el guardia civil Jesús Campillo y Francisco Javier Lavandera Villazón, 'Lavandero'.